Dos manifiestos llaman a la desobediencia civil y proponen un cambio en la forma de hacer política
La salida de la crisis, la recuperación de los derechos sociales y laborales y el proceso de autodeterminación de Catalunya pasan, inexorablemente, por una democracia más directa y participativa y por un horizonte bastante más lejano que las elecciones del pasado domingo. Así lo expresan dos manifiestos catalanes diferentes, pero con muchas similitudes, publicados antes de los comicios. Uno de ellos hace un “llamamiento a la desobediencia civil por los derechos de los ciudadanos y contra la dictadura financiera” http://www.cridadesobediencia.cat/, mientras que el segundo, bautizado con el título Por una radicalización democrática más allá del 25-N, plantea “un cambio radical de las formas de hacer política y de gobernar la economía” http://mesenlladel25n.wordpress.com/.
Los textos ya cuentan con el apoyo de más de 1.000 personas cada uno. La exconcejala de Ciutat Vella de Barcelona, Itziar González, y la activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), Ada Colau, por ejemplo, firman los dos manifiestos. Pero en un escrito y/o en el otro aparecen nombres importantes de la sociedad civil como el exministro y exdirector general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, el abogado Jaume Assens, el profesor de Antropología de la Universidad de Barcelona (UB) Manuel Delgado, el urbanista Jordi Borja, el catedrático de Ciencia Política de la Universidad Autónoma de Barcelona Joan Subirats, el sociólogo Sebastià Sarasa, el escritor y filósofo Pep Subirós, el profesor de Historia de la UB Xavier Domènech o la ex-presidenta de la FAVB Eva Fernández.
La Acció Base de Ciudadania Desobedient es el nombre del colectivo que hace el llamamiento a la desobediencia civil. Su objetivo, sin embargo, es ir más allá de una declaración de intenciones y convertirse en una plataforma que aglutine diferentes movimientos ciudadanos y pueda ser decisiva y tener un papel constituyente en la transformación política, social y económica del país.
En el manifiesto, el grupo, formado por personas a título individual de 150 poblaciones catalanas, dice que las políticas que dictan la oligarquía financiera y los políticos y tecnócratas de la troika europea, el Estado español y del gobierno catalán son una “declaración de guerra a la ciudadanía” que han llevado al hundimiento de la economía real, con millones de parados y miles de empresas cerradas, el desmantelamiento de los sistemas públicos de salud y de educación, la bajada de sueldos y el incremento de la jornada laboral, miles de desahucios y el encarecimiento de los productos y servicios básicos.
La Acció Base de Ciudadania Desobedient va más allá en su crítica y considera que el primer rescate que aplicó el gobierno de Zapatero, con el apoyo de CiU y PP, convirtió “lo que era una deuda privada de una serie de bancos y cajas en una deuda pública”. Y el Estado y el gobierno catalán han optado por pagar los vencimientos con dinero público, a costa de “recortar servicios públicos y subir el IVA”, en vez de hacerlo aumentando los impuestos de las grandes fortunas y de las grandes empresas, y recortando los gastos inútiles. “Mientras tanto, los responsables y los máximos beneficiarios de esta situación, continúan impunes y, en la mayoría de casos, ocupando algún cargo en una gran empresa o en la administración pública... Es indignante que los Millet, los Urdangarín, los Rato y los Botín se paseen tranquilamente por la calle o sigan mandando desde los despachos, en vez de estar en la prisión y de devolver lo que presuntamente han robado”, opinan los firmantes del manifiesto.
La futura plataforma considera que hay otras salidas a los recortes y ha decidido iniciar una campaña de movilización, de no cooperación y desobediencia civil para dificultar la aplicación y que tiene como objetivo cambiar de manera radical la escena política, con la articulación de nuevas mayorías y con la perspectiva de llevar a cabo un proceso constituyente, que genere políticas al servicio de la población.
Contra los corruptos
Una de las exigencias del grupo es encausar judicialmente los corruptos. También plantea la restauración de los derechos civiles, sociales y laborales, luchando contra el paro y la pobreza, impulsar un modelo socioeconómico que fiscalice las ganancias especulativas, regular los mercados financieros, promover la banca pública y nuevos sectores económicos sostenibles y solidarios, como las experiencias autogestionadas. Además, en el texto se defiende aumentar los ingresos públicos combatiendo el fraude y no pagar la deuda ilegítima.
El grupo es partidario de impulsar un proyecto para hacer una nueva ley electoral. El objetivo, explican los firmantes, es impedir el “secuestro” de la democracia por los partidos mayoritarios, el derecho a revocación de los que no cumplan las promesas electorales y emprender un proceso constituyente, con mecanismos de deliberación popular, “elaborando de manera participativa una nueva Constitución”.
En un momento en que el derecho a decidir y la soberanía de Cataluña se han convertido en el primer plato de debate político, el colectivo ve con buenos ojos la autodeterminación de Cataluña --afirma que el Estado español somete Cataluña a una “asfixia económica”--, pero sostiene que el cambio social se tiene que compartir con otros pueblos del Estado, Europa y del mundo. Y lo plantea hacer mediante la autoorganización de la ciudadanía, incorporando formas de democracia participativa y directa que sea una alternativa a la democracia parlamentaria.
Ahora mismo, buena parte de los esfuerzos de la Acció Base de Ciudadania Desobedient se centran en apoyar las acciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAC). Entre las iniciativas previstas figuran recoger un millón de firmas para la dación en pago y el alquiler social antes del 25 de enero del 2013, participar activamente en el paro de los desahucios y conseguir un cambio legislativo para evitar que la gente pueda perder su vivienda.
Gran estafa
En el manifiesto Por una radicalización democrática más allá del 25-N, el millar de personas que lo firman plantean “cambiar radicalmente las formas de hacer política y de gobernar la economía”. Por eso, sostienen, que hay que ir más allá de las elecciones del 25-N, y que las izquierdas y los movimientos sociales “sean capaces de crear espacios de encuentro que les permitan avanzar y construir juntos y mejor”. Y hay que llevarlo a cabo, dicen, sin perder de vista los retos democráticos de fondo planteados por el 15-M, “las luchas contra los recortes y los desahucios o las movilizaciones a favor del derecho a decidir”.
En este segundo texto, sus responsables califican la quiebra del sistema financiero de una “gran estafa” que está violentando los derechos sociales y la idea de democracia “hasta límites irreconocibles”, y sólo las voces de protesta tejidas en la calle y en las redes sociales han permitido mantener la esperanza para superar esta situación. Dicho de otra manera, la salida de esta crisis “no puede pasar por los ejes tradicionales de la política”.
En el caso concreto de Cataluña, los autores del escrito opinan que las movilizaciones recientes han servido para hacer patente que la gestión neoliberal de la crisis ha generado mucha “injusticia” y “la existencia de un clamor mayoritario a favor de un referéndum de autodeterminación”. Con todo, consideran que para revertir la actual situación es necesario redefinir profundamente el marco económico, social y cultural, más allá que la izquierda consiga unos mejores resultados electorales o el derecho de los pueblos a decidir su futuro. “Lo que está en crisis es el sistema, y lo que hace falta es la articulación de propuestas con la ambición de superarlo en su conjunto”.
En el manifiesto se afirma que no habrá una democracia real sin una fuerza plural capaz de darle sentido y que sea capaz de convocar “todo el tejido social comprometido del país” e impulsar procesos constituyentes que busquen complicidades con otras iniciativas democráticas de Europa y del resto del Estado. “Más allá del 25-N, hace falta abrir un espacio que nos permita tejer nuevas respuestas, entre todos y todas, y empezar de nuevo”.