Conceden 610.000 euros para un centro de la trufa sin proyecto ni terrenos
Ni memoria económica, ni proyecto inicial, ni terrenos. Lo único que parece claro es que el futuro centro de interpretación de la trufa se ubicará en Sarrión (Teruel), de donde sale la mayor parte de la producción estatal de la trufa negra. La inclusión de 610.000 euros en los Presupuestos Generales del Estado para levantar este centro, gracias a una enmienda de Ciudadanos, ha pillado con el pie cambiado a las instituciones y los partidos políticos, que ahora comienzan a reunirse para intentar dar forma a este centro, mientras la Diputación ha tenido que pedir una prórroga por no poder ejecutarlo este año.
La institución provincial recibió la comunicación en julio de que era la receptora de esta subvención como responsable de la “coordinación de los servicios de promoción y fomento del turismo en los municipios de la provincia”, explican. A falta de un proyecto inicial y una memoria económica, han tenido que pedir tiempo: “Sin memoria ni proyecto es imposible materializarlo en lo que queda de 2018”, reconocía el presidente Ramón Millán (PAR) en la primera reunión de trabajo con instituciones y truficultores para “promover el consenso en las partes implicadas” a principios de este mes de septiembre.
El centro ha nacido con polémica, antes incluso de que alguien haya plasmado sobre un papel cómo será. La noticia de la dotación presupuestaria para este espacio provocó ya un enfrentamiento inicial entre quienes decían que el centro tenía que ubicarse en Teruel y quienes defendían que fuera a Sarrión, epicentro de la expansión de este cultivo en los últimos años.
Pasado este enfrentamiento, con el aparente acuerdo tácito de que se ubique en esta localidad turolense, este mes de septiembre los partidos y las instituciones han comenzado a mover ficha.
Además de la Diputación, representantes del Gobierno de Aragón y del Gobierno central en Teruel se han reunido en las últimas semanas con el Ayuntamiento de Sarrión, que mostraba su disposición a ceder terrenos, y con la Asociación de Truficultores, que representa a más de 400 familias, según el subdelegado del Gobierno en Teruel, José Ramón Morro (PSOE), que destacaba el efecto multiplicador del sector trufero por su impacto en otros productos de la zona.
Mientras estas reuniones se producían, Ciudadanos salía públicamente a recordar que el dinero había llegado a Teruel por su intercesión, que el PP no incluía el centro en su programa inicial y el PSOE votó en contra de los presupuestos que lo recogían.
Ramiro Domínguez, diputado de la formación por Teruel en las Cortes de Aragón, pocos días después de estas reuniones, registraba en la Diputación de Teruel su propia propuesta de cómo creen que debería ser el centro, “una entidad multifuncional con el i+D+I como elemento imprescindible”, decía. Y abogaba por que “las instalaciones dedicadas a la divulgación y eventos” estén ubicadas en Sarrión y “otras áreas del centro” se instalen en diferentes localidades de la comarca.
“El centro de interpretación debe ser un referente en investigación, dinamización y difusión de la trufa”, decía Domínguez y reprochaba al resto de los partidos políticos que “quieran hacer suya” esta iniciativa “lanzándose como buitres a la carroña”. De momento, el Estado debe aprobar esa prórroga mientras los grupos y agentes del sector buscan un acuerdo para que el dinero, ya concedido, no se pierda como ha ocurrido en otras ocasiones con proyectos de Teruel, mientras otros esperan durante años ese impulso.