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La alcaldesa independiente que ganó para impedir una macrogranja repite candidatura: “La amenaza sigue ahí”

Elena Fernández de Castro, en el medio, junto al resto la candidatura del PIDA en Almendros

Alicia Avilés Pozo

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La localidad conquense de Almendros, de poco más de 200 habitantes, fue uno de los primeros pueblos que se levantó contra las macrogranjas porcinas. El efecto de su lucha ciudadana se contagió hacia otras localidades de la provincia, con el movimiento Pueblos Vivos, y al resto de la comunidad autónoma hasta el punto de que el Gobierno castellanomanchego aprobó una controvertida moratoria en la instalación de estos proyectos, cuyos permisos habían proliferado de manera significativa.

Las gentes de Almendros no querían la ganadería intensiva en su pueblo y lo dijeron en las urnas cuando hace cuatro años, y pese a “muchísimas presiones”, ganó las elecciones municipales el Partido Independiente Democrático de Almendros (PIDA), liderado por la ambientóloga Elena Fernández de Castro, con el objetivo claro de impedir la puesta en marcha de una macrogranja en el término municipal, construida justo en 2019.

Esta lista independiente consiguió acabar con la hegemonía que mantuvo el PP en esta localidad durante casi 25 años. Se hizo con cuatro de los cinco concejales. El otro fue a parar al PSOE y los ‘populares’ se quedaron sin representación. Quedaba claro: el pueblo no quería esa instalación.

Hace un año que el Ayuntamiento, ya con el PIDA al frente, consiguió que un juzgado de Cuenca determinara que se trataba de una macrogranja porcina “clandestina”, al desestimar el recurso que la promotora Agropardal había interpuesto contra el Ayuntamiento, que lleva desde 2021 reclamando la “legalización” de las instalaciones. La cuestión sigue judicializada pero la macrogranja está parada y el caso particular de Almendros ha servido de “guía y referente” a muchos pueblos de alrededor, también amenazados por estas explotaciones porcinas.

Desde que ganó en 2019, esta ha sido la principal batalla de la alcaldesa y de su equipo de Gobierno municipal. Elena Fernández, de 42 años, licenciada en Ciencias Ambientales y experta en consultorías relacionadas con el cambio climático, la gestión de residuos y la huella de carbono, ha sido la cabeza visible de una lucha que todavía continúa.

Cuando se presentó a las elecciones hace cuatro años era autónoma con su propia consultoría. Poco después de ser elegida alcaldesa comenzó a trabajar en otra consultora, que ahora compagina con la Alcaldía. Y repite candidatura: se vuelve a presentar para el 28M por la misma agrupación independiente de electores, que han tenido que volver a constituir.

“Estos cuatro años de alcaldesa han sido una aventura porque al haber trabajado con la Administración pública y con ayuntamientos, me he dado cuenta de que nada tiene que ver con lo que hay dentro y sobre todo en pueblos tan pequeños porque depende mucho de las personas. Encontrarnos una gestión sin nada de documentos y tuvimos que empezar de cero, a lo que se añadió después la pandemia”, explica a elDiarioclm.es.

Seguimos queriendo que si viene cualquiera con un proyecto tan agresivo, el pueblo se pueda defender

Esta alcaldesa entró para luchar contra la macrogranja de Almendros y ganó, pero cuando ella y su equipo llegaron al Ayuntamiento se encontraron “mucho más”. “Funcionaba por inercia, no había una gestión real ni transparencia. Había deudas y falta de presupuestos que nos distrajeron del objetivo principal que era poder poner al pueblo en condiciones favorables de de enfrentarse a la macrogranja. Queríamos y seguimos queriendo que si viene cualquiera con un proyecto tan agresivo, el pueblo se pueda defender”.

Y por eso se vuelve a presentar. “Todo se ha quedado a medias, sobre todo el planeamiento urbanístico, las ordenanzas y todas las tramitaciones que conllevan procesos muy largos. Ha habido dos años en los que prácticamente no pudimos hacer nada por la pandemia. Nos ha condicionado mucho la forma en que queríamos trabajar porque toda nuestra idea era hacerlo con el pueblo, con muchas reuniones y eso se nos bloqueó en 2020”.

Pero recalca que a pesar del confinamiento, el municipio consiguió crear grupos de trabajo y una vida social que antes no existía. “Hemos intentando poner todo al servicio del pueblo en la medida que hemos podido”. De hecho, el Ayuntamiento tiene un grupo de whatsapp de todo el municipio, con más de 200 personas interaccionando. “Y funciona muy bien, todo el mundo opina con mucho respeto y de temas que nos atañen a todos”.

