El Gobierno cántabro acusa al Ministerio de apostar por proyectos “especulativos e ineficaces” frente al centro de datos Altamira, que “es el mejor”

El proyecto Altamira, un macrocentro de datos de 500 megavatios con una inversión prevista de carácter privado de 3.600 millones que promete crear 1.500 empleos en Cantabria, ha vuelto a evidenciar este viernes su principal talón de Aquiles: carece del punto de conexión eléctrica imprescindible para que pueda ser una realidad. La iniciativa cuenta con suelo comprado y con un Proyecto Singular de Interés Regional (PSIR) redactado y pendiente de aprobación -a finales de año o a principios de 2026-, y presume de avales técnicos, climáticos y de conectividad, pero sigue sin disponer de lo más básico para ponerse en marcha: su 'enchufe', tal y como lo definió la propia presidenta autonómica, María José Sáenz de Buruaga (PP). Y es que sin él no hay alternativa posible. 

Así lo ha reconocido este viernes el consejero de Industria e Innovación, Eduardo Arasti (PP), en una rueda de prensa ofrecida para hablar sobre Altamira y que, lejos de aportar novedad alguna, ha venido a ratificar el enorme escollo que supone que el Ministerio para la Transición Ecológica no haya incluido el proyecto cántabro en la Planificación de la Red de Transporte de Energía 2026-2030.

Arasti ha acusado al Ministerio de apostar por proyectos “especulativos, ineficaces y de gran impacto sobre el medio ambiente”, mientras deja fuera las dos posiciones solicitadas para ampliar la subestación de Penagos, imprescindibles para el campus tecnológico en el que se integraría Altamira. Y es que frente otros proyectos que han sido incluidos en los 3,8 gigavatios que contempla la planificación, Arasti ha defendido que el complejo cántabro es “el mejor”.

Ante esta situación, el consejero ha reconocido que “no hay ningún escenario alternativo” si el Gobierno central no atiende a sus alegaciones y, por tanto, no habilita el suministro eléctrico necesario. “Los 500 megavatios de potencia que requerirá el campus tecnológico cuando esté a pleno rendimiento, previsiblemente en 2032, serán tan solo el 13% de lo que el Gobierno de España ha contemplado en su planificación”, ha subrayado Arasti, quien ha insistido en que tanto el Gobierno de Cantabria como el promotor -el fondo Stoneshield Capital- son “flexibles”, puesto que se trata de un “proyecto escalable cuya potencia puede implementarse de manera gradual”.

“El campus tecnológico Altamira es el mejor frente a otros proyectos de centros de datos que son especulativos, muchos de ellos, ineficientes energéticamente la mayor parte, y con un gran impacto ambiental la mayoría de ellos. A la hora de elegir, yo creo que cualquiera elige lo mejor frente a lo inferior. Y eso es lo que vamos a proponer al Gobierno de España”, ha sentenciado el consejero. “Yo creo en la política como un instrumento para llegar a acuerdos”, ha resaltado, señalando que tratarán de emplear “el mismo modus operandi que ya tuvo éxito en el caso de la intermodal del Centro Logístico de La Pasiega”.

El consejero ha acompañado su exposición con un informe de la Universidad de Cantabria de 33 páginas, que ha descrito como un aval técnico al proyecto, especialmente en materia de eficiencia energética y condiciones climáticas. Según ese análisis, Altamira tendría una fuerte ventaja competitiva por no necesitar agua para refrigeración y por su baja latencia, gracias a los cables submarinos de Meta y Google de EEUU que desembocan en Santander.

Asimismo, ha puesto en valor que la iniciativa está financiada íntegramente por capital privado, por lo que no supondría ningún coste para el contribuyente. Arasti ha reiterado que “depende del Gobierno de España” que la inversión se lleve a cabo en Cantabria y ha solicitado el respaldo de todos los grupos parlamentarios “en torno a un proyecto de región y para España”. “Soy optimista porque este es un proyecto ganador y tiene todo lo necesario”, ha sentenciado el responsable de Industria.