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“Venga, vámonos de putas”: la 'cuenta pendiente' de los consumidores de prostitución en España

España es el primer país consumidor de prostitución de Europa.

Irene Sainz Oria

Santander —

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Juana vivía con sus hermanos y sus padres en Paraguay. Un conocido le ofreció trabajo de au pair en Francia. A Lucía, que venía de Uruguay, le dijeron que iba a trabajar como camarera. Terminó en un polígono a las afueras de Madrid con otras tantas en la misma situación. A Paula, brasileña, le contaron que iba a ser modelo. Marcela intuía a qué venía pero tenía que escapar de la pobreza. Sofía solo buscaba una vida mejor.  

Juana, Lucía, Paula, Marcela, Sofía… son las protagonistas de Historias de trata, un podcast de la Asociación Nueva Vida que forma parte de la campaña de sensibilización Cuando compras, ¿sabes lo que pagas?, iniciada con motivo del Día Internacional contra la explotación sexual y la trata de personas que se conmemora cada 23 de septiembre. La organización, con sede en Cantabria, Euskadi y Baleares, aspira con esta iniciativa a “remover la conciencia del consumidor de prostitución y elevar el compromiso social frente a la trata y la explotación sexual”.

Es necesario que las víctimas sepan que hay salida pero más allá, en España, “primer país consumidor de prostitución de Europa”, -según recuerdan desde Nueva Vida haciendo referencia al estudio Trata de personas hacia Europa con fines de explotación sexual de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)- el acento debe estar en “afear comportamientos” que han sido tolerados e incluso aplaudidos durante demasiado tiempo. Ese “venga, vámonos de putas en la cena de Navidad de la empresa” es una cuenta pendiente, explica Julio David García, gerente de Nueva Vida.

Y queda mucho trabajo por hacer: según la Encuesta sobre cuestiones de actualidad: la violencia sexual contra las mujeres del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicada el pasado febrero, el 60% de los españoles considera que el consumo de prostitución no debe estar penado. De hecho, el 28,1% lo considera “aceptable” y el 32,2%, a pesar de opinar que es “inaceptable”, afirma que no debe ser castigado por ley.

La asociación ha salido a la calle con los datos en la mano y “es alucinante comprobar que la gente no conoce la realidad de la prostitución en este país”. O no quiere conocerla. “Nuestro objetivo es llegar a las empresas, a los colegios e institutos, a los jóvenes” y ha sido “el Ministerio de Igualdad el que ha dedicado una partida específica a las campañas de sensibilización”, resalta.

Juana, una víctima de trata que se suma a las 88 de nacionalidad paraguaya identificadas entre 2018 y 2022, según el balance estadístico 2018-2022 sobre Trata y explotación de seres humanos en España, elaborado por Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO), fue forzada a ejercer la prostitución en un local regentado por una pareja. Hacía unos 18 servicios diarios sin descansos. Las agresiones eran habituales. En mayo de 2022 un cliente le dio una paliza y la violó. Un mes después acudió al médico por un posible embarazo que al final fue descartado. Se planteó denunciar la violación pero la amenazaron y la convencieron de que si lo hacía la deportarían.

Tras 11 meses en Francia, la pareja proxeneta tuvo “una fuerte discusión y echó a todas las chicas de la casa”. Juana consiguió hablar con un amigo que residía en España, quien le aconsejó trasladarse a Oviedo. Allí conoció a otras mujeres que le facilitaron el contacto de una organización especializada en contextos de prostitución.

La trabajadora social que la atendió le diagnosticó estrés postraumático severo. En la actualidad reside en el centro de acogida de la organización. También Lucía, que contó con el apoyo de un cliente para huir, llegó a la asociación. Ahora tiene un trabajo indefinido y una vida autónoma. Paula consiguió salir de una “casa enorme llena de chicas” en Madrid gracias a una redada de la policía.

El año pasado se realizaron 1.810 inspecciones –en toda España– en lugares de ejercicio de prostitución que se saldaron con 161 detenidos por trata (87 mujeres y 74 hombres), la mayoría de nacionalidad española (61), seguida de Colombia (25), Paraguay (11) y Brasil (10).

Fueron identificadas 129 víctimas de trata (120 mujeres, 5 hombres y 4 niñas), la mayoría también de Colombia (37) junto a Paraguay (19), Venezuela (16), Brasil (10) y Perú (10). La cifra es similar a la de 2018 (128) y se ha reducido respecto al pico registrado en 2019 (294). El informe del Ministerio del Interior distingue entre víctimas de trata y víctimas de explotación sexual. Estas últimas ascendieron a 435 en 2022, 400 mujeres, 5 hombres y 10 niñas. El número de detenidos en este caso fue de 241, 115 mujeres y 126 hombres.

Actuaciones “a mínimos”

El CITCO identificó a 6.655 personas en riesgo el pasado año en España, con Andalucía a la cabeza (1.233), seguida de Castilla y León (813) y la Comunidad Valenciana (713). El número ha descendido un 28,5% en comparación con 2018, cuando fue de 9.315. No obstante, en relación a 2020 (3.867) y 2021 (4.704) -los años de la pandemia COVID- se ha incrementado de forma notable. La mayoría de las personas en riesgo son de origen colombiano (1.395), español (1.249), rumano (949) y brasileño (600). En 2018 y 2019, era Rumanía el país de origen con más casos, 2.776 y 2.104, respectivamente.

