Buscando el primer diagnóstico científico de la situación del colectivo LGTB en la provincia de Toledo
Conocer la realidad del colectivo LGTB desde una perspectiva científica. Es el objetivo del estudio 'Cultura del conflicto LGTB y transición dialogada hacia el barrio abierto a la diversidad genérico-sexual', una materia que todavía supone un “importante” reto para las comunidades como la provincia de Toledo, para construir “propuestas de transformación” para las distintas identidades de género, sexuales y afectivas. El investigador social Maurizio Montipo, de la Universidad Autónoma de Madrid, trabaja en este sentido en el primer diagnóstico de la situación de esta población en particular en la provincia de Toledo.
A través de un riguroso cuestionario, al que se puede acceder en la siguiente dirección, se pretende conocer las necesidades y demandas de este colectivo, trabajando también a través de la participación ciudadana y la colaboración con asociaciones como LGTBI+ Bolo-Bolo Toledo, la Fundación Triángulo Castilla-La Mancha y Stonewall Toledo. El fin: conocer las experiencias, percepciones y demandas de la población LGTBI+ y también de sus familias, con especial interés en la convivencia en entornos rurales y urbanos.
Con los resultados que se obtengan, se pretende establecer una Mesa de Diálogo sobre Diversidad Sexual, Familiar y de Género, para incentivar el desarrollo de políticas públcias que respondan a las necesidades que se han identificado. Pueden participar personas que se identifiquen como lesbiana, gay, transexual, bisexual, intersexual, o como otras opciones sexuales y de género “minoritarias”.
El enfoque en la multiculturalidad, aplicado a la diversidad sexual o de género
Maurizio Montipo explica que es “necesario” vincular este diagnóstico, con el que todavía no se cuenta, con la necesidad de construir también un conocimiento científico alrededor de los retos que supone la búsqueda de igualdad y la inclusión social de las personas, sin discriminación de su orientación, identidad o expresión sexual o de género. Además, explica el experto, en Toledo se cuenta ya con antecedentes, gracias al programa de mediación comunitaria que se ha desarrollado alrededor de la participación ciudadana, de la mano de IntermediAcción.
“El objeto de nuestra investigación es este enfoque de multiculturalidad, pero aplicado a las cuestiones de diversidad sexual de género y familiar también. Nuestra idea es que, a partir de la comunidad local, se cree un proceso con dos fases: el diagnóstico primero en los barrios, que es un marco más amplio, y también en la zona rural, en una región con una gran ruralidad. Debemos combinar ambas realidades, la rural y la urbana”, recalca el investigador. De este modo, se pueden combinar “todas las dimensiones” disponibles para poder dar voz a las personas LGTBI, a sus necesidades y su visión, para poder analizar e interpretar su discurso.
Para ello se ha recurrido primero a grupos de discusión, para luego seguir con la encuesta, a través de la cual se quieren obtener datos de dimensiones “fundamentales” de la convivencia y de la vida del colectivo, a través de distintos parámetros. De este modo, recalca la importancia de la colaboración de asociaciones locales, ya que ha permitido identificar no sólo barrios, sino zonas específicas para poder evaluar en términos de seguridad y “amabilidad” para las personas que se identifican como LGTBI. “Pensando en visibilizarse, en ser libres de poder expresarse en el espacio público”, recalca.
Entre otras preguntas, se consulta acerca de la discriminación, si se han expuesto a situaciones de violencia o qué opiniones tienen acerca de las políticas públicas y municipales que están en marcha actualmente. “De este modo podemos tener un primer panorama del estado actual de la situación y elaborar propuestas y las actuaciones que se deban realizar según las necesidades que se hayan expresado en el cuestionario”, recalca Montipo.
Además, explica que se trata de una iniciativa que se quiere unir al tejido que está actualmente en marcha, como ocurre con el desarrollo de la Ley LGTBI regional o los planes municipales de diversidad con los que se está contando. “La idea es fomentar este tipo de intervención de cambio social, a partir de la colaboración entre la sociedad civil y las instituciones. Este conocimiento científico constituye una base para este tipo de trabajo”, señala el experto. Pero, advierte, no sólo se trata de estadísticas, sino de recoger experiencias concretas de las personas, y darles un espacio para que puedan formular recomendaciones que luego sean dialogadas con las instituciones y la sociedad civil.
“Es importante que participen las personas migrantes, con diversidad funcional, que pertenezcan a comunidades más tradicionales o que se identifiquen como personas trans. Se trata de identidades que encuentren en el estado actual con muchos avances pero aún en cierta manera que sufran más prejuicios estructurales. Por eso, su participación es importante. La participación constituye un ejercicio solidario por parte de la ciudadanía”, concluye Montipo.
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