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Soria reclama a la Junta de Castilla y León más recursos contra el coronavirus y reabre el debate sobre la asistencia sanitaria en la España Vaciada

El alcalde de Soria, Carlos Martínez, lanzó un S.O.S ante el coronavirus.

Ángel Villascusa

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La gestión del coronavirus en Soria ha provocado el primer encontronazo político en Castilla y León de la crisis del COVID-19. El alcalde de Soria, Carlos Martínez (PSOE), lanzó esta semana un grito de S.O.S por la situación desesperada que se vive tanto en la ciudad como en la provincia tras la saturación del servicio de UCI durante el fin de semana. Un mensaje que según la consejería de Sanidad “no corresponde con la situación”. La titular de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Verónica Casado, pidió “calma” al alcalde soriano. Según los datos de la Junta, la situación de provincia no es tan agónica como dio a entender el alcalde y reclamó a los representantes de las instituciones que actuasen con responsabilidad para “no generar más alarma”. Pero Soria, de la misma manera que lleva años solicitando más inversión, demanda ahora más recursos para hacer frente a la pandemia.

El pasado fin de semana, las 21 camas del servicio de UCI de Soria se saturaron. La situación provocó que tres pacientes tuvieran que ser traslados a Burgos y a Valladolid. Según defiende el alcalde de Soria, la crisis del COVID-19 les afecta no no solo por la incidencia del virus, sino porque tanto la provincia como la ciudad llevan años sufriendo la dejadez de los ejecutivos central y autonómico. Según los datos de la Consejería de Sanidad, la provincia tiene el índice de casos por cada 10.000 habitantes más alto de la Comunidad: 77,4 contagiados, frente a los 30,7, de la media de Castilla y León. Ante la situación “extrema” de Soria, tanto el regidor como la plataforma de la España Vaciada 'Soria ¡YA!' reclaman medios materiales y humanos.

“La presión sanitaria que se vive en España por el coronavirus todavía se sufre más en aquellas zonas donde se el sistema sanitario es débil”, sentencia el alcalde Carlos Martínez por teléfono. El hospital de Soria cuenta con 11 camas de UCI estructurales, a las que se suman 10 que puso en funcionamiento la Junta de Castilla y León la semana pasada ante el avance de la epidemia y a 5 más a las que se ha comprometido el presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco. A pesar de valorar positivamente este incremento, Martínez señala que las camas de UCI no son suficientes si no van acompañadas de más médicos.

“El problema es que es un servicio muy especializado que necesita personal cualificado y una serie de equipos. Una UCI no se improvisa de la noche a la mañana. Además, por mucho que exprimamos a los sanitarios de cuidados intensivos, tenemos que entender que si no hay más personal es imposible llegar”, explica el regidor a eldiario.es. Como sucede en otras zonas de el país, el 10% de los médicos de Soria están contagiados o en cuarentena por síntomas. Lo que hace que haya que contar con todavía menos efectivos para luchar contra el virus. “Si el numero es siempre justo, ahora la situación es mucho peor, sentencia Martínez.

El total de sanitarios que trabajan en Soria es tan ajustado que el alcalde teme que pueda volver a pasar lo mismo que ocurrió en en los días previos al aumento de casos de coronavirus, cuando un servicio UCI completo, formado por 13 profesionales (6 enfermeras, 4 médicos y un técnico), se vio obligado a hacer cuarentena durante diez días por miedo a un posible contagio. “Si hubiese pasado este viernes, hubiésemos colapsado del todo”, explica Martínez.

El último fin de semana de marzo el servicio de UCI del Hospital de Santa Bárbara de Soria, el único de la provincia y el mismo que da asistencia a los 88.800 sorianos, alcanzó su tope. “Ahora estamos mejor, pero si no se actúa se va volver a repetir”, explica el regidor. De media, un paciente de coronavirus que tiene que ser ingresado en la UCI pasa entre 11 y 28 días. Para que el colapso no se vuelva a repetir, el alcalde de Soria, reclama a la Junta de Castilla y León y al Ministerio de Sanidad que actúe como “distrito único, pero de verdad, no sobre el papel”, es decir, movilizando al personal médico “allá donde sea necesario”.

La propuesta del alcalde es que los recursos materiales y humanos se trasladen en función de la necesidad en cada momento. “El pico en Zamora no se va a dar a la vez que el pico en Soria, podemos permitirnos trasladar a los sanitarios”, explica. El traslado de pacientes, independientemente de su situación a otros centro como los de Valladolid o Burgos, debería ser “un último recurso”. ¿La razón? Que las comunicaciones por carretera entre Soria y el resto de capitales de provincia dejan mucho que desear.