Es otro de los motivos que han motivo a Elena Fernández a seguir liderando esta lucha. Cuando llegó al Ayuntamiento, la agrupación de electores tenía dos objetivos. El primero de ellos era “poner al pueblo a gobernar, que fuesen sus vecinos quienes decidiesen y no alguien de fuera” y “ahí la respuesta fue fenomenal y la prueba fueron las elecciones, pese a que hubo muchísimas presiones”. También quiso el nuevo ayuntamiento que la gente “se sintiese con capacidad de decidir, de opinar y eso lo hemos conseguido”.

El segundo objetivo era la parte formal y normativa que “no nos ha dado tiempo a terminar” y por eso “necesitamos otra legislatura”. “Por eso y porque todo el mundo nos lo ha pedido”. La alcaldesa subraya que el pueblo ha cambiado “física y socialmente”. “Hay más actividades de todo tipo, la gente está contenta, participa, gobierna y decide; en todos los pueblos debería ser así”.

Cuando no estaba en el Ayuntamiento, Elena Fernández, debido a su profesión, no entendía por qué los ayuntamientos no hacían muchas más cosas por el medio ambiente. Ahora esa percepción ha cambiado: “Hay muchas cosas que tenemos que solucionar antes”. Aun así, sigue teniendo presente que el principal riesgo de Almendros es que “venga una industria que sea especialmente contaminante” y por eso “debemos blindarnos para que eso no ocurra”. “La amenaza sigue ahí, totalmente. La prueba es que el resto de partidos que se presentan vienen a proteger ese proyecto”.

Es más, critica duramente que el resto de candidaturas que se presentan al 28M (PSOE, PP y Vox) lo hayan hecho con listas integradas por gente que ni es originaria ni reside en el municipio. “Eso da un poco de rabia y lo hemos hablado mucho en el pueblo. PP y PSOE se presentan porque siempre lo han hecho y lo hacen para ganar votos para la Diputación, y Vox viene porque lo ha traído gente del pueblo que no nos quiere votar a nosotros y no son capaces de ponerse a defender sus ideas, y eso yo no lo puedo entender”.  

Los grandes partidos hablan de la España vaciada desde la España que no está vacía

Tampoco comprende que muchos de estos partidos luego centren sus mensajes electorales en la España vaciada. “Lo hacen desde la España que no está vacía y luego ni siquiera se preocupan por el pueblo, ni vienen a hacer mítines ni a preguntar a los vecinos ni nada”. Pero al final, considera que todo ello es una prueba de que “lo estamos haciendo bien y no se sienten con fuerzas de ponerse en frente de nosotros”.

Un partido independiente y un pueblo pequeño son dos factores que, en principio, pueden augurar complejidad y dificultades en la gestión. No ha sido así para el equipo de Gobierno de Almendros. “Al principio pensaba que íbamos a sentirnos carentes de muchas cosas, pero para nada. Lo mejor es que, como no somos de nadie, somos de todos, nos llevamos bien con todos. Tengo buenísima relación oficial con todos los alcaldes de alrededor y con la Diputación, y al ser un grupo de gente con fuerza y con capacidad, no tenemos el apoyo de los grandes partidos. A lo mejor hemos tenido que trabajar más, pero nadie te presiona para hacer ni decir nada que tú no quieras decir ni hacer. Entendemos lo que ocurre en el pueblo y es lo que defendemos”.

Pero al margen del medio ambiente, una de las partes de la que el Ayuntamiento está más orgulloso la constituyen los servicios públicos. Se han incrementado las horas y los usuarios de la ayuda a domicilio, teniendo en cuenta que el pueblo tiene una población muy envejecida pero también muy longeva. De hecho, el Ayuntamiento proyecta disponer de una vivienda tutelada para personas mayores cuyos hijos se han marchado del pueblo.

No hay colegio pero sí transporte escolar, y acuden muchos niños y niñas durante las vacaciones a los campamentos, así como gente originaria del pueblo que se fue a Madrid. El municipio también dispone de consultorio con médico todos los días de la semana, así como farmacia y una panadería que abre todos los días del año excepto el 1 de enero.

La alcaldesa de Almendros subraya que el principal problema de la España vaciada es que “no hay vivienda en condiciones para que se pueda alquilar y nadie quiere comprar una casa directamente”. “Hay algunas casas pero en un estado muy malo y nadie la va alquilar para rehabilitarla. Lo ideal es que hubiese ayudas para rehabilitar tu segunda residencia para poder alquilarla, no solo subvenciones para la primera vivienda”.

En definitiva, Elena Fernández de Castro quiere seguir trabajando para que el pueblo “siga gobernando”. “Esto ha sido un ejemplo de que hay mucha gente que quiere defenderse y se le puede dar las herramientas para ello, y también una prueba de que no siempre el pez grande se come al chico”, concluye.

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