Un plan para la salvaguardia de la cerámica: “Lo primero es asegurar que la sociedad quiera que suceda”
La técnica cerámica de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo (Toledo), así como la de las ciudades mexicanas de Puebla y Tlaxcala, fue incluida en la lista del Patrimonio Inmaterial de la Humanidad de la Unesco en diciembre de 2019. La inscripción de esta manifestación cultural, que se fraguó a través de un laborioso proceso, tendría que haber supuesto un punto de partida para poner en marcha iniciativas que permitan asegurar la transmisión de los procesos artesanales para la elaboración de la cerámica.
Sin embargo, apenas tres meses después, el impacto positivo que provocó en los talleres artesanos o en el aumento de la demanda de estos productos se frenó en seco por la pandemia de la COVID-19. En todo este tiempo se ha llevado a cabo alguna iniciativa de promoción pero no han terminado de desarrollarse los planes de salvaguardia comprometidos -sin plazo determinado- y que se perfilaron en un encuentro en México una semana después de la declaración.
Sí tiene ya elaborado un borrador de este plan, abierto ahora a un período de aportaciones hasta el próximo 31 de julio, El Puente del Arzobispo. En él, según explica el coordinador y redactor del mismo a este medio, Bienvenido Maquedano -arqueólogo y natural de este municipio toledano-, se ha realizado un diagnóstico de la situación actual de la cerámica y sus artesanos mediante encuestas, entrevistas, actividades escolares o análisis estadísticos. En base a los resultados obtenidos, se plantean siete objetivos concretos y un total de 69 acciones que pretenden ser una guía de ayuda que sirva para mantener estas técnicas y afianzar su pervivencia.
“Cuando elaboramos los expedientes para solicitar la inscripción en la lista del Patrimonio Inmaterial, nos comprometimos a hacer unos planes que conlleven acciones como bajar el IVA de los productos artesanales, impulsar la formación en talleres o fomentar jornadas de intercambio. Tenemos que respetar el contrato. No nos han dado un premio. Es el punto de partida y ahora toca trabajar”, resalta Maquedano, que precisa que aunque las medidas de salvaguardia tienen que desarrollarse de manera conjunta, cada municipio está elaborando sus propios documentos para recoger sus peculiaridades y, posteriormente, establecer unas estrategias comunes que permitan conservar en el tiempo la declaración.
Así, subraya que el plan es “una herramienta que nace del pueblo y que puede utilizarse para avanzar” en el desarrollo de iniciativas que permitan conservar las técnicas artesanales, conseguir la complicidad de las instituciones para estimular los procesos formativos y mejorar la situación económica de este oficio para que pueda perdurar en el tiempo. Para ello, incide, es primordial “implicar a la ciudadanía”. “Se trata de que los propios artesanos y habitantes identifiquen y decidan qué quieren hacer con su manifestación”.
Faltan aprendices a pesar del gran arraigo de la cerámica entre los puenteños
A grandes rasgos, el principal problema es el de la transmisión, indica el especialista, de familia alfarera y gran conocedor del sector. “No hay aprendices, sobre todo de alfarero. Es el que más riesgo tiene -de desaparecer- y el que necesita más años para ser dominado. Pero tampoco hay de pintor. Esto sucede por muchas cosas pero lo fundamental para que se perpetúe un oficio es que sea rentable económicamente. Tiene que dar de comer al artesano y a su familia”, destaca. El cambio de ciclo económico o el descenso de las ventas de estos productos artesanales ha motivado que “no haya aprendices que decidan quedarse en el pueblo y vivir de ello”.
Además, la búsqueda del beneficio económico genera que los artesanos estén explorando diferentes estrategias que, en algunos casos, “suponen prácticas que amenazan a los propios conocimientos tradicionales” tales como “la compra de arcillas ajenas a la localidad, de juguetes elaborados fuera del pueblo o el empleo generalizado de esmaltes y colores industriales”, recoge el plan.
No obstante, Maquedano considera que El Puente del Arzobispo tiene buenos mimbres para salvaguardar la cerámica pues “el 25% de la población tiene una relación directa” con ella. “Uno de cada cuatro puenteños ha trabajado en la cerámica, y hay infraestructuras importantes para reactivar como el Centro de Interpretación de la Cerámica”, sostiene sobre un municipio que en el último censo, con fecha de 1 de enero de 2020, sumaba 1.225 habitantes. En concreto, según se cita en el borrador del plan, alrededor de 40 personas trabajan en el sector de la cerámica, aunque de forma muy diversa. Predominan los pintores sobre los alfareros, las mujeres sobre los hombres, y las empresas pequeñas sobre los trabajadores individuales, entendidos como aquellos que no tienen vinculación a una sola empresa.
Bajar el IVA, mejorar la comercialización, potenciar las colaboraciones, la publicidad o la innovación
El plan ha sido remitido también a las instituciones implicadas en la elaboración de los expedientes que se presentaron para conseguir la declaración -Ministerio de Cultura, Junta de Comunidades o la Diputación de Toledo-, así como a expertos nacionales e internacionales, con el objetivo de enriquecer aún más el documento, que establece estos objetivos: transmisión, unión, preservación, documentación e investigación, promoción y difusión, fomento y comercialización y mercados.
Entre las numerosas propuestas recopiladas a través de las encuestas realizadas a las artesanas y artesanos, se recoge la necesidad de mostrar el proceso de fabricación en redes sociales, organizar concursos y recuperar exhibiciones de destreza o agilizar la concesión del título de Maestro Artesano. También, en cuanto al fomento de la producción, apelan a la reducción del IVA de estos productos al 10%, la exención del IBI y otros impuestos municipales en los talleres o ayudas para el desarrollo de páginas web y tiendas virtuales.
Para afianzar el legado de la cerámica se hace imprescindible la transmisión del conocimiento, un apartado en el que se aglutinan iniciativas como fomentar las ayudas económicas a los jóvenes para que aprendan los oficios de la cerámica, crear escuelas-taller, hacer talleres a la salida de los colegios u ofrecer charlas, cuentos y proyecciones en períodos vacacionales, así como establecer colaboraciones con la Escuela de Arte de Talavera y otro tipo de entidades.
Es esencial también la conexión con el turismo para promocionar la cerámica, por lo que sería una opción potenciar la fiesta de las Santas Alfareras y el Bautizo del Barro, embellecer el pueblo o establecimientos del entorno con murales de cerámica para promover visitas guiadas y convertirlo en un atractivo turístico.
La innovación, con la introducción de máquinas para el trabajo del barro o la elaboración de nuevos diseños en decoraciones para adaptarse a los nuevos gustos; la potenciación del mercado online o la realización de ferias en la calle; conseguir una mayor implicación de las administraciones públicas o incrementar la fuerza de la Asociación de Ceramistas son otras de las decenas de ideas plasmadas en este documento que será papel mojado si la sociedad no se implica en preservar las técnicas artesanales: “Si se quiere que los conocimientos de la cerámica pervivan, lo primero que hay que asegurar es que la sociedad puenteña quiera que suceda”.
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