Toño es técnico de emergencias sanitarias en Soria y conoce bien la carretera que conecta Soria con Burgos, después de varios años trasladando a pacientes. “Se tarda casi dos horas en llegar, hay que extremar las precauciones porque es una de las carreteras más peligrosas de Castilla y León”, asegura. El tramo soriano de la N-234 es, según un informe de RACE, el sexto más peligroso de toda España.

Aunque, tras la entrada en vigor del decreto del estado de alarma, el tráfico ha descendido en todas las carreteras del país, Toño explica que durante en las carreteras sorianas “es muy habitual encontrarse con animales salvajes” y que, “además el asfaltado deja mucho que desear”. La provincia cuenta con un total de 9 nueve ambulancias, a las que se ha añadido una más procedente de otro municipio.

“Tuvieron que mandar una unidad desde San Esteban de Gormaz para hacer frente a la demanda. Pero da servicio doce horas al día”, dice el técnico de emergencias. Con todo, siguen yendo muy justos. Según datos aportados por los trabajadores, es habitual hacer unos 200 desplazamientos al mes; en marzo superaron los 300. “Mientras atendemos a las personas con coronavirus sigue habiendo accidentes o infartos”, señala.

Estas 9 unidades son las mismas que dan asistencia a todos los pueblos de Soria. La provincia cuenta con alrededor de 500 núcleos de población, de los que, un 80% tiene menos de 100 habitantes. Contagiarse de coronavirus adquiere una dimensión diferente en estas zonas de la llamada España Vaciada. Marta Sarranián lo ha experimentado estos días. Tres de sus tíos Sarranián vivien en Los Villares de Soria, un pueblo de 14 habitantes, y los tres han desarrollado el COVID-19.

“Mis tíos llamaron por teléfono al médico después de estar con 39 de fiebre durante cinco días”. Según cuenta, les decían que se quedaran en casa. Siguieron desarrollando los síntomas hasta que acudió un médico a verles. Después de varios días de espera y de nueve horas desde que les anunciaron que irían a verles, el médico solo pudo atender a los dos que vivían en la misma casa. “Mi otra tía, que vive a 50 metros, no pudo ser atendida a pesar de que tiene 80 años y varias décimas de fiebre”, sentencia. Días después los tres fueron trasladados al Hospital de Soria con neumonía provocada por el virus.

La consejera de Sanidad pide “calma”

La consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, aseguró este martes y este miércoles que el “llamamiento agónico” que se ha hecho desde Soria, “no corresponde a la situación” en la que se está en la actualidad. Este jueves por tercera vez consecutiva se dirigió, aunque directamente, al alcalde de Soria. Según Casado, los líderes políticos deben tener una “especial responsabilidad a la hora de analizar la situación”. La consejera recordó que fue el Gobierno autonómico quien alertó de que la situación en la provincia era complicada. “No negamos la gravedad”, insistió.

Un día antes, había asegurado que la incidencia acumulada del virus en Soria estaba “un poco por encima de la media” de la Comunidad. Este baremo, que representa la proporción de individuos que desarrollan el evento durante el periodo de seguimiento, se sitúa en el 1,6%.

La tasa de mortalidad específica del coronavirus, es decir, la proporción de defunciones en un período determinado por cada 10.000 habitantes, muestra unos datos diferentes. En Soria se han producido 77,4 muertes por cada 10.000 habitantes frente a los 30,7 de Castilla y León.

Tanto el regidor soriano como la plataforma 'Soria ¡YA!' defienden que el número de fallecimientos oficial es, además, incompleto. Según datos del Ayuntamiento en el mes de marzo fallecieron 265 personas, frente a las 83 personas que perecieron en marzo del año pasado. De acuerdo con la Consejería de Sanidad, el número de fallecidos por COVID-19 en ese mes fue de 44 personas. “¿Cómo es posible que se triplique el número de fallecidos?”, se pregunta el regidor. “Entendemos que se quedan cortos y no se están contando otros fallecimientos, por ejemplo, en residencias, explica a eldiario.es una de las portavoces de 'Soria ¡YA!'.

El alcalde de Soria pide, utilizando las mismas palabras de la consejera de Sanidad, que “con toda la calma y la urgencia del mundo” se tomen decisiones para reducir la tensión sanitaria que viven. “Se tienen que reforzar tres elementos el: desplazamiento de personal y de recursos, las contrataciones de médicos especializados en cuidados intensivos de fuera de nuestras fronteras, si hace falta, y, por último, el desplazamiento de los pacientes a otras provincias, si no queda más remedio”.

Los tíos de Marta Sarranián evolucionan bien. A uno de ellos, incluso, le han dado el alta. Esta soriana que vive en La Rioja, es consciente de que sus familiares han tenido mucha suerte. “No todo es Madrid o las grandes ciudades. Hay mucha gente que lo está pasando fatal en los pueblos con el problema añadido de que están más aislados. Solo pido que no se olviden de nosotros”.

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