Pedro, haz que pase

La izquierda movilizada le paró los pies a la derecha extremada y la extrema derecha. El país que no le teme al diálogo y la diferencia derrotó a la España que agita el miedo al otro, al inmigrante, al feminismo, al homosexual, al disidente. La España plural y plurinacional, la del 15M y el 8M, el matrimonio igualitario y la familia diversa, la libertad sexual y los derechos de la mujer, la integración y la tolerancia, la del Open Arms y el Aquarius, la que quiere ampliar derechos, venció a la que quiere recortarlos. Somos más los que queremos un país abierto donde cabemos todos, que los que quieren imponer un país único en el que sólo caben ellos.

La buena noticia es que el progresismo detuvo al fascismo. La mala es que los fascistas tienen partido nuevo en el Congreso. No han entrado a caballo como quería Santiago Abascal y cierra España, pero ya tenemos a los ultras en el Parlamento, como en gran parte de Europa, aunque menos creciditos que allí. Estamos aliviados porque se evitó que gobiernen, porque el histérico Casado se ha dado una “hostia” (en palabras de Rita Barberá) y porque los franquistas no son tantos como creían. Pero son bastantes y pueden ser más. Paramos el golpe pero pueden volver a golpear.

También paró el golpe Unidas Podemos con una buena campaña, sin embargo ha vuelto a caer y puede volver a hacerlo el 26M. En las generales, las divisiones de la izquierda han restado (Compromís, En Marea) y la suma de las tres derechas en las grandes ciudades augura dificultades para los ayuntamientos del cambio. Eso debería convencerles de que hay que dejar atrás las diferencias y buscar alianzas contra las derechas neocon, neoliberal y neofranquista. Sólo si se mueven para unirse, movilizarán de nuevo al electorado.

Pero de quien más depende que este país mire hacia Portugal y no hacia Francia es de Pedro Sánchez. Puede formar un gobierno con la ayuda de Unidas Podemos y el permiso de distintas combinaciones de nacionalistas y separatistas. O puede irse con el neoliberalismo ultranacionalista de Ciudadanos. La CEOE y el Santander ya han hecho público que quieren a Rivera. Dice Ana Botín que eso “complacería a los mercados”. Y para qué votamos si no es para complacer al amo.

Los medios que ayer le llamaban traidor, hoy quieren hacerle de celestinos con Alberto Carlos. Lo mismo le estarán susurrando los barones socialistas que le dieron la estocada por querer irse con Iglesias. Pues su militancia se lo dejó clarinete en la noche de la victoria: “Con Rivera, no”. Como Sánchez es capaz de hacer una cosa y la contraria, debería recordar que esos militantes le salvaron del apuñalamiento de su partido precisamente porque prometió el retorno del PSOE hacia el socialismo.

No sólo por eso, también debe hacerlo por lo que han expresado las urnas. La mayoría ha votado por la soberanía popular frente al Ibex, por la defensa de las pensiones y los servicios públicos frente al mercado, por la igualdad y la justicia social frente a la precariedad, por un diálogo con Cataluña sin 155, por la protección de mujeres y gays, por acoger y dar refugio, por la España plural. Pedro, por tu propia coherencia y conveniencia, haz que pase.

MARTES A LAS 10H, ANÁLISIS: CON QUIÉN PACTARÁ PEDRO SÁNCHEZ.

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