Aragón mira expectante la histórica jornada electoral de su principal cliente y proveedor
Aragón mira hoy hacia su vecino del este con expectación. Los resultados de la histórica jornada que hoy vive Cataluña, en la que los partidos políticos miden sus fuerzas en clave soberanista, decidirán si la raya que Jaime II situó en el año 1300 en el cauce del río Noguera Ribagorzana puede convertirse en una frontera efectiva que, por primera vez, altere el intenso tráfico comercial que une a los habitantes de las dos comunidades.
La relación vecinal ha tenido episodios tormentosos. Algunos de ellos están vivos, como el pleito abierto entre sus gobiernos ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña por la gestión de varios acuíferos y por el proyecto de ampliar el minitrasvase de Tarragona, la discusión crónica sobre cuánta agua necesita el delta para sobrevivir o el litigio del arte sacro, la disputa por unas obras cuya resolución está en manos de la Iglesia.
Sin embargo, las dos comunidades mantienen un intenso flujo comercial. Tan intenso como para que Cataluña sea el primer socio comercial de Aragón. Es su principal cliente y su mayor proveedor, según indica un estudio de C-Intereg, una iniciativa de varias comunidades autónomas que se dedica a analizar el comercio interregional.
Un tercio de las ventas y la mitad de las compras
Cataluña fue, según esa entidad, el destino de la tercera parte de los bienes que las empresas aragonesas vendieron a otras comunidades españolas entre 1995 y 2012. Supuso una media de 4.009,5 millones de euros al año.
Ese tráfico supera con creces al que se dirigió hacia las otras tres comunidades a las que Aragón les vende productos por valor superior a los mil millones de euros al año: Valencia -1.497-, País Vasco -1.259,4- y Madrid -1.058,2-. Y queda muy lejos del que tiene como destino otras áreas vecinas como Navarra -740,2- y La Rioja -335-.
Cataluña tiene más peso como proveedor que como cliente. Según ese mismo estudio, es el origen de casi la mitad de los productos que adquieren las empresas aragonesas en el mercado interior: una media de 7.228,7 millones que supone el 47,5% del total que la comunidad importa de otras autonomías.
Le siguen, de lejos, el País Vasco con 1.368,1 millones anuales, la Comunidad Valenciana con 1.367,4, la de Madrid con 1.134,1 y Navarra, con 1.110,1.
Balanza comercial deficitaria
En los 18 años que abarca el estudio, Aragón importó cada año bienes por un valor medio de 15.220,6 millones en el mercado español y exportó por 11.889,5. Es decir, que su balanza comercial interior arrojó un déficit medio de 3.331,1 millones.
Esa dependencia comercial del resto de comunidades se ha agudizado en los últimos años, según señala el último informe de C-Intereg. En 2014, las ventas de las empresas aragonesas en el mercado español se situaron en 10.646 millones de euros y las compras, en 15.739; es decir, que la brecha se había abierto hasta los 5.093.
Por el contrario, la balanza exterior se ha reducido: de un saldo negativo de 9.794 millones en 2012, en el año más duro de la crisis, a uno positivo de 850. Sin embargo, la clave de la mejora de este dato no se encuentra tanto en la mejora de las exportaciones como en el desplome de la actividad comercial. En esos dos años, las importaciones cayeron de 20.667,6 a 8.541 millones, mientras que las exportaciones solo bajaron de 10.872,9 a 9.391.
La combinación de esos dos datos permite hacerse una idea de la magnitud de las consecuencias negativas que puede tener para la economía aragonesa la creación de una frontera con Cataluña.