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El Parque Nacional de Cabañeros, un nuevo destino estrella para disfrutar del firmamento

Senderismo nocturno y astroturismo en Cabañeros

Francisca Bravo Miranda

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Hace ya diez años, Mónica Fernández se dio cuenta de que no había ninguna empresa que se dedicase al astroturismo. Por lo menos en la zona del Parque Nacional de Cabañeros. Entonces decidió dar el paso adelante y fundar 'Las 7 Cabrillas', una empresa que nace por el impulso de convertir en su trabajo lo que la joven amaba. Ahora, su trabajo se verá aún más potenciado, ya que el Parque Nacional es el nuevo destino starlight de Castilla-La Mancha. “Hace diez años que trabajamos aquí y llevamos persiguiendo este reconocimiento desde entonces. No es que se necesite la certificación como tal para trabajar el astroturismo, pero para promoción es algo muy positivo, nos ofrece muchísimo potencial por la promoción de la misma Fundación. Es un certificado de calidad, ya no lo decimos nosotras desde Las 7 Cabrillas, sino que lo dice un certificado reconocido”, explica

La certificación implica también un compromiso de los ayuntamientos que tengan relación con el parque para mantener luminarias respetuosas con el medio ambiente; este es de hecho uno de los requisitos que se piden para obtener el reconocimiento. “Van a tener que ser obligatoriamente de tonos cálidos, lo que favorece nuestra salud y la de los animales, y, además, te garantiza poder observar las estrellas. Todo son ventajas”, explica.

El nombre de su empresa hace referencia a las estrellas conocidas también como las Pléyades, una agrupación estelar fácil de identificar en el cielo, que reciben su nombre de las siete hijas de Atlas y Pléyone. La mitología griega cuenta que Zeus las convirtió primero en palomas y luego en estrellas. Se trata de estrellas que son hasta ocho veces más grandes que el Sol, y su brillo es mil veces superior a nuestra estrella, según explica el Instituto de Astrofísica de Canarias.

“Al principio no fue fácil, la gente no sabía qué era el astroturismo, me llamaban para ver si podía leerle las cartas”, recuerda Mónica. Pero el público especializado, los 'astroturistas', empezaron a llegar y nunca se fueron. Es un tipo de turismo que se extiende todo el año, incluso durante el invierno cuando las noches son más largas y mejores para observar el brillante firmamento nocturno. “Los que vienen en época invernal son realmente los especializados, que quieren aprovechar estas noches de más horas”, afirma Fernández.

El Parque Nacional de Cabañeros fue certificado como Destino Starlight el pasado 28 de marzo y es el séptimo de Castilla-La Mancha, el primero en la provincia de Toledo y el segundo en Ciudad Real. Antes vinieron el Parque Natural de Valle de Alcudia y Sierra Madrona, La Manchuela, los Cielos de Guadalajara, la Serranía de Cuenca, la Sierra de Alcaraz y Campo de Montel y también la Sierra del Segura. “Es gracias a la cooperación de sendas diputaciones que se han alineado en esta iniciativa, porque en general toda la región trabaja desde hace años en la preservación del cielo y los espacios naturales. Castilla-La Mancha ha entendido muy bien la oportunidad para el desarrollo sostenible a través del turismo de estrella”, explica Antonia Varela, directora de la Fundación Starlight.

Varela destaca que la comunidad autónoma es una de las que goza de mayor densidad de reservas, y resalta en Toledo lugares de destino astroturístico como el Observatorio Astronómico de la Hita hasta la Estela del Cigüela. La cooperación institucional también de los ayuntamientos, explica, es fundamental. “Si no se adhieren a la declaración, no se entrega ninguna certificación”, recalca. La Declaración Starlight data del 20 de abril de 2007 y se firmó en La Palma. Recuerda “la necesidad de proteger y recuperar el cielo estrellado como el único paisaje cultural común de la humanidad” y pide a quienes se dedican a su observación a que se esfuercen para que los habitantes de sus comarcas los sientan “como suyos” y extraigan las ventajas culturales y económicas para explotar positivamente sus posibilidades.

