Los colegios e institutos de Aragón siguen esperando directrices para la vuelta a las clases con “dudas e incertidumbre”
Con el regreso a las clases la vuelta de la esquina, los directores y directoras de colegios e institutos todavía no tienen claras las directrices a seguir. Tienen planes de seguridad propios, pero pueden variar dependiendo de lo que se traslade desde la administración aragonesa. También varía en función de si el centro es concertado o público: los primeros no dependen tanto de ella y tienen todo más estructurado en cuanto a espacios y limpieza. Por su parte, los públicos necesitan cuanto antes los protocolos de sanidad del Gobierno de Aragón para organizar y afrontar cualquier escenario.
La vuelta a clase en el Colegio Salesianos San Bernardo de Huesca será escalonada. El 7 de septiembre comenzará infantil, el 8 primaria y el 10 los alumnos y alumnas de secundaria. El titular y director del centro educativo, Antonio Ibor, asegura que se limitan a cumplir con todas las normas sanitarias y educativas que remitan desde el gobierno de Aragón. “Hemos diseñado planes de contingencia con un montón de medidas; de circulación de alumnos por los pasillos, redistribución del mobiliario, reducir al máximo los profesores que entran en cada grupo. Ya lo tenemos todo preparado a espera de la última normativa”, explica Ibor.
Los grupos de infantil y primaria estarán en “grupos de convivencia estable”. Para mantener los entornos lo más seguros posibles y al mismo tiempo facilitar la socialización de los alumnos, se ha recurrido a este término para referirse a grupos de escolares que convivirán durante toda la jornada, incluyendo clases, recreos y comedor. Esta estrategia establece un “anillo de seguridad” alrededor de la clase para evitar un posible contagio a todo el centro educativo: “No se mezclarán con ninguna otra clase del colegio, ni en las entradas, ni en las salidas, ni en el recreo, ni en el comedor: los aislamos. Así, en el caso de que haya algún brote, podremos sacar a ese grupo sin riesgo”.
Por otro lado, los cursos de tercero y cuarto de educación secundaria regresarán de forma mixta. Es decir, tres días irán a clase y dos realizarán clases online desde el domicilio e irán variando.
El transporte escolar hasta los centros educativos
El IES Pirámide de Huesca tiene dos particularidades con respecto a los demás centros escolares de la ciudad. El primero es que cuenta con 40 hectáreas de terreno donde podrá distribuir al alumnado por niveles y no estar en contacto con el resto. La segunda es que todos los escolares deben trasladarse en transporte público al instituto, una complejidad más añadida a esta difícil vuelta a las clases. Fernando Mur, director del instituto, indica que tienen “un plan hecho, pero no cerrado” porque siguen “a la espera del marco concretado por la Administración”.
“Este año hay que explicar muchas cosas más aparte de los horarios. El curso va a ser muy diferente pero nosotros ya pensamos en dedicar con especial mimo la acogida. Dedicaremos tiempo a señalar las clases, a cómo y dónde estar en el recreo y a los accesos de entrada y salida”, destaca. Todos los escolares del centro se trasladan en transporte escolar y además comparten instalaciones con el centro de Formación Profesional. En total son casi 1.500 alumnos. El traslado en autobuses es un asunto que suma muchas dudas “porque por mucho que se aísle a los jóvenes por grupos o niveles si comparten transporte será complicado”.
Como indica la normativa sanitaria del gobierno de Aragón, cada centro escolar debe tener una sala donde aislar a cualquier persona que tenga síntomas compatibles con la COVID-19 o haya dado positivo en test PCR. En el IES Pirámide cuentan con 40 hectáreas donde los alumnos y alumnas podrán distribuirse por grupos durante el tiempo de recreo, “algunas ya están asignadas”. No obstante, varios sindicatos y empresarios ya han mostrado su malestar ante la “tardía” reacción del gobierno aragonés a la hora de facilitar pautas. Piden que “no se improvise”, se establezca un protocolo único y se aclare cómo debe ser la formación online del alumnado teniendo en cuenta el coste que eso puede suponer.
Para las familias que no tengan acceso a medios telemáticos desde el centro “ya se dotó a varios alumnos con ordenadores portátiles durante el confinamiento”. “Es complicado porque los que no se lo podían permitir fueron los que peor lo pasaron. Nosotros también fuimos llevándoles tareas en papel y después nos las enviaban o las pasábamos a recoger. Desde el departamento de educación ayudamos así a unos 40 alumnos”, concluye Mur.
En el caso de que alguna familia no tenga acceso a medios telemáticos, Salesianos Huesca también cuenta un sistema propio de ayudas. “Desde hace años los alumnos de secundaria trabajan en clase con ordenador portátil, lo combinamos con el trabajo en papel. Durante el confinamiento ya dejamos dispositivos a varias familias. Tenemos para prestar y otros fijos, además hemos destinado algunos para un banco de ordenadores”, señala el director.
Recreo, comedor y protocolos
Otro punto donde se deberán tomar muchas precauciones será a la hora del recreo. Para ello, en el colegio Salesianos Huesca se han delimitado varias zonas correspondientes a los campos de fútbol y baloncesto. “En primaria, por ejemplo, los repartimos en los seis espacios que tenemos. Primero bajarán los del grupo A y estarán 20 minutos con mascarilla y sin interaccionar con el resto, mientras los del grupo B se comen el almuerzo en clase. Cuando se acabe el tiempo se intercambiarán”, indica. Para la hora de la comida, se han planteado tres escenarios, aunque se espera a la normativa del gobierno después de que Javier Lambán plantease la pasada semana la posibilidad de que los escolares comiesen en las aulas.
En el caso de que algún alumno mostrase síntomas compatibles con el coronavirus se seguirá el protocolo establecido desde el Gobierno de Aragón. “Es diferente si se muestra primero en el ámbito familiar. Ahí el gobierno lo comunica al colegio, pero también al centro de salud y se encargan de rastrear y decirnos al colegio las medidas que se toman”. Si los síntomas se dan en el centro educativo hay un protocolo “extensísimo”, se trasladaría al alumno a una “sala covid, un espacio con ventilación, medidas de higiene para llevar ahí al alumno y posteriormente avisar a su propia familia y al gobierno”, explica Ibor.
“Lo principal es la salud, el bienestar y la seguridad. Todo esto pasa por cumplir todas las normas y que la salud psicológica del escolar esté bien. Los colegios trabajamos en mantener el equilibrio entre las directrices sanitarias y la interacción de los alumnos con garantías”, insiste el director, quien está en constante conversación con la AMYPA y el consejo escolar para tranquilizar a los padres y madres. Sin embargo, asume que la forma de enseñar va a cambiar ya que el profesor no podrá estar tan encima del alumnado como antes.
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