Experiencias en positivo de la pandemia: Isa y Laura, “manchegas de Daimiel” y su 'café de especialidad'
La pandemia les hizo replantearse lo que querían para su vida, cambiar su destino y volver a sus raíces, a su tierra. Sólo tenían clara una cosa, tenía que ser cerca de Daimiel, en Ciudad Real, donde residen sus padres y donde han vivido hasta que tuvieron que salir de casa para estudiar primero y trabajar después.
Esta es la historia de Isa y Laura, dos hermanas que en 2023 abrieron la cafetería Onza en Ciudad Real, donde ofrecen café de especialidad, una idea que se gestó en los meses del confinamiento y que las trajo de vuelta y, pese a la incertidumbre y las dudas de los inicios, ha sido todo un éxito desde que comenzó.
Ellas mismas se definen: “Somos dos hermanas manchegas de Daimiel que tomamos caminos diferentes, salimos a ciudades diferentes a estudiar cosas diferentes, la pandemia fue un punto clave y decidimos volver a nuestras raíces”.
Isa es licenciada y máster en Psicología por la Universidad de Granada, y Laura es ingeniera de Edificación por la Universidad de Castilla-La Mancha. Al acabar sus estudios iniciaron su vida laboral, pero “no nos estábamos dedicando a aquello para lo que nos habíamos formado, teníamos trabajos bastante precarios, por eso decidimos buscar nuestro propio futuro, otro medio para ganarnos la vida”.
Si hay que remontarse al momento en que empieza a fraguarse la idea hemos de trasladarnos a 2018, cuando estas dos hermanas hacen un viaje de turismo a Praga: “Desde que volvimos, siempre recordábamos el sabor del café que tomábamos en la capital checa, en ese momento no sabíamos que era, pero un año más tarde le pusimos nombre y supimos que lo que nos tomábamos en Praga era café de especialidad, a partir de ahí surgió la idea y empezamos a preguntarnos por qué nosotras no podríamos hacer algo así”.
Pero fue en 2020 cuando los acontecimientos les brindaron ese momento que necesitaban para pensar: “La pandemia fue un momento de inflexión, donde le dimos forma a esa idea”.
Quedaba en el aire la duda de si Ciudad Real era el sitio idóneo para hacer realidad una cafetería de especialidad porque, porque según cuentan Isa y Laura, ya hubo una hace unos años y tuvo que cerrar, pero lo que sí tenían claro es que “ya que montábamos algo, ya que íbamos a cambiar de vida y dejábamos atrás cosas, ya que hacíamos una gran inversión, queríamos que fuese cerca de nuestros padres, de nuestras raíces porque lo que queríamos era volver a algo que tuviésemos seguro y eso era Ciudad Real”.
Y así, con la poca experiencia que les daba haber trabajado en hostelería a los 17 años mientras estudiaban y sin ningún conocimiento de cómo emprender, empezaron a dar forma a Onza.
Un camino largo y tortuoso
“Desde que lo pensamos hasta que lo abrimos fue una locura, nos encontramos un montón de baches para todo”, aseguran. “Cuando quieres emprender te encuentras muchas cosas nuevas que desconoces, a las que nunca te has enfrentado. Tienes que lidiar con administraciones, con proveedores, con Hacienda y n un montón de trámites que no controlas y que tienes que ir superando paso a paso”, resumen.
Y además, las cosas parecían que no avanzaban porque con cada trámite surgían nuevos problemas: “Nos ha pasado de todo, desde los mismos inicios cuando nos hicieron mal la constitución de la empresa y la tuvimos que disolver y formar otra nueva; luego estuvimos en un local para el que no nos concedían licencia y tuvimos que irnos a otro. Tardamos tres años, del 2020 al 2023, en conseguirlo, fue largo, pero pusimos mucho empeño. Si no lo hubiéramos tenido tan claro y un objetivo tan decidido, lo hubiéramos abandonado por el camino”, resumen con seguridad.
Como compensación, desde el mismo día en que abrieron las puertas, han tenido las mesas llenas, Ciudad Real les ha compensado. “Desde el principio, fue genial, nosotros teníamos mucho miedo porque era un producto nuevo, un enfoque nuevo, el local es diferente a lo que hay, la gente de Ciudad Real está acostumbrada a otras cosas, incuso nuestros precios son algo más elevados, pero desde la primera semana ya teníamos bastante gente”, asegura.
Café y repostería de temporada
Onza, además del café de especialidad para tomar con calma, ofrece desayunos y meriendas con productos de elaboración casera, todos hechos por ellas. “Nos enfocamos al producto de temporada en desayunos y meriendas. Si es verano se encuentran cosas diferentes de la que encuentras en invierno. Utilizamos mucho las frutas, por ejemplo, ahora estamos poniendo mucho higo, la repostería va muy enfocada a lo que encontramos en el mercado por la mañana”, aseguran.
Este es uno de sus éxitos: “Esto es algo que gusta porque nunca ofrecemos lo mismo, siempre que vienen hay cosas nuevas”.
Laura elabora cada día toda la repostería: “Soy autodidacta, mi formación no es en pastelería ni en repostería, pero desde pequeña me ha gustado mucho y mi formación ha sido buscando recetas, leyendo, intentándolo mucho, prueba y error”, afirma. Ya tiene una elaboración que no puede nunca quitar de la carta: “Lo que más se pide es algo que hacemos desde el principio que son los rollitos, unos bollos húmedos de canela, de vainilla, pistacho o chocolate y esto siempre lo vas a encontrar en Onza. Es lo que más se vende y lo que más piden”.
Todo ello enfocado a un público muy variado, desde estudiantes, hasta personas mayores, abuelas con niños, “eso sí, mayor porcentaje de mujeres”. Tienen clientela habitual aunque poca porque “esto no es un producto de todos los días, nuestros tiempos son más extensos, aquí sabes que tienes que venir con más calma. Lo que sí tenemos es mucha clientela de celebración, de quedar con los amigos, aquí dan noticias o celebran cumpleaños, es un lugar más especial. La gente que viene sabe que tiene que esperar y yo creo que esperan con agrado”, afirma.
Isa y Laura no se van a parar aquí y ya piensan en sus próximos pasos: “Onza ya nació con la idea de evolución, tenemos proyecto de futuro, pero tenemos primero que ir digiriendo lo que nos ha pasado. Nuestra intención es seguir creciendo y no quedarnos solo en Onza”, concluyen.
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