Greenpeace alerta de futuros “problemas” por la “falta de rigor” ambiental del cementerio nuclear
- La responsable de la campaña antinuclear de la organización ecologista cree que tendrían similitud económica y ambiental con los del proyecto Castor
La organización ecologista Greenpeace ha alertado sobre los “problemas” que podría generar la aprobación del estudio de impacto ambiental del cementerio nuclear en Villar de Cañas (Cuenca) “sin el debido rigor” e incompleto. Un estudio que sigue pendiente de visto bueno por parte del Ministerio de Medio Ambiente que dirige Isabel García Tejerina.
Raquel Montón, responsable de la campaña antinuclear de Greenpeace España realizaba hoy en Toledo un paralelismo entre el futuro Almacén Temporal Centralizado (ATC) de residuos radiactivos proyectado en Cuenca, con lo ocurrido con el proyecto del almacén subterráneo de gas natural Castor en el Mar Mediterráneo, frente a la localidad de Vinarós (Castellón).
A todas las “deficiencias, lagunas e inconvenientes que está teniendo este proyecto” del basurero nuclear a lo largo del tiempo, Greenpeace suma el hecho de que el Consejo de Seguridad Nuclear no haya trasladado todavía al Ministerio de Medio Ambiente los detalles de “cómo funcionaría este cementerio en estado normal, operativo, y qué pasaría en estado de accidente”. Y por eso, dice, “el estudio de impacto ambiental no puede estar completo de ninguna de las maneras. Tiene una enorme deficiencia”. En este punto alude al proyecto Castor y a los posteriores inconvenientes provocados por no disponer a un informe de impacto ambiental completo. “Me estoy refiriendo al problema generado por el proyecto Castor para los contribuyentes, además de para el medio ambiente” al no contar, decía, “con el debido rigor”.
Califica como “error” del CSN el hecho de haber otorgado luz verde al emplazamiento de basurero nuclear en Villar de Cañas, por un lado, y por otro la autorización de construcción (que aún no se ha producido). Ambas cuestiones, dice, no deberían estar separadas porque “no ayuda ni a la seguridad ni a la financiación del proyecto que se puede encarecer por esto que han hecho”.
Un ATC basado en un Plan de Gestión de Residuos “obsoleto e infradotado”
También se ha dirigido en sus críticas al Ministerio de Energía que dirige Álvaro Nadal al recordar que el proyecto del cementerio nuclear de Villar de Cañas se basa en un Plan de Gestión de Residuos Nucleares que está “obsoleto” porque que data del año 2006 y que “además está infradotado financieramente”. Raquel Montón ha lamentado que “en vez de actualizar el Plan de Gestión de Residuos para saber cuál sería la situación de un cementerio nuclear, están empeñados en seguir manteniendo las centrales nucleares y este proyecto sin darle la dotación económica y técnica” que, en su opinión, sería necesaria y que Greenpeace reclama “desde hace años”.
El Plan de Gestión de Residuos Nucleares pasa, según la portavoz antinuclear de Greenpeace, por tres fases. En primer lugar, concretar las mejores técnicas disponibles para ubicar los residuos radiactivos tanto en los Almacenes Temporales Individualizados (ATI’s) de las centrales nucleares como en otro tipo de instalaciones. Después, concretar cuáles son las mejores tecnologías relacionadas con la seguridad nuclear y realizar un estudio económico sobre las alternativas porque “la economía está relacionada con la seguridad” y finalmente abrir un proceso de transparencia para que “podamos decidir entre todos, conociendo toda esa información. Eso se ha hecho al revés y se ha decidido a ojo quién era el mejor postor para almacenar los residuos nucleares. En algún sitio hay que gestionarlos, pero desde este camino”. Descarta en este sentido, la idea de llevarlos directamente a un Almacén Geológico Profundo, entre otras cosas porque “una vez almacenados en profundidad jamás podremos acceder luego a ellos”.
Greenpeace reclama avanzar hacia un modelo energético “cien por cien renovable” en 2050, dado el actual momento de “transición energética” que se vive en todo el mundo y en el que España es “pionera”. Raquel Montón sugiere como fecha límite para cerrar las centrales nucleares y las de carbón el año 2025 y “desde luego ver qué solución damos a los residuos nucleares que no los hemos producido los ciudadanos, que han dado beneficios a las empresas y que parece que estamos obligados a pagar los demás”.
Castilla-La Mancha pide afrontar el ATC desde “una perspectiva de Estado”
Las declaraciones las realizaba Montón durante un encuentro con el consejero de Medio Ambiente, Francisco Martínez Arroyo, para informar a la organización ecologista sobre los pasos de la Junta castellano-manchega en torno al ATC y reiterar su postura contraria a su instalación en la región. Martínez Arroyo ha pedido afrontar la cuestión “desde la perspectiva de Estado” y de manera “planificada” para buscar un modelo “sostenible y válido para todos y no tomando las decisiones en contra de los ciudadanos de un territorio de nuestro país”.
Ha manifestado que Castilla-La Mancha “seguirá demandando” a la Unión Europea que “vigile” la protección de los espacios naturales en la región, como última responsable de la Directiva Europea Hábitats, y en particular en lo que tiene que ver con la Laguna de El Hito y su entorno -que incluye los terrenos en los que se ubicaría el ATC de Villar de Cañas- recuerda el consejero.
Señala que el Ejecutivo castellano-manchego apuesta por la protección del medio ambiente y, en particular, de todos los espacios “que la requieren”. Sostiene que la Junta ha llevado a cabo un “uso responsable” de sus competencias al plantear mediante decreto la ampliación de la protección ambiental de la Laguna de El Hito -que bloquearía la construcción del ATC en Villar de Cañas- y que, recuerda, se hizo “a instancias de la Comisión Europea que nos indicó la necesidad de proteger este espacio”. Alude también al programa europeo ‘Life Esteparias’ que está en marcha, y aprobado por Europa, en Castilla-La Mancha para proteger a este tipo de aves y que incluyó entre sus objetivos la protección de la Laguna de El Hito y su entorno.
En cuanto al modelo energético por el que apuesta el Gobierno regional para Castilla-La Mancha, el consejero ha reiterado su interés en las energías renovables y sostenibles, “que no es en ningún caso el de la energía nuclear”. Y en este aspecto ha recordado los últimos informes remitidos por la Consejería al Ministerio de Medio Ambiente que estudia la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), necesaria para autorizar a Enresa a construir el ATC en Villar de Cañas.
Un informe en el que, recordaba, se pone de manifiesto que “la biodiversidad tiene un enorme riesgo si se construye este cementerio nuclear en Villar de Cañas” así como “todos los defectos” del estudio ambiental presentado inicialmente por Enresa. “Hay muchas carencias desde el punto de vista de la afección a los acuíferos, la sismológica -estamos teniendo pequeños terremotos permanentemente en la zona- y finalmente la afección radiológica, sobre las personas, el entorno y en los municipios de toda España que se verán afectados por el transporte de los residuos al basurero nuclear”. Se refería así al informe de Greenpeace en 2015 que valoraba el “riesgo radiológico” para más de 200 municipios que el informe ambiental de Enresa “no tiene en cuenta”.
Greenpeace tiene su propia opinión al respecto. Raquel Montón recuerda que las instalaciones nucleares están sujetas al estudios impacto ambiental “transfronterizo”, y alude al convenio de Espoo- por el que los países de la Unión Europea (y algunos más) “tienen derecho a participar en el estudio y sería motivo para preguntarse por qué no lo está haciendo el Ministerio”.