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Hugo Abad, el veinteañero que quiere revitalizar Equo en Castilla-La Mancha

Foto: cedida

Francisca Bravo Miranda

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Equo actualmente sólo tiene presencia municipal en Castilla-La Mancha en algunas localidades: Alcázar de San Juan, su enclave más importante sin lugar a dudas, Cañete y Campillos-Sierra. El partido sobrevive apenas en la región. Pero esta es la situación a la que Hugo Abad (Tomelloso, 2000) quiere darle la vuelta. El joven estudiante de Ciencias Políticas dio un paso adelante hacia unos pocos meses como portavoz del proyecto Verdes Equo y se encuentra involucrado activamente en el proyecto de posible confluencia que se trabaja en la región, con otras formaciones como Podemos, Izquierda Unida, Alianza Verde, Más País Castilla-La Mancha y el Partido Castellano.

Abad no es ni de lejos un neófito en política, aunque sí como cara visible. En las últimas elecciones ya iba en las listas de la confluencia entre Equo, Podemos e Izquierda Unida en Ciudad Real en 2019. “Ya me estaba implicando en Equo cuando tenía 18 años recién cumplidos. He seguido muy de cerca el trabajo que se ha hecho a nivel institucional”. explica. También ha trabajado con la diputada Inés Sabanes como parte de unas prácticas en el Congreso de los Diputados. Igualmente, fue una de las caras visibles del movimiento Fridays for Future en Castilla-La Mancha, hace ya unos años.

Por otra parte, también ha sido representante de la secretaría internacional de Juventudes Verdes y se ha reunido con otros integrantes de formaciones similares europeas. “Nos muestran con políticas que se han llevado a cabo en Francia o Alemania, que es posible articular un cambio”, señala. Y afirma que ser joven también juega a su favor. “Tengo la esperanza de ser un reflejo para las personas más jóvenes, porque nuestro voto y nuestra voz cuenta igual. Tenemos mucha energía y creatividad que poner en lo común y lo político”, resalta.

Lo social y lo ecológico es indivisible

“No lo viví en primera línea, claro, pero sí veía la necesidad de un proyecto de este tipo, porque siento que hay un espacio que es necesario cubrir para atender la situación que vivimos. No sólo en términos políticos, sino también sociales. Porque lo social y lo ecológico es indivisible”, reflexiona en conversación con elDiarioclm.es Abad. “Si seguimos adelante con la premisa de que si la economía va bien, todo va a ir bien, nos va a llevar a un cajón sin salida”, afirma.

En el caso de Castilla-La Mancha, explica, se trata de una región vulnerable en la que sus “condiciones habitables están en entredicho”. “Esto es lo que nos dice la ciencia, si seguimos viviendo en esta línea”, zanja. Es decir, “vivir como estamos viviendo ahora mismo”. “Estamos viviendo en una dirección que nos conduce a un futuro bastante oscuro”, señala. Además, lamenta la poca alerta que existe alrededor de una economía que vive “tan disociada de la ecología” y que, además, no llega a cubrir las necesidades de todas las personas.

“La realidad es que hay más de un 30% de personas en riesgo de pobreza, de exclusión social. Si no conseguimos atenderlo ahora en un paradigma que usa más recursos que los límites del planeta.... ¿Cómo podemos plantear una economía tan disociada de la ecología?”, se pregunta.

Debates “alejados de llegar” a las Cortes

Pero, asegura, no se trata de dejar de usar la tecnología, por ejemplo, sino de “repensar las prioridades colectivas”. “Y este es un debate que está muy alejado de llegar a las Cortes. Yo he seguido el Debate del Estado de la región y es duro ver cómo se trata de políticas que mantienen este paradigma que nos llevan a una situación tan crítica”, afirma.

Es por eso que ha llegado a la situación que está, de cara visible a nivel regional de un partido político. “Tampoco es que yo tuviese la idea fija, pero las circunstancias me han llevado hasta aquí”. Explica que la pandemia “lo paralizó todo” y que el partido ya venía con problemas después de las elecciones de 2019. “Las personas implicadas hasta entonces llevaban muchas elecciones a cuestas y necesitaban nueva energía. Nueva energía de personas que pudiesen aportar nuevas ideas”, relata.

Fue en el verano de 2021 cuando empezó con las reuniones y las discusiones de cómo implicarse en esta labor. “Esto es una nueva etapa. Las circunstancias han cambiado bastante. Pero sigo contando con las personas que han vivido este proceso y que me resultan un apoyo enorme en este camino”, afirma Abad. Es por ese apoyo precisamente que se siente capaz de seguir adelante con el proceso, porque siente a personas cercanas “convencidas” y con visión en la política. “Mucha gente quiere esto, porque sabemos que no nos va bien”.

Abad ha participado en una serie de encuentros en ciudades como Toledo, donde ha escuchado las propuestas en materia de política ecológica que tiene la ciudadanía. “Se trata de dar el paso de llevar estas ideas a la esfera política”, explica.

Pero sabe que la situación está lejos de ser la mejor, aunque la confluencia política de los partidos ya mencionados, “digamos, a la izquierda del PSOE”, va avanzando. “El tejido social está muy debilitado ahora mismo y por eso veo con mucha responsabilidad la posición de quienes podemos quizás activar los pequeños núcleos, desde los partidos, las asociaciones o las organizaciones sociales. Que cada persona pueda aportar desde su experiencia”, señala.

“Siento que hay una gran brecha entre la sociedad y los gobiernos”

Desde una perspectiva de los Estudios Internacionales, su otra formación que está terminando, asegura que es posible “revertir las dinámicas de globalización que van en contra del bienestar de las personas”. “Pero hay mucho que explicar, y esto es importantísimo dentro de la crisis de la democracia que vivimos”, asegura. Para ello, resalta, es “importantísimo” involucrar a la ciudadanía a nivel local. “Siento que hay una gran brecha entre la sociedad y los gobiernos, porque hay un vacío desde abajo que ha sido progresivo. Esto lo vemos con el tejido social tan debilitado”.

A esto, suma la pandemia y la crisis económica, pero también responsabiliza a una cultura política que se ha ido alejando de la participación y otras esferas. “Y, por supuesto, el sistema educativo tiene un rol muy importante en esto”, recalca. “Lo que tenemos que hacer es plantearlo como una tarea de reconstrucción de este tejido para ver qué preocupa realmente a la gente”, señala. Fuera de las 'fake news' y de los discursos incendiarios, reflexiona. “No hay profundidad y eso es peligroso”, señala.

Pero, resalta, hay esperanza. “El espacio de la ecología política permite integrar una pluralidad de visiones y articular diferentes experiencias vitales. Me he sentido muy apoyado desde le principio, aunque no exista una estructura de gran partido. Pero sí hay muchas personas que de forma voluntaria ponen mucho tiempo y ánimo porque es muy importante que Equo esté aquí, con nuestra intención de estar al servicio del buen común”, concluye.

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