El pago de los trienios al profesorado temporal le supondrá un millón de euros anuales a la Universidad de Zaragoza

La Universidad de Zaragoza (UZ) va a comenzar a pagar los trienios al personal docente e investigador contratado con carácter temporal. Hasta ahora, este reconocimiento económico de la antigüedad solo se llevaba a cabo con las contrataciones indefinidas. La medida, asegura el propio rector en una comunicación interna enviada al Gobierno de Aragón (DGA) –y a la que ha tenido acceso eldiario.es– tendrá un coste anual aproximado de un millón de euros.

En la actualidad, tal y como se explica en la misiva antedicha y en otro comunicado interno –en este caso, del vicerrector–, el artículo 41 del Convenio Colectivo para el Personal Docente e Investigador contratado laboral por la Universidad de Zaragoza solamente recoge el derecho a percibir un complemento personal por antigüedad, por cada tres años de prestación de servicios, al personal contratado con carácter indefinido. Dicho convenio se redactó con base en el artículo 31 (Conceptos retributivos) del Decreto 84/2003, de 29 de abril, del Gobierno de Aragón.

En los últimos años, dice el comunicado, el centro universitario público aragonés ha recibido innumerables solicitudes “y se nos han interpuesto demandas, todas ellas con el mismo resultado: la Universidad debe abonar la antigüedad también al personal temporal”.

Y se refiere a una sentencia del juzgado de lo social número 6 de Zaragoza, de 5 de noviembre de 2018, en la que se condenó a la UZ a reconocer a uno de sus profesores temporales el derecho a abonarle los trienios. Este reconocimiento lo hace el juzgado, explican, “basándose en la doctrina del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que, básicamente, viene a decir que no podrá tratarse a los trabajadores con un contrato de duración determinada de una manera menos favorable que a los trabajadores fijos comparables por el mero hecho de tener dicho contrato de duración determinada”.

La situación actual, dice el rector en su carta a la DGA, es que “las demandas resueltas, a las que nos hemos opuesto, las hemos perdido; las pendientes las vamos a perder, y las solicitudes pendientes de resolver en vía administrativa, y las que llegarán, tendrá que ser cerradas en consonancia con lo expuesto: obtener la información necesaria de parte de los interesados y reconocer su derecho a percibir el complemento”.

Tensiones presupuestarias en la Universidad de Zaragoza

En el texto enviado por el vicerrector se habla de dos escollos importantes para afrontar este aumento sobrevenido en los gastos de personal: por un lado, “la elevada carga de trabajo” que supone la gestión de todas las solicitudes y, sobre todo, “la falta de recursos económicos”. Esa estrechez pecuniaria es lo que impulsa la carta del rector cuyos destinatarios son la consejera de Universidad, Pilar Alegría; el director general de Universidades, José Antonio Beltrán, y el jefe de Servicio de Universidades, Carlos Oliván.

En la misiva, además de cifrar en un millón de euros el coste de la medida, se alerta de “las tensiones presupuestarias que experimenta la Universidad en lo que concierne a su Capítulo 1 (gastos de personal)”. El texto finaliza de manera elocuente: “Creemos que el asunto es lo suficientemente trascendente como para no dejar pasar un día más sin informarle de manera cumplida”.