Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.
Teruel existe, y Soria, Zamora o Cuenca también
Una de las grandes sorpresas de los recientes comicios del 10N fue el fulgurante éxito de un movimiento ciudadano surgido hace ya dos décadas y convertido ahora en una candidatura electoral: Teruel Existe. Logró ser la lista más apoyada de su circunscripción, con 19.696 votos, el 26,70% del total de los emitidos, por delante de todos los partidos de ámbito estatal: PSOE (18.777 votos, el 25,46%), PP (17.473, el 23,69%), Vox (9.328 sufragios, el 12,65%) y Ciudadanos (3.710, el 5,03%). Los tres primeros -Teruel Existe, PSOE y PP- se repartieron los tres escaños en juego.
¿De dónde sale ese enorme caudal de votos, en una de las provincias menos pobladas de España? Pues, vistos los datos de las elecciones anteriores, en abril pasado, salen sobre todo del PSOE y de Ciudadanos, y en menor medida quizás también del PP. En abril, en efecto, el PSOE cosechó 25.500 votos, luego ha perdido casi 7.000 ahora; y Ciudadanos tuvo 15.378 votos, luego se le han esfumado casi 12.000. El PP sólo perdió en Teruel un millar de votos entre el 28A y el 10N, pero es probable que haya recibido ahora muchos votos de los que en abril fueron a Ciudadanos y que al mismo tiempo haya cedido una parte de los suyos de entonces a los de Teruel Existe ahora.
Sea como fuera, el pequeño terremoto electoral turolense da para muchas reflexiones. Una, para preguntarse si es flor de un día, una moda pasajera, y en las próximas elecciones generales desaparecerá como vino, o si la agrupación electoral será el germen de un nuevo partido de corte regionalista o provincialista nacido para quedarse. Otra pregunta es si el éxito de Teruel Existe provocará un efecto llamada en otras provincias despobladas, discriminadas en las grandes inversiones públicas y en cuya población se está generando la sensación de haber quedado relegadas e incluso abandonadas en las principales decisiones institucionales sobre grandes infraestructuras, servicios públicos, cobertura de las redes digitales o despliegue o repliegue de las redes bancarias, de gasolineras o de casas cuartel de la Guardia Civil.
Si el diputado que ha logrado Teruel Existe logra que su apoyo a la investidura y a la mayoría de Gobierno que se forme se convierta en inversiones y ventajas para su tierra, poco extrañará que la formación haya venido para quedarse y que otras plataformas similares, como Soria Ya, Viriatos Plataforma Ciudadana o Cuenca Ahora, presenten candidaturas en las siguientes elecciones, y alguna de ellas con éxito. Si Teruel existe en las urnas, se dirán con razón, Soria, Zamora o Cuenca también pueden existir.
El éxito electoral de la candidatura turolense ha sido visto con cierta desconfianza en los dos grandes partidos tradicionales, PSOE y PP, los dominantes hasta ahora en la España despoblada, en esas muchas provincias que reparten cada una de ellas pocos escaños pero en total casi un tercio de los que tiene el Congreso de los Diputados. Temen, y no les faltan motivos, que a la fragmentación ideológica del voto de estos últimos años, con el nacimiento de partidos nuevos de ámbito estatal -Podemos, Ciudadanos, Vox-, se le añada ahora una nueva fragmentación territorial, con una legión de nuevos competidores provinciales.
Detrás de todo ello, en el fondo, está uno de los mayores desequilibrios y problemas de la España reciente: el de la España vacía y vaciada, a muchos de cuyos habitantes se les ha condenado a una desigualdad creciente, con menos oportunidades reales de acceso a multitud de servicios, productos y derechos de la sociedad actual. En vez de preocuparse por la competencia electoral per se, los grandes partidos tradicionales deberían preocuparse por esos ciudadanos discriminados para que dejen de estarlo, por cómo cierran esa brecha de desigualdad que se les ha abierto, de cómo evitan esa dualidad entre la España urbana y la España rural. De no hacerlo por iniciativa propia, quizás sean los pequeños partidos locales los que los lleven a hacerlo a la fuerza. A la fuerza de sus votos o sus vetos en el Congreso.
Sobre este blog
Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.