Diez años de Grantecan: Ciencia alucinante con un telescopio asombroso
El Gran Telescopio Canarias (GTC o Gratecan) celebra el décimo aniversario de su inauguración en el Observatorio del Roque de los Muchachos, situado en las cumbres de Garafía, indica el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) en una nota de prensa. En la última década, el mayor telescopio óptico e infrarrojo del mundo ha realizado más de 14.000 horas de observación y ha producido datos científicos que se han publicado en cerca de 450 artículos en revistas de primer nivel. Algunos de los principales hitos científicos alcanzados se han recopilado en un folleto especial de divulgación recientemente editado por el Instituto de Astrofísica de Canarias y el GTC. En la nota se destaca que, en estos 10 años del GTC, se ha hecho “ciencia alucinante con un telescopio asombroso”
El 24 de julio de 2009, en el Observatorio del Roque de los Muchachos (ORM), en Garafía, se inauguró el mayor y más avanzado telescopio óptico-infrarrojo del mundo, el Gran Telescopio Canarias (GTC), también conocido como Grantecan. Desde aquel día, esta infraestructura española de Gran Ciencia no ha parado de demostrar sus grandes capacidades y su excelente calidad y potencial científico.
En la nota se apunta que “gracias a la gran área colectora de su espejo primario, de 10,4 m de diámetro, y a su avanzada ingeniería, el GTC se encuentra entre los mejores telescopios del mundo dedicados a la investigación astronómica. Su versátil conjunto de instrumentos (actualmente alberga cinco instrumentos de forma simultánea), su modo de observación altamente flexible (conocida como observación-en-cola) y la extraordinaria calidad de imagen (gracias a un complejo sistema de óptica activa), permiten que la ciencia realizada con el GTC cubra una amplia variedad de campos de investigación”.
Hasta la fecha, detalla, ha realizado más de 14.000 horas de observación y ha producido datos científicos que han permitido la publicación de cerca de 450 artículos en revistas de primer nivel. “Hoy en día –explica Romano Corradi, director del GTC–, es una máquina muy eficiente de producir datos científicos, comparable con los otros grandes telescopios de Hawái o Chile. Su eficiencia, acoplada con la gran apertura del telescopio, su sofisticada instrumentación y la posibilidad de ajustar las observaciones según las condiciones meteorológicas y prioridad científica, permite maximizar la cantidad, pero también la calidad de los datos científicos obtenidos. Y añade: ”Podemos decir que, actualmente, el Gran Telescopio Canarias está en la frontera de la Astronomía observacional. El reto ahora es mantener esta posición privilegiada durante muchos años más.“
Promovido por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), con la participación de otras instituciones de México (Universidad Autónoma de México y el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica) y de los Estados Unidos (Universidad de Florida), fue la empresa pública Grantecan, SA, fundada en 1994, la que llevó a cabo el diseño, construcción y montaje del GTC. Actualmente, esta entidad es la encargada de la operación del telescopio, con un equipo de cerca de 70 personas trabajando a tiempo completo para que el telescopio esté operativo las 24 horas del día, los 365 días del año.
Un poco de historia
La propuesta de construir un gran telescopio de más de 8 metros de diámetro surge a finales de la década de los 80 con el objetivo de dotar a la comunidad astronómica española de una infraestructura propia muy competitiva y estimular la industria del país hacia una tecnología avanzada. Según explica Francisco Sánchez, director fundador del IAC, “tres eran nuestras razones para querer un telescopio de esta nueva clase: si el ORM no tenía un gran telescopio de última tecnología, dejaría de estar entre los primeros observatorios del mundo y perdería su fuerte poder atractor para los telescopios del futuro; también, era concordante el objetivo estratégico de dotar a la pujante astrofísica española de un telescopio competitivo propio; y, además, la construcción de un gran telescopio español sería palanca para el desarrollo de instrumentación científica avanzada, con lo que ello supone para el impulso de tecnología innovadora en el país”.
Para muchos, su construcción era una hazaña científica-técnica imposible, ya que España nunca había liderado un proyecto de tal envergadura. “Lo primero de todo fue ver que seríamos capaces de hacerlo, y creérnoslo”, señala Sánchez. La falta de confianza también supuso un obstáculo para encontrar financiación. “Para conseguir los fondos necesarios a tan gigantesca empresa, necesitábamos convencer a nuestros políticos, a los de Canarias y a los de Madrid, cosa que estuvo llena de dificultades; nadie creía que de verdad fuésemos capaces de construir en España un instrumento así”, recuerda el director fundador del IAC.
Sin embargo, la competitividad del proyecto y su potencial económico acabaron facilitando los apoyos necesarios. Pedro Álvarez, exdirector del GTC, destaca la contribución de Fernando Aldana, director de la Oficina para la Ciencia y la Tecnología (OCYT), dependiente de Presidencia de Gobierno central en el año 1998: “Convencido de la capacidad de GTC como un elemento movilizador de desarrollo tecnológico industrial, el profesor Aldana fue quien dio el impulso final al proyecto aprobando la financiación para su ejecución”.
Con un presupuesto muy ajustado, se apunta en la nota, la Administración del Estado y la Comunidad Autónoma Canarias financiaron el 90% de su coste, en una proporción de 70/30, con una aportación importante de los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (Fedeer). El 10% restante lo asumió, a partes iguales, Estados Unidos y México que, a cambio, obtienen cada uno el 5% del tiempo de observación.
Los trabajos de construcción del telescopio en el ORM comenzaron en el año 2000. Más de mil personas y un centenar de empresas (más de un 70%, españolas), intervinieron en su realización, incluida una presencia importante de empresas y centros canarios. “Pudo haber sido mayor esa participación si no hubiese sido por la vacilación y falta de apoyo desde el Gobierno central para actividades de preparación tecnológica en esas fases tempranas del proyecto”, explica Álvarez. “La construcción del GTC, desde mi experiencia –señala el exdirector de GTC-, marca un antes y un después en la participación de las industrias españolas en la construcción de telescopios. Muchas de las empresas que participaron en su desarrollo, ahora están liderando o participando en proyectos internacionales de grandes telescopios”.
Finalmente, el telescopio vio su primera luz en julio de 2007, aunque no comenzó su uso científico hasta marzo de 2009. Tal día como hoy (24 de julio), hace 10 años, se celebró su inauguración oficial en un acto de más de 800 personas que estuvo presidido por Sus Majestades los Reyes de España, por entonces Juan Carlos I y Sofía, y que contó con la presencia de importantes autoridades políticas y de representantes de las instituciones involucradas en la construcción del GTC.
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