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TOLEDO

Méntrida, el municipio toledano productor de vinos que se resiste al 'boom' fotovoltaico

Campos de Méntrida

Fidel Manjavacas

18 de abril de 2021 19:21 h

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La intención de varias promotoras de poner en marcha siete proyectos para instalar paneles fotovoltaicos en Méntrida, que llegarían según la asociación ‘Salvemos los campos’ a ocupar unas 2.000 hectáreas de terreno -el 23% de la superficie del municipio-, ha movilizado a la ciudadanía de esta localidad toledana que linda con la Comunidad de Madrid.

La intención de desarrollar estas infraestructuras y el inicio de contactos y reuniones de comerciales de las empresas implicadas con propietarios de terrenos en los que planean instalar los paneles propició la creación de la asociación. Para visibilizar esta situación y los perjuicios que cree que generaría, ha emprendido una campaña de sensibilización y recogida de firmas presenciales y en la plataforma Change.org, donde rechaza estos proyectos por el “elevado impacto medioambiental, social, y sobre la calidad de vida de los vecinos y vecinas” que afirman que tendría su implantación.

Según la asociación, hasta finales del pasado mes de marzo “se conoce el interés de las empresas Viridi, Solaria y Prodiel” en estos siete proyectos. Aunque aún no se han presentado formalmente, ya han ejercido la compra o el arrendamiento de algunos terrenos a propietarios.

Los vecinos y vecinas, así como también la oposición en el Ayuntamiento, han mostrado su preocupación e indignación por “la desinformación” que tienen acerca de estas iniciativas, que afectan de distinta manera a propietarios de terrenos, empresarios o personas que residen en zonas que advierten que se verían rodeadas de paneles solares.

En declaraciones a este medio, el presidente de la Denominación de Origen (DO) Méntrida, Juan Alonso, en la que se agrupan bodegueros y cooperativas productoras de vino en la zona, eludió posicionarse sobre las megaplantas fotovoltaicas previstas en el municipio y la posible afección que podría generar en los viñedos. Una de las bodegas que forman parte de la entidad, Jiménez Landi, había pedido a la misma pronunciarse para poner sobre la mesa de la opinión pública la postura de la DO.

Los viñedos de sus tatarabuelos

Sí se posiciona, en contra de estos proyectos, Pilar Jiménez Landi, una de las cinco copropietarias de las tierras agrícolas con distintos campos y viñedos que explota la bodega mencionada, aunque no trabaja en ella. En este sentido, afirma que una de las empresas promotoras de las fotovoltaicas -en su caso Viridi- les ofreció un contrato este pasado otoño con opción de venta o arrendamiento que rechazaron por completo.

A pesar de su rechazo, apuntan que la empresa ha incluido en su proyecto dos parcelas de viñedo de su propiedad -unas 10 hectáreas- que están intentado que retiren del mismo “porque si consiguen declaración de utilidad pública nos las pueden expropiar”.

Jiménez relata que quedaron “muy sorprendidas” con la iniciativa que les proponían pues incluía terrenos ondulados con viñas y olivos que para la empresa “no eran un problema porque lo arrancarían todo”. “Estaban buscando unas 1.500 hectáreas cera de Madrid para producir unos 700 megavatios de energía, que iría a un nudo en Villaviciosa de Odón (Madrid)”. “En Toledo y en Castilla-La Mancha no se va a consumir toda esa electricidad”, subraya.

“No es mucha cantidad de tierras. Vienen de nuestros tatarabuelos, no son nuevas inversiones”, indica Jiménez, que considera “bochornoso” el impacto que pueda generar este 'boom' fotovoltaico en un municipio que “da nombre a toda una zona vitivinícola, que se gestionó bien” y que posibilitó que “en Estados Unidos haya restaurantes con vinos de Méntrida” gracias al “esfuerzo de unas pocas bodegas por salir al exterior, hacer buenos vinos y buscar buenos distribuidores”.

Por ello, lamenta que la DO Méntrida no se muestre contraria a estos proyectos y “reconozca que sus estatutos hablan de promocionar el vino y defender tierras” de la localidad, donde hay zonas “onduladas, con valles y olivos” y “no una zona de labranza o de cereal”.