El gerente de la asociación Nueva Vida pone en cuarentena las cifras oficiales. Sirva como ejemplo Cantabria: el resumen del CITCO apunta solo a 96 personas en riesgo de trata y explotación sexual pero el informe elaborado por la asociación con datos de 2021 cifraba en 300 el número de pisos destinados a la prostitución (el de clubs se mantiene en ocho) pero la Memoria 2022 de la Fiscalía de la Comunidad de Cantabria, publicada hace unos días, lo eleva a medio millar.

García considera el incremento “vertiginoso”. En su opinión, está relacionado con el crecimiento en el número de personas inmigrantes: “El 95% de las personas que se prostituyen son migrantes, sin papeles, en situación de pobreza, que es lo que empuja a la gente. Sabemos que no llegamos a todo y que el Estado tiene muchos más recursos. Le damos validez a los datos pero lo que nos plantea es que tenemos que solicitar más apoyo”. 

En el año 2019 Marcela decidió viajar a Portugal. A través de grupos de WhatsApp le ofrecieron trabajo en un club de alterne “con ingresos entre 700 y 1.000 euros”. Aún sabiendo que se trataba de prostitución accedió debido a su situación de vulnerabilidad. Era víctima de violencia de género y tenía una hija en Brasil que dependía de ella. La trasladaron entonces a Salamanca para trabajar en un establecimiento con condiciones extremas: no podía rechazar a ningún cliente, le retiraron el pasaporte y el teléfono y le prohibieron tener contacto con personas del exterior.

Gracias al apoyo de una organización consiguió iniciar el proceso de denuncia y fue identificada como víctima de trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Marcela fue derivada también a un centro de Nueva Vida, donde reside en la actualidad con su hija de 9 años, y se está formando para trabajar en el ámbito de la cosmética.

La asociación tiene uno de los pocos centros especializados para madres con menores que existen en España. El trabajo en este ámbito es “muy complicado”. “Los menores vienen muy damnificados, mucho”, subraya su responsable, pero “hemos conseguido que en el último año cinco mujeres, madres con hijos menores, encuentren un trabajo y puedan empezar una nueva vida”.    

Sofía vivía en Nigeria con su madre enferma y trabajaba en una tienda donde ganaba lo justo para sobrevivir. Un día conoció a una persona que le ofreció ir a España “para tener una vida mejor”. Lo pensó mucho antes de separarse de su familia y emprender a un viaje tan largo. Al llegar se dio cuenta de que no era la única. Fue enviada a un piso en una ciudad costera donde “una señora” la recibió “con buenas maneras”. La primera noche pudo dormir.

A la mañana siguiente descubrió cuál era la pesadilla a la que se enfrentaba: encerrada en una habitación, obligada a recibir hombres a cualquier hora, “tenía que estar siempre lista para satisfacer sus caprichos”. La amenazaban con matar a su familia, así que se vio obligada a continuar “para pagar una deuda que hasta ese momento no sabía que tenía”. Un cliente que llevaba varios meses visitándola le ofreció ayuda para salir de allí. Una mañana pidió permiso para ir a la farmacia y él la esperó “con un billete de autobús”. No conocía su destino final pero al menos había conseguido escapar.  

De vuelta a las cifras oficiales en cuestión, García apunta: “Te voy a dar un dato. Nueva Vida trabaja en Magaluf y este año ha atendido allí a 97 mujeres solo de nacionalidad nigeriana. Siete de ellas residen en Mallorca, el resto va a hacer la temporada y regresa a Euskadi, por ejemplo. Lo mismo pasa con muchas mujeres latinoamericanas en el resto de España”.

La pobreza es el caldo de cultivo de la explotación sexual y eso no ha desaparecido en este país

Julio David García Gerente de la ONG Nueva Vida

En cualquier caso, “a mayor incursión, mayores datos”, añade, para recordar una reunión con la jefatura de Policía donde a las ONG se las acusó de ir “a máximos”. “Bueno, solo les respondimos con una sonrisa en la cara que igual eran ellos los que iban a mínimos”. Respecto a la aparente mejora de datos, García concluye: “La pobreza es el caldo de cultivo de la explotación sexual y eso no ha desaparecido en este país”.

Prostitución, pornografía y legislación

El gerente de Nueva Vida incide en que no se debe obviar la relación entre trata, explotación sexual y pornografía. “El otro día hemos entrado en un piso donde había cámaras y era evidente que estaba preparado para grabar. Lo que pedimos es que España sea valiente para prohibir la pornografía dirigida a menores. Hay un problema serio. Lo estamos viendo incluso con los últimos casos relacionados con las inteligencias artificiales, como el de Almendralejo”.

Por último, rompe una lanza a favor de la Administración pero apunta que, después de los primeros avances “en la época de Zapatero, con Leire Pajín”  como ministra de Sanidad, Política Social e Igualdad, se han introducido “cambios legislativos” que han “querido facilitar” los trámites de las víctimas de explotación sexual a nivel legislativo pero queda pendiente el ámbito en extranjería. “En la regularización de las personas queda mucho por recorrer”, afirma. Por otra parte, la Ley contra la trata y la explotación sexual y la Ley de abolición de la prostitución siguen en pausa hasta que se forme Gobierno en España, que espera sea cuanto antes, “por el bien de todos”. 

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