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Isabel y Alfonsa, dos hermanas que viajaron de Barcelona a Manzanares para desenterrar a su abuelo

Isabel, buscando a su abuelo en Manzanares.

Francisca Bravo Miranda

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Hace una semana, las hermanas Isabel y Alfonsa emprendieron el viaje a Manzanares desde Barcelona. El camino hacia el pueblo de su familia, esta vez, era diferente. Tras años de búsqueda, las hermanas acudían a participar en la exhumación de la fosa común del cementerio manchego, en la que está enterrado su abuelo desde su fusilamiento, el 20 de julio de 1936. Pertenecen a la Agrupación de Familiares por la Memoria Histórica de Manzanares, personas de todos lados de España y de todas las edades con un objetivo común, el de encontrar a sus familiares represaliados.

El proceso no fue fácil, como no suele serlo. “Primero le pedimos información a la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Fue la primera novatada al empezar, nos dijeron que no tenían nada”, relata Alfonsa. Pero la Generalitat catalana sí las ayudó. Tardaron un año. “Nos dieron un sobre con cada uno de los abuelos. Ahí empezamos a buscar”, recalca. La búsqueda se detuvo unos años, “porque no encontrábamos nada más”. Entonces encontraron a la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica. Se pusieron en contacto con Marco y le entregaron toda la información que tenían.

“Sabíamos que había sido fusilado y estaba enterrado en el cementerio de Manzanares. Pero entonces nos dijeron que teníamos que tener una mayoría para poder empezar el proceso de la exhumación. Y nos pusimos a ello”, explica Alfonsa. Cada año, el colectivo de familiares se reunía en el cementerio para homenajear la memoria de sus seres queridos. Y ahí se fueron. “Nos fuimos corriendo dese Barcelona. Veníamos a Manzanares, pero no mucho, aunque tenemos mucha familia y mi padre, mi abuela y mi madre están enterrados aquí”.

El sol manchego quema, explica Alfonsa. El sol, el calor, unido a los esfuerzos con la carretilla. Alfonsa continúa con su historia. “Me vine preparada, con todos mis datos y los de la asociación para encontrar a más familiares y poder comenzar la petición de exhumación. Empezamos con ello en 2017”, recuerda. “Hubo gente más rezagada. A lo mejor tenían miedo. Pero en enero de 2020 me llama Marco y me dice: ya lo tenemos todo preparado, el proyecto para exhumar las dos fosas de extramuros. Se nos pusieron los pelos de punta. Una alegría y una tristeza, un sentimiento agridulce un poco extraño. Marco es una joya”, recalca.

En el camino de encontrar a su abuelo, han ayudado a otras familias a poder unirse a esta búsqueda, familiares de distintas zonas de España, personas mayores. Hasta que llegó el lunes 17 de mayo. “Estamos muy contentos, porque quieren encontrar a sus familias y van apareciendo más familiares de las fosas de intramuro, incluso llegan bisnietas. Nos hace muchísima ilusión que venga gente joven”, describe Alfonsa.

Por supuesto, añade, se han hecho socias de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica. “Es algo muy importante. Es que deberíamos poder ponerlo también en la declaración de la renta, vemos cómo trabajan y es alucinante el esfuerzo tan enorme que hacen. Tienen todo nuestro agradecimiento”, asegura.

Pero ¿quién era su abuelo?

Alfonso Fontiveros Muñoz fue fusilado el 20 de julio de 1936. “No estuvo en las cárceles, solo unos pocos días. Había mucha documentación, un juicio sumarísimo, el acta de defunción”, recalca Alfonsa. Fontiveros fue un líder sindical importante en Manzanares, que funcionaba como enlace sindical para las negociaciones en Madrid. “Era de la Casa del Pueblo y de la CNT”, recalca su nieta.

La documentación de Antonio Bermúdez García-Montero en el libro 'República y Guerra Civil: Manzanares 1931-1939' señala que la Federación de Trabajadores de la Tierra tenía 900 afiliados, y, por tanto, era la organización más influyente. Dentro de esta federación, Fontiveros era presidente de la agrupación de jornaleros. Tras la declaración de la Segunda República, la afiliación sindical creció de manera “extraordinaria” y, ante la imposibilidad de acoger a los trabajadores, se agrandó el recinto en el que se reunían. Alfonso Fontiveros fue también el tesorero del Centro Obrero anarquista-ferrerista de la localidad, que se reunía en la calle Doctor.

El jornalero se integró también en el sindicato CNT, que despertaba “grandes simpatías” entre los obreros que se reunían en la Casa del Pueblo. Fue detenido en la huelga declarada por la Asociación de Jornaleros.

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