Cuenca deberá instar al Obispado a retirar los símbolos franquistas de la Catedral
El equipo de Gobierno del Ayuntamiento sigue defendiendo que no es quien para instar al Obispado a retirar la simbología franquista del lateral de la Catedral de Cuenca, pero el pleno aprobó el miércoles, gracias al respaldo del resto de formaciones (PSOE, IU y Ciudadanos), una moción presentada por los dos primeros partidos en la que se insta al Ayuntamiento a dar un mes de plazo al Obispado para que lleve a cabo la retirada tanto de la inscripción de José Antonio Primo de Rivera como de los tres escudos de la Falange (la cruz se podrá mantener).
En caso de que no hacerlo, el Ayuntamiento deberá ejecutar la retirada por su cuenta, retirando para ello las ayudas y subvenciones al Obispado. Recuerdan, además, que es algo que ya fue aprobado por el pleno en noviembre de 2014. El concejal de Seguridad, Carlos Navarro, argumentó el rechazo del equipo de Gobierno aludiendo a las razones “artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas” que la Ley de la Memoria Histórica establece como excepción en su artículo 15, aunque no dio argumentos que demuestren ese carácter “artístico” de los símbolos.
“El nombre de un señor asesinado hace 80 años”
Asimismo, aludió a que están ubicados en “propiedad privada” y “hay que respetar algo tan preciado como la propiedad privada”, aunque el mismo artículo de la ley señala que las administraciones públicas podrán “retirar subvenciones o ayudas” a los propietarios privados que no ejecuten la retirada de este tipo de símbolos.
Navarro fue incluso más lejos al rechazar que los símbolos de la Catedral tengan un “componente político” en la actualidad. “Lo tuvo allá por el año 36, hace ahora 80 años (…) pero eso se pierde y pasa a ser recuerdo (…) y lo que queda claro es que el componente de exaltación ha desaparecido (…) Una cruz latina con el nombre de un señor asesinado hace 80 años no supone exaltación de nada a la gran mayoría de los españoles (…) Lo que queda es una especie de monumento que sirve para que las generaciones presentes y futuras sepan de su historia tal y como ocurrió. Ustedes lo que quieren es manipularla con una ley, lo cual es peligrosísimo y nos pone los pelos de punta a los verdaderos demócratas”, apuntó.
Incluso, Navarro arremetió también duramente contra la Ley de la Memoria Histórica en vigor desde 2008, a su entender impulsada “por el peor de los presidentes que ha tenido la historia reciente de nuestro país, que mandó al paro sin pestañear a cuatro millones de españoles y promovió leyes que supusieron el enfrentamiento en la sociedad, como esta y la de la libertad del aborto”, dijo.
El secretario municipal, Francisco Suay, mostró por su parte sus “dudas” de que el Ayuntamiento pueda “entrometerse en la propiedad privada” para retirar los símbolos, pero sí admitió que “otra cosa es instarle a ello y quitarle ayudas”.
Rechazo de la oposición
En la oposición, todos los grupos demandaron la retirada. “Las leyes están hechas para que se cumplan”, apuntó la portavoz de Ciudadanos, María Jesús Amores, mientras que Pablo García, de IU, recordó que “los acuerdos de pleno son jurídicamente vinculantes, y de ejecución inmediata”, por lo que entiende que por el acuerdo de 2014, y ahora también por la aprobación de esta moción, el Ayuntamiento debe proceder a “la ejecución forzosa o la imposición de multas al incumplidor”.
La portavoz del PSOE, María Jesús Gómez del Moral, lamentó por su parte que los símbolos sigan en la Catedral casi diez años después de que se aprobara la Ley de la Memoria Histórica e instó al secretario general a exigir el cumplimiento del acuerdo de 2015 en aras de “la concordia, el pluralismo y la defensa de todas las ideas democráticas”.
