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La trata de mujeres con fines de explotación sexual sigue existiendo por hombres que “demandan, consumen y alquilan”

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Bárbara D. Alarcón

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La Organización de Naciones Unidas (ONU) fijó el 30 de julio como Día Mundial Contra la Trata de Personas. Esta fecha engloba numerosas luchas pero, tal y como explica la escritora y directora de cine Mabel Lozano, la más preocupante es la trata con fines de explotación sexual. “Es la que más dinero genera y la que más seres humanos, mujeres y niñas, mueve en todo el mundo” y especialmente en Castilla-La Mancha. Según la Asociación In Género, en la región hay un total de 83 clubes, 110 pisos y 12 casas donde hombres compran y alquilan los cuerpos de las mujeres, es decir, donde hombres alimentan y consolidan la trata con fines de explotación sexual. Y es que, Lozano lo tiene claro: “la prostitución y la trata no son fenómenos diferentes, son uno y único”.

Esta realidad eclipsa las bondades y atractivos del conjunto de la tierra castellanomanchega. En este mapa de la prostitución, Toledo es la provincia donde más hombres la perpetúan ejerciendo así una forma de violencia de género, tal y como la definen el Gobierno regional y organismos internacionales como la ONU. 

Sin embargo, tal y como recuerda Lozano, en España la prostitución es alegal y sus víctimas no son contabilizadas en los registros oficiales de violencia de género. “Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado carecen de herramientas para ponerle fin por la falta de legislación”, explica la escritora quien añade que las mujeres víctimas de esta trata “no son ciudadanas de pleno derecho” ya que cuando son asesinadas “no aparecen en las estadísticas”. “Debería ser obligatorio porque son asesinatos machistas: es un crimen contra la mujer por el hecho de serlo”. 

La invisibilidad de este tipo de violencia de género ha guiado el último trabajo de Mabel Lozano: el documental ‘Biografía del cadáver de una mujer’. En la recién estrenada producción “cuento un escenario único, desconocido y del que no se habla”. “Abordamos el caso concreto de una mujer víctima de trata captada en Colombia y traída a España, explotada en puticlubs, y que tiene la valentía de denunciar a su proxeneta quien la violó, la alquiló y la explotó. Lo hace como testigo protegida, él es detenido, entra en la cárcel y desde ahí, como tiene dinero, manda matar a esta mujer”. 

El fin de la trata, una cuestión de agendas

Ante esta realidad, Mabel Lozano diferencia tres posturas entre la ciudadanía: los hombres que “demandan, consumen y alquilan, que tienen unos privilegios de toda la vida y que no quieren perderlos; quienes normalizan; y quienes están comprometidas porque reconocen que lo que hay detrás es violencia, coacciones, amenazas, miedo y dinero para terceras personas que nunca son las mujeres”. 

En jornadas como la de este 30 de julio, la escritora pone el foco en los hombres ya que son los responsables de la continuidad de esta lacra. “Siguen siendo los hombres los demandantes de estos servicios” por lo tanto “un porcentaje de esta ciudadanía sigue siendo culpable”.

Lozano reconoce que para la abolición de la prostitución “no se puede contar con esta ciudadanía porque está instaurada en la idea de que es un derecho para ellos. El hombre nace con el derecho de comprar el cuerpo de las mujeres”. 

Prostitución y trata, los negocios donde ellos son los beneficiarios

“Tengo clarísimo que no podemos vivir en un mundo donde los derechos humanos no sean iguales para todas las personas”, afirma Lozano. La desigualdad de género parece encontrar su máximo exponente en la prostitución un mundo que, las activistas Towanda Rebels, definen como “el lugar libre de feminismo”. “Es el paraíso de los que no quieren renunciar a sus privilegios, de los que no están dispuestos a cambiar y mucho menos a negociar con las mujeres en igualdad de condiciones”. 

