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El caso de Mari Cielo Cañavate, tras 15 años desaparecida y un juicio fallido: “Hoy se consideraría violencia de género”

Mari Cielo Cañavate, desaparecida el 10 de octubre de 2007 en Hellín (Albacete)

Carmen Bachiller

13 de octubre de 2022 19:08 h

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Han pasado 15 años desde que un 10 de octubre de 2007 Mari Cielo Cañavate, vecina de Hellín (Albacete) desapareciese de su domicilio. Tenía 36 años y dos hijos. Estaba divorciada y había mantenido una relación –en vías de ruptura– con un hombre de la vecina localidad de Pozohondo. Ese día desapareció. Su familia no supo nada más de ella. Cuatro años después un jurado popular condenó a 15 años de prisión a su expareja sentimental. Se le atribuyó la desaparición y la muerte de la hellinera, pero su cuerpo nunca ha sido encontrado. En marzo de 2012 el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ordenó la puesta en libertad de Francisco R.G. tras declarar su absolución tras pedir la defensa la prevalencia del derecho a la presunción de inocencia, según aseguró entonces su abogado. Se revocaba así el pronunciamiento de la Audiencia Provincial de Albacete. El Supremo lo ratificó en 2013.

El caso de Mari Cielo nunca ha sido aclarado judicialmente. Duerme en el limbo de los presuntos asesinatos relacionados con la violencia machista. “Hoy en día se entendería desde el primer momento como un acto de violencia de género, la sociedad hubiera estado más sensibilizada frente al gran problema que significa el machismo y la familia más apoyada”, asegura Joaquín Amills, presidente de SOS Desaparecidos.

Este sábado 15 de octubre se celebra una jornada homenaje a Mari Cielo Cañavate en el Teatro Victoria de Hellín, que contará con el apoyo del colectivo local Acción Feminista. “Conocí a Antonio hace cuatro años. Quedé impactado por su forma de relatar los hechos y por cómo la desaparición de Mari Cielo cambió la vida de toda la familia. Junto a eso está la escasa solidaridad que tuvieron. Creí que la sociedad estaba en deuda en ese sentido”, explica Amills. 

Deficiencias y contradicciones

“Será un recordatorio de Mari Cielo. Estamos agradecidos. Cuando llegan estas fechas lo pasamos muy mal. Pero bueno, tenemos que seguir en ello. Si hubiera un inspector valiente que reabriera el caso… Hubo muchas contradicciones, muchas. Y muchas deficiencias”, lamenta Antonio Cañavate, que describe a su hija como “una buena madre y una buena cristiana. Era guapísima y la columna vertebral de la familia”.

Quince años después la familia mantiene que Francisco R.G. es culpable. Antonio Cañavate recuerda que un par de semanas antes de la desaparición le había cambiado el bombín de la puerta de casa a su hija. “Me dijo que lo hiciera y poco después me pidió que, si desaparecía, que la buscara”.

“Produce rabia e impotencia”, añade Amills. “Creo que hoy nadie se atrevería a enjuiciar, como se hizo con Mari Cielo, que tenía una relación con un hombre mayor, casado y con hijos. Resulta que la culpa de lo que sucedió era de ella. De forma cruel e inmoral se tildó a la víctima y no al victimario”.

En su opinión ha supuesto una “doble victimización para la familia” porque “estaba claro que ella nunca hubiese abandonado a sus hijos, a sus hermanas, a sus padres… Si alguien se equivocó o erró fue el que estaba casado, no la persona que estaba libre”.

El presidente de SOS Desaparecidos asegura que este sábado se pondrá sobre la mesa esa “doble moral por la que muchas veces las víctimas de violencia de género sufren un enjuiciamiento social que no tiene sentido y deja tremendas secuelas”.

“Nos hemos sentido abandonados”

El padre no ha olvidado aquel día, ni todos los que vinieron después, incluido el proceso judicial fallido. “Sé que mi hija está muerta. Solo quiero que me devuelvan sus huesos”, asegura. “¿Qué pasa en España? La Justicia sí nos ha condenado a nosotros. A morir sufriendo”.

