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“Negro de mierda”: el último caso de racismo en los Mossos d'Esquadra llega a juicio

La víctima, en el vídeo donde denuncia el caso

Oriol Solé Altimira

Barcelona —

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Ocurrió el 10 de enero de 2019. Seis agentes de los Mossos d’Esquadra acuden a un inmueble ocupado en Manresa. En el garaje encuentran a Wubi. Se desencadena una persecución que incluye un aluvión de insultos racistas, forcejeos y golpes por parte de los agentes, a tenor del audio que grabó el joven sin que los uniformados se dieran cuenta y que es la principal prueba del juicio que arranca este lunes en la Audiencia de Barcelona.

Son casi ocho minutos de grabación que sustentan la palabra del joven. Los insultos y comentarios racistas se repiten sin cesar. “Hijo de puta”, “negro de mierda”, “tú eres un mono”, “negraco de mierda”, “la próxima vez que veas a la policía corre, pero intenta irte muy lejos, vete más lejos de África”, “yo soy racista, mucho, pero si fueras blanco te hubiera pegado igual”, son solo algunas de las decenas de expresiones proferidas que se escuchan en el audio.

Los agentes también hacen caso omiso de las súplicas del joven para que cesen sus insultos. “¿Por qué sois así de malos?”, pregunta el joven. “Somos ordenados”, contesta un uniformado. “Por favor dejadme en paz, que soy humano como vosotros”, se oye decir más tarde a Wubi en la grabación. “Tú eres un mono, es lo que eres”, le replica uno de los agentes acusados.

Tras lo ocurrido en el garaje donde Wubi fue interceptado, la Fiscalía, la acusación del joven y la que ejerce SOS Racisme mantienen que la víctima logró zafarse de los agentes. Sin embargo, uno de ellos lo siguió hasta un descampado, donde realizó un disparó al aire que no llegó a alcanzar a Wubi “guiado por el ánimo de amedrentar y atemorizar” al joven, según expone el Ministerio Público en su escrito.

La Fiscalía pide tres años y medio de cárcel por delito contra la integridad moral y lesiones para los seis agentes, que en el momento de los hechos formaban parte de los ARRO, la unidad de apoyo a los antidisturbios de la policía catalana. Wubi y SOS Racisme elevan la pena a seis años por un delito de torturas.

Por contra, la defensa de los policías acusados solicita la absolución tras pedir en varias ocasiones sin éxito el archivo del caso durante la fase de instrucción. “Se está enviando al banquillo a seis personas por el mero hecho de que pasaban por allí”, planteó la defensa en uno de sus escritos.

La agresión a Wubi causó impacto debido a la grabación y a la dureza de los insultos y los golpes, si bien es una de las decenas de vejaciones racistas que entidades como SOS Racisme recopilan cada año, aunque la mayoría son de menos gravedad y muchas otras ni se denuncian por el miedo de las víctimas a señalar a policías.

Un 22% de los 110 nuevos casos de racismo del año pasado, según el último informe de la entidad, correspondieron a agresiones, discriminaciones y abusos perpetrados por miembros de los cuerpos de seguridad pública en ejercicio de sus funciones.

En los Mossos, pero en distinto destino

A la espera del resultado del caso, los agentes siguen en los Mossos d'Esquadra, pero sin trabajar en la unidad ARRO. A nivel político, la conselleria de Interior, entonces dirigida por Miquel Buch, hizo caso omiso de la petición del Parlament para apartar cautelarmente a los agentes antes del juicio, pese a ser opción contemplada en el reglamento interno de la policía catalana. La llegada de ERC a la conselleria no varió la decisión.

El cambio de destino, que no contempla ninguna suspensión de empleo ni de sueldo, llegó más un año después de los hechos y solo después que SOS Racismo desvelara la agresión racista. Además, la conselleria, entonces en manos de Junts, desveló el nombre y apellidos de la víctima en el comunicado enviado a los medios sobre el caso así como en las redes sociales oficiales de Interior. Por contra, en el vídeo en que expone su denuncia, el joven solo da a conocer su nombre de pila. 

Además del audio, en el juicio se oirá a varios testigos clave, como dos jefes de los acusados. Los sargentos, quienes al principio del caso dijeron no reconocer ninguna voz de la grabación, rectificaron más tarde su declaración ante Asuntos Internos. Finalmente sí identificaron a los mossos que participaron en la agresión.

Los dos sargentos señalaron en la fase de instrucción a uno de los agentes investigados como el mosso que profirió los insultos más graves –“negro de mierda, hijo de puta”; “soy racista no, lo siguiente”– a la víctima.

Ambos mandos también identificaron al mosso que en la grabación insta a la víctima a irse “un poco más abajo porque aquí ya tenemos suficiente mierda”. Los agentes también aparecen en la minuta de detención de Wubi D., al que los policías acusados llegaron a denunciar por tráfico de drogas, algo que descartó de plano el juez.

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