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Hace unos días, conocíamos por diferentes medios de comunicación que la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, mejorará la protección de las trabajadoras y trabajadores de Ayuda a Domicilio, algo que personalmente me pareció un gran anuncio pues considero que es de justicia que así sea. Creo que es una magnífica noticia debido a que estamos hablando de un colectivo que conozco en la provincia en la que resido y de la que soy Secretaria General de UGT, por eso puedo decir que han estado históricamente maltratadas y ninguneadas cuando su encomiable labor es digna de nuestro total reconocimiento y orgullo como sociedad, pues son ellas quienes cuidan de nuestros mayores o quienes se han estado jugando la vida en plena pandemia utilizando inclusobolsas de basura como protección en un primer momento.
Se trata de trabajadoras y trabajadores que tienen todo mi apoyo y por los que rompo mil lanzas para conseguir que sean reconocidos con la dignidad y ejemplaridad que les corresponde, siendo por ello, que no podemos seguir permitiendo, por ejemplo, las dificultades sufridas a la hora de ubilarse, dado que carecen de contratos de 35-40 horas semanales en la inmensa mayoría de los casos, hecho que les supone una encomiable dificultad de cara a cotizar debidamente para obtener una jubilación digna.
Por si esto fuera poco, el trabajo físico y mental de quienes desarrollan tan irreemplazable labor resulta tan estresante que es muy difícil, e incluso en algunos casos imposible, llegar en óptimas condiciones de salud a la edad reglamentaria de jubilación, siendo expulsados del mercado de trabajo con anterioridad a la misma y con un procedimiento de Incapacidad Temporal, situación que de acuerdo a su ínfima base de cotización (15-20 horas semanales e incluso menos) resulta nefasta.
Las condiciones que les quedan son tan injustas y su futuro tan desfavorable que, más que un premio a toda una vida laboral, reciben un castigo tras tanto sacrificio al servicio de los demás. Por lo expuesto y dada la situación, solicito una distinción al respecto por parte del Ministerio de Trabajo a un colectivo que se lo ha ganado a pulso. De lo contrario se estaría permitiendo una total injusticia con miles y miles de profesionales que –insisto- merecen todo lo contrario.
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