Antonio Cañavate todavía recuerda aquel 10 de octubre de 2007. “Mi hija Rosa acompañó a Mari Cielo a llevar a los niños a la escuela. Le dijo que iba a subir a cenar conmigo a la finca y ya no la volvimos a ver. Hubo testigos que la vieron en el coche de él”, asegura. “Este señor, por llamarle de alguna manera, no solo acabó con Mari Cielo sino con toda la familia. No estamos bien ninguno. Y nos hemos sentido abandonados por el pueblo y por la policía”,

Más de una década después familiares y SOS Desaparecidos lamentan que, en el caso de Hellín, se dejase pasar tanto tiempo sin actuar tras la desaparición. “Creo que lo de Mari Cielo hubiera ocurrido hoy, todo sería más ágil y no hubieran transcurrido tantas horas sin intervención policial”, sostiene Amills. “Nos tocó a nosotros la china”, añade Antonio Cañavate.

En el evento del sábado participará Ana María Canal, la hermana de Juana Canal, desaparecida en Madrid en 2003. Sus restos mortales se encontraron recientemente en la provincia de Ávila. “Se ha reabierto la investigación de este caso y agradecemos la muestra de solidaridad de esta familia”, explica Joaquín Amills.

Una de las ponencias abordará de forma directa el tratamiento judicial de la violencia de género. SOS Desaparecidos cree que “se ha dado un salto tremendo en estos 15 años”, que incluye la formación de especialistas. “La propia sociedad es más solidaria y sabe que las primeras horas son más importantes. Nos ayudan mucho a difundir las alertas”.

Sin embargo, reclama “seguir mejorando en la atención a las víctimas y a sus familias, que también lo son. Los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado requieren de más recursos”.

6.000 alertas activas de personas desaparecidas en España

Hoy en España hay 6.000 alertas activas de personas desaparecidas. Algunos casos son muy mediáticos, pero otros pasan más desapercibidos. Las razones también son variopintas e incluyen a personas vulnerables con problemas cognitivos o de salud mental. A estos casos hay que sumar casi 8.000 que corresponden a extranjeros menores de edad no acompañados. “Aunque en este caso es difícil saber si la cifra es la correcta”, reconoce, “y por eso creo que fue acertado que Interior separase los datos de ambos grupos”.

SOS Desaparecidos recuerda que en España “fuimos pioneros en las alertas de desapariciones a través de los cajeros automáticos”, que reproducen la imagen de la persona desaparecida unos diez millones de veces -60 millones de veces si la alerta es internacional- pero recuerda que “hace menos de una década no había datos oficiales de desaparecidos, solo aproximadas. Lo denunciamos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Era incomprensible en un Estado moderno como el nuestro. Tampoco había protocolos, solo una instrucción de 2009”, explica el presidente de la asociación.

“Antes había que esperar al menos 24 horas para las búsquedas, las bases de datos de los cuerpos y fuerzas de seguridad estaban dispersas…Era caótico”. Tanto, asegura, que “si en 2010 preguntabas en la calle por el número de desaparecidos la gente decía que no había y que los desaparecidos eran los de la guerra civil”.

SOS Desaparecidos nació en el año 2010. “Éramos cuatro personas y hoy somos un equipo de 40. Todos son voluntarios, no aceptamos dinero ni subvenciones y por no tener no tenemos ni cuenta corriente”, explica Joaquín Amills.

Hoy el Centro Nacional de Desaparecidos dependiente del Ministerio del Interior cuenta con un amplio protocolo al que se ha sumado la asociación. Recientemente se ha aprobado el I Plan Estratégico en Materia de Personas Desaparecidas. “Ofrecemos ayuda legal, ayuda psicológica sobre todo cuando la desaparición es de medio o de largo plazo, convenios con unidades caninas K9 y drones, con muchos ayuntamientos o con asociaciones como APDPE, la Asociación Profesional de Detectives Privados de España”.

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