En su libro ‘#HolaGuerrera’, las activistas alertan sobre la escalada de violencia ejercida por “los puteros” que relacionan con los avances feministas. “Este tipo de hombres tienen cada vez menos espacios para ejercer su machismo” y uno de ellos siguen siendo los prostíbulos. 

Lozano apunta al Estado como único agente capaz de cambiar esta realidad a través de la legislación. “Se necesitaría una reforma legislativa por la cual se prohibiera que nadie jamás se pudiera lucrar de la venta de la prostitución de otra persona. El proxenetismo consentido no es un delito en nuestro país”. 

Y es que, tal y como critica la activista, “la Ley integral contra la trata, con perspectiva de género, está encima de la mesa desde hace tiempo sin más. Está en el olvido como las mujeres en situación de prostitución”. 

“Hay que tipificar las caras del proxenetismo y condenar todo tipo de explotación del cuerpo de otra persona”, añade Lozano. 

“Me siento orgullosa de ser castellanomanchega vamos por delante”

Naciones Unidas fijó el Día Mundial contra la Trata en 2013. Tras siete años, Lozano aboga por “menos postureo y menos compromiso de pasillo” para pasar a la acción y elaborar leyes “que vistan de derecho a las más vulnerables”. 

En este sentido, la escritora defiende el trabajo del Gobierno de Castilla-La Mancha. “Me siento orgullosa de ser castellanomanchega porque vamos por delante de la mayoría de comunidades” gracias a la aprobación de la Ley por una Sociedad Libre de Violencia de Género. 

La norma, aprobada en 2018, reconoce la prostitución como violencia de género y aboga por la educación como herramienta para erradicarla. “He trabajado mucho con el Instituto de la Mujer de la región yendo a centros de secundaria para hablar con los jóvenes” porque entre ellos está “ese porcentaje que demanda la prostitución”. “Hemos hecho y seguimos haciendo un trabajo ímprobo”. 

Según Lozano, los hombres dejarán de comprar los cuerpos de las mujeres si se apuesta por educar “en relaciones afectivas sexuales sanas, en respeto por los demás, en algo maravilloso como es un mundo igualitario”. 

Frente a este discurso se sitúa una extrema derecha “que quiere una involución y meternos en las casillas de los años 50”. “Es de mentes absolutamente retrógradas querer educar sobre los toros, las fiestas populares y la semana santa, y no sobre empatía y derechos humanos”. 

“Los toros son lecciones de ocio”, recuerda Lozano quien considera “incomprensible que se puedan comparar unas cosas con otras. Estamos hablando de educar a los chavales en relaciones afectivo sexuales sanas, igualitarias, desde el deseo mutuo y el respeto a todos los seres humanos”. 

Según Lozano, Castilla-La Mancha es una comunidad pionera en la lucha contra la prostitución y la trata de mujeres con fines de explotación sexual. La prueba es que en su último documental la acompañan tanto el Instituto de la Mujer como la televisión pública de la región, CMMedia.

“Tenemos que seguir trabajando”

En el camino hacia un mundo sin un mercado de compra-venta de mujeres, la lucha de Lozano continúa en la gran pantalla. “Hablamos de ciudadanas de segunda, de asesinatos de segunda y de hijos e hijas de segunda”. Y es que estos menores también son hijos de “las violencias machistas”. 

“Es muy importante visibilizar que ni siquiera cuando las asesinan son ciudadanas de pleno derecho. No se las considera de verdad víctimas de violencia de género”, recuerda la directora de un documental cuyo principal objetivo es visibilizar este escenario enmarcado en la impunidad de los proxenetas. Cuando un proxeneta mata a la mujer que está explotando “no es por venganza si no por dinero porque les rompe el chiringuito”. 

Lozano añade que el proxeneta asesina a su víctima para “avisar”. “Por ello las víctimas de trata de nuestro país no denuncian. Son mujeres que sufren extorsiones, amenazas y una explotación extrema. No denuncian porque saben que esas amenazas son reales y que el Gobierno no las protege. Tenemos que seguir trabajando”. 

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