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Cantabria valora confinar municipios de más de 5.000 habitantes, cerrar la hostelería y limitar la educación presencial si la incidencia sigue creciendo

Una niña y un niño de camino al colegio.

Laro García / Javier Fernández Rubio

20 de enero de 2021 14:21 h

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Cantabria no tomará nuevas medidas sanitarias para la ciudadanía de momento, aunque valora aplicar un nuevo paquete de restricciones en el caso de que la incidencia supere los 500 casos por cada 100.000 habitantes y la ocupación de las camas de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por pacientes COVID alcance el 40% del total. Entre las posibilidades que se contemplan en este plan elaborado por la Dirección General de Salud Pública están el cierre perimetral de los municipios más afectados y con población superior a 5.000 habitantes, con la paralización de todas aquellas actividades no esenciales, la clausura total de la hostelería y la restauración o la limitación de la educación presencial, que podría incluso suponer la vuelta a las clases online con el cierre de los colegios e institutos como en la primavera pasada. También se limitarían los aforos en el comercio y le reduciría el número máximo de personas que se pueden reunir.

Así lo ha anunciado este miércoles en rueda de prensa el consejero de Sanidad de Cantabria, Miguel Rodríguez (PSOE), junto al nuevo responsable de Salud Pública, Reinhard Wallmann, que han comparecido de forma conjunta en la sede del Ejecutivo autonómico para informar sobre la evolución epidemiológica en Cantabria tan solo unas horas antes de la celebración del Consejo Interterritorial de Salud, donde las autonomías y el Estado debatirán sobre los próximos pasos a seguir en el plan de vacunación o sobre la posibilidad de ampliar aún más el toque de queda hasta las 20.00 horas, una medida que el presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla (PRC), ya ha defendido públicamente y ha mostrado su disposición a aplicar.

Ralentización y cepa británica

Según han explicado ambos responsables sanitarios, los últimos datos de la incidencia de contagios permiten presumir a la Dirección General de Salud Pública que hay una “cierta ralentización de la pandemia”, si bien no se baja la guardia ya que los test de cribados aleatorios que se realizan, sobre todo allí donde se produce un brote, están constatando la presencia de la cepa británica, cuya contagiosidad es entre un 15 y un 20% superior.

Reinhard Wallman ha informado que del total de 142 “altamente sospechosos” de positivo atribuido a esta variante del SARS CoV-2, el 85% se han detectado en cribados de 15 brotes. El Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla está interviniendo en este estudio paralelo de la cepa británica analizando la caracteriología genética de los casos sospechosos para confirmarlos cuanto antes.

“En total, hemos cribado unos 964 casos confirmados de COVID de forma aleatoria, y 142 han sido confirmados como de alta sospecha de cepa británica. Aproximadamente el 15%. La evolución va creciendo en las dos últimas semanas. Todavía estamos a la espera de la secuenciación. Es un proceso que no va tan rápido. Tarda varias semanas. Es muy probable que se vayan a confirmar”, ha informado el consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez.

En todo caso, al menos ahora, la situación se considera “estable”, según Reinhard, lo cual no quiere decir que esto tenga repercusión inmediata en las hospitalizaciones, sobre todo en las unidades de cuidados intensivos. La tasa de incidencia comunitaria a 14 días (359/100.000 habitantes) hace que, al menos en lo que atañe a las UCI, el porcentaje de ocupación (23% este miércoles) no vaya a descender sino a aumentar, a medida que los positivos evolucionen. La tasa de ocupación de la UCI está fluctuando estos días entre el 20 y el 27%, de hecho Cantabria se sitúa este este miércoles en un estado de alerta 3, aunque no se descarta que vuelva rápidamente al 4, precisamente por esta fluctuación de la ocupación de la UCI que determina el estado de alarma de la comunidad.

Un elemento para el optimismo es la capacidad de los contagios entre los contactos estrechos de los casos positivos, que ha bajado. Si en navidades cada contagiado transmitía el virus a 4,2 personas, en la actualidad este índice contagiosidad se sitúa en 3,5 por positivo. Ello es reflejo de que “las interacciones sociales están disminuyendo”, ha dicho Wallmann, y de que “la población se está tomando más en serio las medidas”.

Un elemento para la preocupación es la situación de las residencias. El pasado martes se constataron 41 casos positivos entre usuarios y trabajadores de centros sociosanitarios. Según el consejero, la situación en las residencias de mayores es “delicada”, estando afectados por casos positivos 13 centros a día de hoy, lo que implica un total de 147 residentes contagiados y 48 trabajadores.

En los últimos siete días se han detectado en Cantabria 1.012 casos de coronavirus, un crecimiento del 11% con respecto respecto a la semana anterior, que experimentó un crecimiento en los contagios del 33%. Esta ralentización implica casos de todo tipo: en Torrelavega está descendiendo, en Reinosa se mantiene estable y es creciente en Santander y Laredo.

En términos generales, la situación de la pandemia en Cantabria es “bastante mejor” que la que se experimenta en otras comunidades autónomas. No obstante, las autoridades sanitarias recuerdan que Cantabria no es ajena al resto del país y puede sufrir las consecuencias de las altas tasas de otras autonomías.

Sin cargos públicos vacunados

El consejero no ha querido entrar a valorar la polémica desatada en otras autonomías por la vacunación de cargos públicos no incluidos en los grupos vacunables en este momento del proceso. No obstante, Rodríguez ha dicho que, según los datos de que dispone -“no estoy detrás de cada caso de vacunación”-, ningún cargo público, incluido el propio Gobierno de Cantabria, ha sido vacunado en la comunidad. Las dosis que se han administrado han sido en residencias de mayores, personal sanitario y colectivos como el de los presos de El Dueso, así como un grupo de rastreadores del Hospital de Liencres. “Eso es lo que sé”, ha apostillado.

Por otra parte, Miguel Rodríguez no ha sido tan categórico como el presidente Miguel Ángel Revilla a la hora de defender un toque de queda a partir de las ocho de la tarde, si el Gobierno central lo permite. No obstante, tampoco se ha mostrado contrario a ello. “Tenemos el horario más restrictivo. Si el Estado da la posibilidad de rebajarlo, lo valoraríamos. El presidente ya se ha pronunciado en ese sentido”. Y es que este mismo miércoles se reúne el Consejo Interterritorial en el que participa Rodríguez. Si en la reunión se acordara ampliar la horquilla horaria del toque de queda, serán los técnicos de la Consejería los que habrán de proponer el nuevo horario.

Con síntomas, en casa

El consejero de Sanidad también ha pedido públicamente a las personas que tengan síntomas que, ante la duda, se queden en casa. Según ha expuesto, ya se ha producido algún brote ocasionado por personas que, pese a tener síntomas, no se han recluido, de ahí la llamada de atención del consejero. “Reducir la incidencia está en nuestras manos”, ha recalcado.

Respecto al cese de la exdirectora general Paloma Navas, Rodríguez ha insistido en que dicho cese estaba “pactado y previsto” antes de la campaña de vacunación por lo que “no tiene nada que ver” con el fiasco de las escasas vacunaciones de los primeros días de la campaña.

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