Artículos de opinión de Javier Gallego, director del programa de radio Carne Cruda.
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No es sólo por el juicio de la Gürtel. En las horas previas a la moción de censura, el PP ha seguido acumulando razones indecentes para que sea urgente desalojarles del gobierno. En sede parlamentaria y en tono chulesco, la ministra María Dolores de Cospedal, ha negado la contabilidad B de su partido en una declaración plagada de mentiras y el director de RTVE justificó que su nombre esté en los papeles de Bárcenas, atacando a Podemos por Irán y Venezuela. Hay que aclararles que el Congreso no es su bar ni su cortijo, es la casa de todos.
También RTVE es la radiotelevisión de todos pero el PP la mantiene secuestrada pese a las masivas protestas de sus trabajadores que el mismo director del ente llamó con desprecio “minoría minoritaria”. Hay que recordarle que no es su finca.
También el Parlamento, frente a las víctimas del franquismo, el ministro Zoido se ha negado este miércoles a retirarle una medalla y pensión vitalicia, al torturador Billy El Niño. Dice que no hay sentencia contra él. Obvió decir que la ley española lo impide y que el PP vetó que se le extradite a Argentina donde sí le quieren juzgar. Se puede ser miserable, mentiroso y ministro. Cuando las víctimas no son utilizables, no les importa pisotearlas.
Ahí está también el YAK 42: esta semana ha aparecido una pierna de uno de los fallecidos enterrada en un cementerio de Turquía. Qué más razones se necesitan para echar estos patriotas de boquilla a los que se les llena la boca con España mientras entierran por partes a los que mueren sirviéndola.
Hay que echarles. Hay que echarles porque han despedazado este país y lo quieren enterrar a trozos. Hay que echarles porque no han dejado ni una institución sin corromper y las tienen todas secuestradas. Hay que echarles porque se niegan a ver que son la enfermedad, echarles porque no pueden ser la cura. Hay que echarles por robar, por estafar, por mentir, por engañar.
Hay que echarles porque siguen actuando como herederos de un régimen totalitario, como sátrapas y caciques, como si el país les perteneciera, sin importarles que veamos cómo mueven los hilos desde las cloacas. En los últimos días, han maniobrado en la Justicia para conseguir la libertad con fianza de la mujer de Bárcenas, condenada a 15 años, condición para el silencio del ex tesorero. Ya se lo dijo Rajoy: haremos todo lo que podamos, Luis. Y así todo.
Así todo, sobran las razones para que Rajoy dimita. Tendría que haber dimitido justo después de que un tribunal determinase que su partido tenía una contabilidad ilegal y que él mintió al respecto ante los jueces. Pero ha decidido hacer lo único que sabe, lo que le pidió a Bárcenas: resistir. Es el país el que no lo resiste más. Por eso, esta moción no va de partidos ni de quién sale ganando o perdiendo. Va de que hay que echarles porque no se van. Va de que el cáncer se extirpa y después acordamos el tratamiento.
No va de los intereses particulares de PNV, PSOE, Podemos, independentistas o Ciudadanos, va del interés general. Va de liberarnos del secuestro de las instituciones, sacarnos del bloqueo territorial, acabar con la corrupción y la impunidad, aprender a dialogar, respetar a la ciudadanía, devolver a la política la dignidad y la decencia. Va de este país, de la democracia y de su gente. Va de que mientras siga el PP de Rajoy, nadie gana, todos perdemos.
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