La declaración también urge a tomar medidas necesarias para garantizar las condiciones de luz natural nocturna que permita asegurar la integridad de los ecosistemas, sus hábitats y la vida de las especies que en ellos habitan. Para Starlight, la luz artificial es “una responsabilidad que atañe a todos”.

“Unirse a la Declaración redunda en un compromiso de la administración pública a preservar este cielo a través de un estudio exhaustivo de los parámetros de calidad y cielo que cumpla con las calidades necesarias”, explica Varela. Esto supone no sólo tener poca contaminación, sino también una alta transparencia del aire y contar con un porcentaje suficiente de noches despejadas que permitan contemplar el cielo.

Y tras la auditoría astronómica, viene la astroturística. “Hemos comprobado que Cabañeros es óptimo para realizar estas actividades, que cuentan con actividades, servicios o infraestructuras”, explica la directora de la Fundación Starlight. Pero en el Parque Nacional, las condiciones ya venían dadas, por su condición de entorno protegido. “Ya de por sí tiene un valor cultural de diversidad, y una zona que reúne muchas figuras de protección como la Red Natura 2000 o Zonas de Especial Protección de Aves. De por sí un parque nacional debe tener un compromiso con la conservación del cielo, pero, además, se entiende que es un motor de economía sostenible y de este modo se reúnen todas las condiciones”, afirma Varela.

Además, desde la Fundación ya se ha impartido formación en el Valle de Alcudia y Sierra Madrona de monitores Starlight, con lo que ya se cuenta con una remesa de profesionales que están preparados para realizar el turismo que un destino de este tipo se merece. Además, ya existen experiencias, como la de Mónica, que ofrecen observación nocturna, observación de las estrellas y la berrea o talleres de astrofotografía. “El astroturismo desestacionaliza el territorio y también ayuda a ampliar las pernoctaciones. Es una poderosa herramienta contra la despoblación y la descentralización de la oferta de lugares que visitar”, explica.

Y, finalmente, señala que los lugares de observación del cielo no sólo son de por sí “sostenibles y responsables”, sino que reciben visitantes “de calidad”. “Suele tener un perfil de nivel cultural y socioeconómico medio-alto, con una alta sensibilidad medioambiental y que respeta el entorno y se integra en el mismo, que busca experiencias únicas y singulares y está dispuesto a pagarlas. En general, lo que hace es disfrutar de todos los recursos y nunca va a ser de masas, como puede ser el de playa”, afirma Varela. La mitad de la superficie certificada por la Fundación está en España.

El certificado se recibió en el Centro singular Astronómico de Alcoba de los Montes. El presidente de la Diputación de Ciudad Real, José Manuel Caballero, aseguró que se trata de un reconocimiento conseguido de “manera colectiva, utilizando un recurso endógeno con un valor especial para ponerlo a disposición de la ciudadanía”. El reconocimiento incluye a los municipios de Alcoba, El Robledo, Horcajo, Navas de Estena, Retuerta del Bullaque, Navahermosa y Navalucillos.

Mónica Fernández trabaja precisamente en Alcoba de los Montes y explica que el turismo que ya existe suele ser variado, pero que también incluye un perfil de visitante muy característico. “El astroturista no se conforma con un lugar 'medio bueno', sino que debe ser extraordinario. Es eso lo que ofrecemos. Los más avanzados llegan con telescopios de hasta 12.000 euros, equipos profesionales. Pero también hay familias con niños, parejas que simplemente disfrutan de la naturaleza y tienen interés por conocer el cielo nocturno y aprender nociones básicas de astronomía y seguir conociendo este mundo”, explica la fundadora de Las 7 Cabrillas. “Cuando empecé, me dije, pues por qué no. Siempre habrá gente que quiera mirar las estrellas”, concluye.

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