El problema de estar vivo
El problema de estar vivo es que la vida es un riesgo en cualquier momento. Y eso nos da miedo.
La oficialidad de los telediarios presenta un entretenimiento absurdo. Cada día cuesta más creer en lo oficial. Huir siempre fue una opción. Acabar en el interior de un libro, arroparse con las hojas, cerrar por fuera y no regresar. Don Quijote no deliraba; se cansó de todo lo oficial y todo lo objetivo.
A cierta edad, el miedo al riesgo de la vida aumenta. En la misma medida, decrece las posibilidades de saltar al vacío. Soñar es el delirio de unos pocos; las certezas objetivas producen más satisfacciones. A nadie le gusta jugar si sabe que tiene muchas opciones de perder.
Dice Sartre en una conferencia que dio en París, el lunes 29 de octubre de 1945, que, “El hombre es ante todo un proyecto que se vive subjetivamente”.
El problema de estar vivo es que la vida es un riesgo en todo momento. Y eso nos da miedo. No nos soportamos como cobardes cuando no somos capaces de saltar; por eso, intentamos convencernos de lo innecesario del salto o del intento. Nos negamos a nosotros mismos. Dejamos de ser nosotros y acabamos siendo otros.
Hoy es un día extraño. De esos que no saben a nada, que confunden, que llegan y con la misma se van. No dejan rastro alguno en el paso del tiempo.
Andrés Expósito
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