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Choque entre el sector de Borràs y el de Turull en la nueva dirección de Junts: “Hay gente que ha cerrado la carpeta de la independencia”

Laura Borràs y Jordi Turull, junto a Jordi Sànchez y el expresident Carles Puigdemont, en el congreso del partido

Arturo Puente

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“Hay gente que ha cerrado la carpeta de la independencia. Y los que no lo hacemos, estorbamos”. Con estas contundentes palabras explicaba este domingo la diputada Aurora Madaula el bajo número de apoyos recibido en la votación de la militancia, en la que había quedado por debajo del 50%, algo que a priori podría dejarle sin cargo. “Esto y otras cosas serán plenamente puestas en conocimiento de todos”, añadió, en un mensaje de Twitter que recibió un RT de Laura Borràs. El choque había estallado entre partidarios de la nueva presidenta y el sector más afín a Jordi Turull, quien ocupa la secretaria general, el primer día de andadura de la nueva dirección. Una prueba de que el principal reto de Junts sigue siendo pacificarse internamente.

El enfado del sector de Borràs, llamados a sí mismos “octubristas” o también “lauristas”, se desencadenó después de que algunos de los nombres claves de su corriente obtuviesen un número de votos claramente por debajo, lo que hacía sospechar que una parte importante de los militantes no había votado “en plancha” sino por consigna. Entre los más castigados de la votación se encontraba David Torrents, candidato a la secretaría de organización y muy afín a Borràs, pero que se quedó fuera de la Ejecutiva al no haber llegado a la mitad de los votos depositados que, además, firmaron una participación general excepcionalmente baja, con un 37% de militantes activos del censo de 6.000.

Otra diputada laurista como Ester Vallès también quedó fuera, por el mismo motivo. Mientras, Madaula, considerada uno de los principales puntales de Borràs en la Mesa del Parlament, donde ocupa una de las secretarías, entrará en la nueva dirección de Junts pese a haberse quedado también por debajo del 50% de los votos, gracias a que en su caso optaba a una de las vicepresidencias, que se votaron de forma global.

Pero la votación que más dolió fue la que enfrentó a la propia Laura Borràs con Jordi Turull, en la que el segundo consiguió superar a la presidenta por 78, lo que fue todo un golpe de autoridad por parte de Turull. De hecho, Borràs ni siquiera consiguió ser la segunda más votada, porque la alcaldesa de Vic y diputada, Anna Erra, considerada cercana al secretario general, quedó por delante por 15 votos más. Irrelevante para la organización de los puestos, pero un golpe en el orgullo de Borràs, que llegaba al Congreso contando con un arrastre entusiasta entre las bases.

Las encargadas de hacer público este malestar han sido las propias Borràs y Madaula a través de sus interacciones en Twitter. En otro mensaje escrito este domingo por la mañana, la diputada hizo referencia a una frase de Gramsci que decía que le habían enviado en el que el filósofo marxista aseguraba que “el honesto no hace granujerías”. Un mensaje velado al que Borràs contestaba: “¡Qué buenos compañeros tienes!”.

La guerra abierta entre los sectores de Junts ya mira a la segunda parte del Congreso, que se celebrará el fin de semana del 16 y 17 de julio en L'Hospitalet, una cita que será determinante políticamente porque de ella deben salir las ponencias políticas que acaben de repartir el poder ejecutivo entre la presidencia de Borràs y la secretaría general de Turull. Esa fue la condición de la primera para aceptar la candidatura conjunta que reclamaba el segundo pero que, contra lo previsto, no ha sido suficiente para evitar la guerra entre bandos en el congreso de la formación.

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