“No había garantía de desmantelamiento”

“No había garantía de desmantelamiento” de las plantas fotovoltaicas en el contrato que le hicieron llegar vía e-mail, explica la copropietaria de los terrenos. “Estas plantas fotovoltaicas generan residuos de todo tipo. Si tu arrendas la tierra y la abandonan por cualquier motivo el propietario es el responsable de los residuos”, subraya Jiménez, que precisa que los contratos que estaban ofreciendo son “de unos 35 años, prorrogables de cinco en cinco”.

“En el momento en que firmabas -aunque fuera una arrendamiento- tenían derecho sobre todo. Podían utilizar el terreno hasta que ejecutaran las plantas fotovoltaicas”, explica sobre el uso de estos terrenos en los que hay también viñas de regadío y zonas de pastoreo o de caza. “Es destrozar el hábitat, el pueblo, lo que es su vida y su cultura”, asevera, precisando no obstante su apuesta por el desarrollo de energías renovables pero con proyectos “con sentido común”.

A pesar de su rechazo, hay parcelas de su propiedad incluidas en informes de compatibilidad urbanística solicitados por la empresa -y las sociedades constituidas con accionistas de la misma-, explica Jiménez. Se pusieron en contacto con los administradores de estas empresas y les dijeron que “lo único que podían hacer es que los paneles solares no estuvieran en la viña pero no garantizaban que la subestación, la línea de evacuación o el vallado que conllevan estos proyectos no nos afectara. Les volvimos a contestar diciendo que no estamos de acuerdo y que no podemos actuar en contra de nuestros intereses”.

“Hay gente que ha firmado esos contratos de cesión para la reserva del terreno. Solo les han dicho 'te voy a dar tanto dinero' y se han creído que les ha tocado la lotería. Cuando se han empezado a enterar de que todo esto era un disparate se han arrepentido”. señala también la copropietaria, que se está informando sobre la proyección de este tipo de plantas fotovoltaicas en España y “las facilidades” que afirma que les están dando las administraciones para su implantación “liberalizando trámites de evaluación medioambiental”.

El primer bosque para depositar cenizas crematorias

También se posicionan contra estos proyectos desde Recordarium, 'El bosque del recuerdo', una empresa que hace pocos meses ha puesto en marcha en Méntrida el primer bosque para depositar cenizas crematorias de forma legal y ecológica en el país. Ana González Alonso, portavoz de Recordarium, destaca a este medio que Méntrida tiene “una imagen incomparable, desde donde se puede ver la Sierra de Gredos, Guadarrama o incluso Somosierra en días despejados”.

“Para las personas que vienen aquí a repoblar la tierra no es lo mismo acceder desde un campo campo y una tierra bonita a hacerlo por la carretera y ver un mar de cristal -en referencia a los paneles solares-”, explica González, que cree pueden ser “grandes perjudicadas en los proyectos” pues duda que pudieran conservar “la vista y la sensación de inmensidad y eternidad tan alta como hay ahora” desde Recordarium.

Remarca eso sí que tampoco están en contra de las energías renovables pero creen que estos proyectos tienen que buscar “un equilibrio”. “Hay zonas de desierto en España que son perfectas para hacer esto pero no las zonas ricas con olivos, viñedos o madroños”, apunta González, que se muestra “sorprendida” por que ahora “pueda ser tan sencillo destrozar una tierra que tienen varios intereses” cuando a ellas tuvieron un largo camino para obtener “todos los trámites legales, urbanísticos y medioambientales para hacer una cosa 100% ecológica”.

“Creemos que las personas que gobiernan y que lideran el Ayuntamiento son gente que tiene criterio, que son inteligentes. Cuando les contamos nuestro proyecto lo vieron claro, lo apoyaron. Es gente que ama a su tierra... Si los políticos de ahora permiten que campos maravillosos se destrocen simplemente por encontrar una salida a las subvenciones que vienen de Europa para energía solar pasarían a la historia con muy mala prensa”, expone la portavoz de esta empresa que, no obstante, duda de que los informes ambientales a los que tengan que someterse los proyectos “sean positivos”.

Así, cree que finalmente se encontrará “el equilibrio perfecto para intentar afectar lo menos posible al medio ambiente, a las aguas, las aves”. “Me parece precioso como el pueblo se esta movilizando. Muchos vecinos han firmado contrato que es irrevocable”, agrega González, que valora el papel que ha adoptado Salvemos los Campos y confía “en el buen hacer de los dirigentes” políticos para que Méntrida no se convierta en un mar de placas solares.

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