PODCAST | Mayte Olmedilla: “La desaparición de las bufonas coincidió con la quema de brujas. Ahí lo dejo”
A Mayte Olmedilla aún tiene algo de acento porteño, no en vano, Buenos Aires es la segunda casa de esta violinista, cantante y clown, donde este verano hizo temporada en el Teatro Galpón de Buenos Aires con 'Everlasting Love', un espectáculo con el que sigue de gira por Castilla-La Mancha incluida en la Red de Artes Escénicas y Musicales de Castilla-La Mancha.
Desde Buenos Aires, directa a Tragacete, donde participó en la Semana de la Cultura Rural Innovadora encontránsose con gran parte del sector cultural que crea en el medio rural conquense. “Aunque soy de pueblo, encontrarme con otra mucha gente que trabaja en el medio rural, fue un gran impacto, porque es algo que has tenido delante de los ojos durante mucho tiempo sin darle el valor que tiene”, explica. “Aún sigo reflexionando sobre algunas cosas de las que compartimos allí, como conocer la experiencia de Lucía Camón en Torralba de Ribota y no poder contener el llanto viendo su documental”.
En 'Everlasting Love' dialoga con su abuela María y, a través de ella, con todas las mujeres rurales de su generación, “las mujeres necesitamos también liberarnos de mucha carga y de mucha autoexigencia que vamos transmitiendo de generación en generación. Necesitamos espacios donde poder romper con esa autoexigencia que traemos desde hace siglos”.
Un trabajo en el q'ue trata de volver a sus orígenes para comprenderlos, “y abrazarlos de alguna manera”, explica Mayte Olmedilla. “Ha sido un poco como el viaje de Ulises. Volver al lugar de origen, al lugar del que partiste. Obviamente ya soy la misma que cuando me marché, pero volver al pueblo ha sido como rascar en algo que está muy dentro para intentar ponerme en la piel de las mujeres rurales de dos generaciones anteriores y preguntarme, por qué yo no soy así, qué camino he andado que ellas no pudieron andar. Ha sido hermosísimo ver cómo este diálogo con mi abuela conectaba con el público de Buenos Aires, porque tiene un relato muy auténtico. Es una narración absolutamente pura”.
Mayte Olmedilla, licenciada en la especialidad de viola y profesora de conservatorio, lo entiendo como parte importante de su trabajo como Clown, “mis maestros de Clown siempre me decían que el Clown debe tener una habilidad, no basta con subirse al escenario, sino que vemos en ellos algo muy particular que pueden hacer. Puede parecer una tontería, pero nadie sabe andar como Chaplin, era un virtuoso del gesto. Al público nos gusta ver que no todo es tan obvio, ni tan fácil, porque si no, sería ordinario”.
En estos momentos lleva un tiempo tirando del hilo que ha lanzado el historiador Javier Fernández Ortea en su libro 'Alcarria Bruja' (AACHE, 2022), “si empezamos a tirar de la madeja llegamos a historias muy potentes y muy cercanas, historias que han pasado en nuestros mismos pueblos y que desconocemos. Me interesa esa conexión entre las brujas y las bufonas medievales, una hipótesis de mi maestro Leo Bassi. En las cortes de la Edad Media había bufonas superpoderosas que estaban al lado de los reyes, pero de pronto, desaparecen de la historia y cuando las volvemos a ver, se han transformado. En 'Las Meninas' de Velázquez, por ejemplo, ya no tienen forma de mujer, sino que tienen que tener cuerpos deformados para poder desempeñar ese rol. De ahí sale mi hipótesis de la posible relación entre la quema de brujas y la desaparición de las bufonas. Y eso ha pasado aquí en la puerta de mi casa, en la Alcarria”.
Mayte Olmedilla, premio Max de las Artes Escénicas con la compañía Funamviolistas, del cual es creadora, productora y fundadora junto con Ana Hernández y Lila Horovitz, vive un momento profesional especialmente dulce, pues además de la temporada teatral en Buenos Aires, ha estado colaborando con el Museo Reina Sofía colaborando con la artista visual Leonor Serrano Rivas, sigue realizando talleres de Clown y “ahora tengo un proyecto muy potente con Funamviolistas porque en marzo haremos unos conciertos en gran formato con la Orquesta Sinfónica de Extremadura”.
Mente inquieta y gran comunicadora anda ahora con la intención de realizar un Máster sobre pensamiento y creación escénica, porque cree que “los artistas tenemos que reclamar también nuestro tiempo para la reflexión y salir un poco de la vorágine del círculo crear, producir y vender. Quiero investigar y tengo ideas muy locas para próximos proyectos que quiero madurar”.
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