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Doscientos sesenta días después de la desaparición de la bloguera inglesa que buscaba la felicidad, su novio encuentra el cuerpo en el Pirineo

Esther Dingley, con Leela y sus cachorros.

Fernando G. Mongay

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Esther Dingley fue vista por última vez con vida el día 22 de noviembre del año pasado en un área al suroeste de Francia cerca de la frontera española. Llegó sin compañía, conduciendo una autocaravana hasta Benasque, Huesca. Allí inició la marcha y era donde planeaba regresar pasados tres días. Doscientos sesenta días después su compañero, Daniel Colegate, encontró los restos del cuerpo de Dingley y algunos enseres en el puerto de La Glera, en Francia. Dos semanas antes, en el mismo lugar un corredor de montaña había hallado un hueso del cráneo cuyo ADN coincidía con el de la excursionista inglesa. El 10 de agosto a través de un tuit de la organización LBT Global se conoció la noticia de que se había encontrado el cuerpo de Esther Dingley.

Según informaba The Guardian, Chrispophe Amunzateguy, el fiscal francés que está a cargo de la investigación, aseguraba que la policía creía firmemente que la muerte se produjo por un accidente por el lugar donde se había encontrado el cuerpo,

A Dingley, de 37 años, le gustaba “caminar, ir en bicicleta, hacer yoga y pensar en ideas locas que se convierten en nuestras mejores aventuras”, según explicaba en el blog de viajes que escribía junto con Colegate. Caminante experimentada, había decidido realizar un recorrido en solitario durante un mes. Al no llegar al sitio convenido con su novio para finalizar su aventura, Colegate dio la voz de alarma. Tanto los gendarmes franceses como la Guardia Civil comenzaron a buscarla, pero no tuvieron éxito. En la BBC explican que “la policía de ambos lados de la frontera utilizó helicópteros y equipos de especialistas para buscarla en los días que transcurrieron entre su desaparición y la llegada de las fuertes nevadas invernales”.

La pareja se conoció en 2003 cuando estudiaban en la Universidad de Oxford y se trasladaron a vivir a Durham, Inglaterra. En 2014, tras una operación donde Colegate estuvo a punto de morir, decidieron cambiar su forma de vivir e iniciaron una gira por Europa en autocaravana que, en principio iba a ser de un año, pero pasado el plazo inicial continuaron durante los últimos siete años. Así lo cuentan en la presentación de su blog: “A principios de 2014, cuando teníamos poco más de treinta, partimos inesperadamente para recorrer Europa en una autocaravana. El empujón que necesitábamos había llegado en forma de un serio susto de salud. Después de muchos años de sentirnos insatisfechos con el trabajo y los problemas de salud crónicos, recibimos un fuerte recordatorio de que la vida es frágil y no siempre puedes confiar en los planes que haces para el futuro”.

En uno de los viajes, adoptaron a una perra que estaba preñada y dio a luz cinco cachorros, una historia que fue reflejada por la pareja en una serie de cinco libros destinados al público infantil. Colegate ha publicado varios libros contando sus experiencias en la montaña. Dingley era la encargada de mantener el blog donde relataba sus peripecias viajeras.

Según explican en el blog, su aventura viajera de larga duración pasó por distintas etapas. En la primera se trataba de recorrer distintos países a bordo de una casa rodante que, según explicaron en The New York Times cuando se produjo la desaparición, llamaron “Homer”. Después, comenzaron un viaje interior de reflexión, contemplación y meditación junto con el viaje físico a través de las carreteras y montañas de Europa. “Empezamos a darnos cuenta de que la felicidad no solo se podía encontrar en las montañas y que la paz y la alegría podían estar disponibles en cualquier momento, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia. Desde entonces, hemos tratado de capturar ambos viajes en este blog, escribiendo sobre nuestra salud, nuestra relación y los problemas que nos importan, además de todos los lugares emocionantes, actividades y aventuras caninas que disfrutamos”, según cuentan en un blog que era popular entre otros trotamundos.

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