El checo Petr Vabrousek y la australiana Heather Hawkins ganan el North Pole Maratón 2015
El pasado 11 de abril tuvo lugar la décimo segunda edición del North Pole Marathon, una carrera cuya principal dificultad es llegar al Polo Norte y bregando con la implacable temperatura. Ya de salida el termómetro marcaba 29 grados negativos y, según los participantes acumulaban kilómetros, la temperatura siguió descendiendo y la fuerza del viento aumentando. Desde luego, por lugar geográfico y condicionante climático, este maratón supera lo meramente deportivo para convertirse en toda una aventura.
Corredores procedentes de 22 países fueron los protagonistas de este acontecimiento atlético-polar. A primeros de abril el medio centenar de corredores se concentraba en la ciudad noruega de Longyearbyen (isla de Spitsbergen, archipiélago de Svalbard), en espera de que las condiciones meteorológicas permitiesen dar el salto, a bordo de un Antonov ruso preparado para aterrizajes todo-terreno, a la Base Polar Barneo. Este asentamiento temporal cada primavera es levantado por la Asociación de Exploración Polar de Rusia entre los 89º y 90º Latitud Norte, dependiendo de la deriva de la costra de hielo flotante del Océano Glacial Ártico.
Las comodidades de la Base rusa, tiendas de campaña “calientes” y carpa-comedor, han facilitado la estancia de los corredores en un lugar tan remoto como es el Polo Norte Geográfico. La instalación permanecerá operativa durante el mes de abril dando apoyo logístico a expediciones científicas y deportivas. En esta época del año el sol no se oculta en la periferia del Polo Norte Geográfico, por tanto la actividad en la Base es continua las 24 horas del día. Dos helicópteros Mi-8 de apoyo se encargan de traslados interiores y, en su caso, del rescate y evacuación de expediciones con problemas.
Desafío polar
Con día y medio de retraso debido a un problema mecánico del Antonov, el grupo de maratonianos aterrizaba en la pista de hielo de la Base Barneo tras dos horas y media de vuelo sobre el océano helado. Una vez los corredores fueron instalados en la Base y su equipo personal contra el frío puesto a punto, el maratón daba la primera zancada a medio día del 11 de abril, horario GMT. El trazado transcurrió sobre hielo flotante cubierto de nieve azúcar, más o menos profunda según el tramo, con dunas, montoneras de bloques de hielo, grietas y el severo ambiente polar. Según avanzaba el maratón la fuerza del viento se traducía en una sensación térmica que por momentos alcanzaba los 40 grados bajo cero. El temido termómetro, lo intrincado del terreno y la suma de kilómetros, fueron definiendo los tiempos finales de cada corredor, que para la mayoría se transformaban en el doble de su mejor crono en un maratón de asfalto.
De inicio a fin la carrera fue comandada por el favorito sobre el papel, el triatleta de la República Checa Petr Vabrousek. El conocido multideportista checo paraba el crono en 4:22:24, su mejor tiempo en maratón de asfalto es 2:31:05. En su historial cuenta con un Campeonato del Mundo de Triatlón de Larga Distancia y las victorias del Antarctic Ice Marathon y del Antarctic 100KM. En el segundo escalón del podio le acompañó el corredor australiano Douglas Wilson, totalizando un tiempo de 5:01:38. Douglas fue segundo en el World Marathon Challenge 2015, un reto consistente en correr un maratón en cada uno de los siete continentes del planeta en siete días consecutivos. Y completando el tercer peldaño de la escalera, otro veterano corredor polar, y también triatleta, el esloveno Daniel Palco. Su crono en meta, 5:08:56. Hace un par de años Daniel fue tercero en el Antarctic Ice Marathon y segundo en el Antarctic 100KM.
En la disputa femenina por los puestos punteros, la corredora australiana Heather Hawkins, 6:57:39, tuvo que emplearse a fondo durante los kilómetros finales con la británica Alice Burch, 7:04:42, y con la china Jennifer Cheung, 7:06:06. Un total de diez mujeres han participado en el North Pole Marathon 2015.
Por otro lado, algunos corredores han completado aquí, en el Polo Norte, el ‘Grand Slam Marathon’, para lo cual es preceptivo competir en pruebas de maratón o ultramaratón en los siete continentes y en el Polo Norte.
Bien abrigados
A lo largo de las 12 ediciones del NORTH POLE MARATHON, alrededor de 450 corredores han competido en un trazado de 42 kilómetros sobre la descomunal plancha de hielo oceánica bajo la que se abren 4.000 metros de profundidad marina. La equipación atlética utilizada por los corredores en el “congelador” de la Tierra debe de soportar temperaturas de hasta 40 grados bajo cero (en movimiento), ser transpirable, ligera y de gran capacidad de aislamiento. Bajo estas temperaturas la excesiva sofocación no expulsada se convierte inmediatamente en hielo acumulado entre las diferentes capas, convirtiendo a la ropa en una armadura helada que puede llegar a colapsar el organismo. No sólo se hiela el sudor, también los geles, el líquido de avituallamiento… Tres capas son precisas en el cuerpo y dos en las piernas, verdugo, manoplas, zapatillas con membrana, polainas etc. En esas condiciones cometer un error o sufrir un desfallecimiento se convierte en un problema serio.
En cada edición del North Pole Marathon los cronos finales de los corredores dependen de su adaptación al frío, de cómo se encuentre el terreno para correr y de las cambiantes condiciones atmosféricas. Los vigentes records del North Pole Marathon están en posesión del irlandés Thomas Maguire, 3:36:10, (récordman de Irlanda en 100KM -7:05:06) y de la británica Fiona Oakes, 4:53:09, (mejor registro personal en maratón de asfalto 2:38:10).
Finalizado el maratón y tras unas horas de recuperación en las carpas de la Base Barneo, dos helicópteros rusos Mi-8 trasladaron a los corredores al punto en que el GPS marcaba en esos momentos los 90º Latitud Norte. Como es tradición, junto a la tripulación rusa rodearon simbólicamente el eje de rotación terrestre que atraviesa desde el Polo Sur hasta el Polo Norte, por supuesto, brindando con unos tragos de vodka.