Las PAH catalanas ocupa una sede del BBVA para exigirle que se comprometa a conceder alquileres sociales
Todas las Plataformas de Afectados por las Hipotecas (PAH) de Cataluña han convergido este viernes en Sabadell, ciudad especialmente movilizada en defensa de la vivienda, para ocupar la sede local del BBVA. Unas 200 personas han acudido a la llamada para denunciar que la entidad financiera en cuestión no concede los pisos en alquiler social a los afectados o amenazados por desahucios. La acción ha durado toda la mañana y ha servido para que el banco se comprometiera a convocar una reunión con la plataforma -fijada para el próximo miércoles- en la que se exigirá a la entidad que facilite pisos con alquileres asequibles a las familias afectadas y que acceda a condonar sus deudas.
El 9 de febrero la PAH ocupó la sede del banco en plaza Catalunya de Barcelona, y allí defienden que llegaron a un acuerdo por el cual la entidad se comprometía a solucionar más de 200 casos de afectados que la plataforma les presentó. Cinco meses después, la PAH se queja de que la entidad no ha cumplido, y sobre todo de que se niega a aceptar el alquiler sociales como solución para las familias por “política de empresa”.
“El BBVA está paralizando algunos desahucios, algunas subhastas, pero deben cambiar su política de alquileres sociales”, explica Elvi Mármol, miembro de la PAH de Sabadell. Según sus cuentas, en Cataluña la entidad no ha concedido más de dos o tres alquileres de este tipo. Uno de ellos, eso sí, en Sabadell: el de la familia de Ahmed, una batalla que ganó la plataforma tras ocupar la sede de Unnim -ahora propiedad del BBVA- durante 72 horas, aunque les comportara un juicio -que después ganaron- a decenas de activistas.
Otro caso que tiene que ver con el BBVA y con los alquileres sociales es la ocupación de un edificio en Badalona, que se produjo ayer, para realojar a cinco familias también afectadas por desahucios. La PAH badalonesa afirmó a catalunyaplural.cat que una de sus primeras acciones tras la ocupación sería negociar con el BBVA, que tiene los pisos vacíos desde hace cuatro años, para que acceda a alquilarlos a un precio asquible.
