Cantabria denuncia ante la Fiscalía a un restaurante de Comillas por seguir abierto con varios trabajadores contagiados
Un restaurante de la localidad cántabra de Comillas siguió manteniendo sus puertas abiertas después de que cinco de sus trabajadores dieran positivo en las pruebas de detección de la COVID-19 y ninguno de ellos, así como los otros siete trabajadores que habían sido contactos estrechos, hubieran seguido el preceptivo aislamiento obligatorio. La Guardia Civil detectó este pasado miércoles que los empleados seguían en sus puestos y el local continuaba dando servicio por lo que procedió a levantar acta para que la Fiscalía instruya diligencias, aparte de la sanción que pueda imponerle ahora la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria.
Así lo ha explicado el consejero de Sanidad de Cantabria, Miguel Rodríguez (PSOE), que ha dado cuenta este jueves de lo ocurrido y ha confirmado que un local hostelero puede seguir abierto siempre y cuando contrate nuevos trabajadores que sustituyan a los que han dado positivo y a los que están bajo sospecha. Este no ha sido el caso de Comillas, ya que la Guardia Civil comprobó que había actividad en ese establecimiento que tenía decretado el aislamiento de todos sus trabajadores, por lo que ha levantado acta que el Gobierno de Cantabria trasladará a la Fiscalía para que incoe las medidas que considere oportunas, por un posible delito contra la salud pública. Además, el Ejecutivo autonómico abrirá ahora un expediente administrativo sancionador a este restaurante por incumplir la obligación de mantener en aislamiento a los empleados que han dado positivo y a sus contactos directos.
Pruebas a clientes de hostelería
Por otro lado, a propósito del bar de Castro Urdiales con un trabajador contagiado y cuyos clientes no tienen que hacerse la prueba ni guardar cuarentena -según aclaró Salud Pública, después de que Protección Civil avisara de lo contrario en redes sociales- el consejero ha señalado que “normalmente” no se da un contacto estrecho entre empleados y clientes de un negocio de hostelería y que además, ha recordado, deben llevar mascarilla, ya que su uso es obligatorio en Cantabria desde mediados de julio aunque se han abierto en torno a 200 expedientes por incumplir esta medida.
Pero si en un supuesto se da una relación estrecha, también se haría la prueba al cliente, ha indicado Rodríguez, para recordar en todo caso que una de las funciones de los rastreadores es precisamente establecer quiénes han sido los contactos de un positivo. Preguntado por el hecho de que en otras comunidades, como País Vasco, si se estén haciendo PCR a la clientela de establecimientos hosteleros donde se registran casos de coronavirus, Miguel Rodríguez ha contestado que a juicio de la Dirección General de Salud Pública de Cantabria es un criterio “excesivamente amplio y desproporcionado”.
Balance diario
Rodríguez, que ha hecho público en rueda de prensa el balance diario con los datos de la evolución de la pandemia, ha explicado también que Cantabria tiene hasta el mediodía de hoy 252 casos activos en la comunidad, 30 más desde el pasado miércoles. Hay declarados y en proceso de control una docena de brotes, 10 de los cuales son intrafamiliares, uno es el citado caso del restaurante de Comillas y el restante es el de la residencia de ancianos de Liencres, que acaba de sumar cuatro positivos entre sus trabajadores, que se añaden al anciano que tuvo que ser ingresado en el hospital y cuatro residentes más y un empleado ya aislados previamente.
Pese a estos datos, la Consejería de Sanidad es “optimista” y considera que hay indicios de que el número de contagios se está controlando, pese a que solo esta mañana, y hasta el mediodía, se han detectado 11 nuevos casos. A su juicio, si se comparan los contagios desde el miércoles con los registrados en días previos “se aprecia una tendencia que parece a la baja” y que el consejero confía en que “se consolide”. Como factor de este control sería la limitación de los horarios del ocio nocturno en locales hosteleros, algo que es pronto para confirmar, ya que la limitación de horarios hasta las dos de la madrugada o el tamaño de los grupos de personas no convivientes hasta un máximo de 15 se aprobó a finales de julio.
De los 19 infectados contabilizados al cierre del miércoles, 12 eran casos primarios y los 7 restantes secundarios. Y de los 252 positivos activos, 16 personas siguen hospitalizadas por COVID-19 -una de ellas en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla- y las 236 restantes están en aislamiento domiciliario.
Ayer la cifra de casos nuevos sumó 19, con lo que los datos que se notificaron al Ministerio de Sanidad del cierre de la jornada del miércoles reflejan un total de 3.444 positivos con coronavirus, 2.616 diagnosticados mediante PCR y 828 a través de test de detección de anticuerpos. La cifra de curados asciende a 2.992 (87% del total) y los fallecidos se mantienen en 212. Cantabria ha realizado un total de 114.348 test, que en tasa suponen 19.671 test por cada 100.000 habitantes.
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