Ballesta, tras dejar la alcaldía de Girona: “He visto de cerca la cara de la demagogia”

“He visto de cerca la cara de la demagogia y el populismo”. Así se ha despedido Albert Ballesta (CIU) de sus 46 días en la alcaldía de la Girona en una comparecencia de prensa sin preguntas. Ballesta ha lamentado que ERC, el primer grupo de la oposición, no haya querido un acuerdo de gobernabilidad, por lo que CiU ha cerrado un pacto con el PSC.

La salida de Ballesta viene acompañada de un pacto de estabilidad entre CiU y el PSC, del que se darán detalles esta tarde pero por el que los socialistas entrarían en el gobierno municipal con una tenencia de alcaldía. De esta manera, el PSC vuelve al gobierno de la ciudad después de 5 años. También se reservan puestos de visibilidad para Demòrates de Catalunya (la escisión independentista de Unió Democràtica), en concreto la concejala Isabel Muradàs, que fue en la lista de CiU como número dos de Puigdemont.

Ballesta ha valorado que sus días en la alcaldía, y en especial la negociación del equipo de gobierno municipal, “se convirtieron para algunos -que no ha citado- en una oportunidad de erosionar al equipo de gobierno y a mí como alcalde” . A juicio del ya exalcalde, que también ha dicho que dejará su acta de concejal, ha habido una “campaña de erosión descarnada y sin matices” contra su persona, de la que ha dicho que espera tener oportunidad de “resarcirse”.

Ballesta fue elegido a dedo por Carles Puigdemont para ocupar la primera silla del ayuntamiento gerundense. Diecisiete personas (los nueve concejales de CiU y los ocho que le precedían en la lista y que no resultaron elegidos) tuvieron que renunciar para que Ballesta, que fue de número 19 en la candidatura de CiU, fuera alcalde.

Asimismo, tuvo que prometer dos veces el cargo porque se equivocó y no encontró socios que le aprobaran el sueldo. La nominación de Ballesta fue una apuesta del presidente de la Generalitat que ahora sale derrotada. Ballesta será sustituido por Marta Madrenas, actual segunda teniente de alcalde.

La salida de Ballesta vendría acompañada de un pacto de estabilidad entre CiU y el PSC por el que los socialistas entrarían al gobierno municipal con una tenencia de alcaldía. De esta manera, el PSC volvería al gobierno de la ciudad después de 5 años. También se reservan puestos de visibilidad por Demòcratess de Catalunya (la escisión independentista de Unió Democràtica), en concreto la concejala Isabel Muradàs, que fue en la lista de CiU como número dos de Puigdemont

Ballesta, durante sus escasos 46 días en el cargo, había intentado pactar con PP y Ciudadanos, una decisión que causó un fuerte revuelo al incluir una subida de sueldo para el alcalde. Finalmente el pacto con PP y Ciudadanos no se cerró, pero el capítulo constituyó la más importante de las polémicas en que se ha visto inmerso Ballesta en su corto mandato. El intento de acuerdo de derechas evidenciaba la incapacidad del de Converèencia para buscar alianzas con fuerzas de izquierdas, como sí encontraba Puigdemont.

Por otra parte, Ballesta consideró “absurdo” renunciar a la Fundación Princesa de Girona, que lleva el nombre en honor a la heredera de la corona española, Leonor de Borbón, princesa de Asturias y de Girona. El plenario municipal había aprobado una iniciativa de ERC y la CUP que instaba a no colaborar con la Fundación hasta que no cambiara de nombre. La misma moción también pedía a la Fundación y la Casa Real que cambiaran el nombre de la entidad y que se llamara Carles Rahola, periodista y político gerundense asesinado por la represión franquista.