SCC intenta mostrar una cara nueva en plena crisis por la imputación de su expresidente
Hacer borrón y cuenta nueva. Todo medido al milímetro. Volviendo a los orígenes, en el Teatro Victoria, para dar paso a una nueva Sociedad Civil Catalana (SCC). Una semana después del día de la Hispanidad. Huyendo de la manifestación del 12 de octubre en la Plaza de Catalunya donde compartir espacio con reconocidos neonazis les llevó dolores de cabeza, hoy han elegido un lugar pequeño y conocido.
Este ha sido el formato elegido por SCC para celebrar el día de la Hispanidad, con el que quiere ofrecer una nueva faceta después del momento de crisis que ha supuesto la imputación por amenazas de su ex presidente Josep Ramon Bosch. Bosch, que no estaba presente en el acto, ha recibido un reconocimiento implícito por parte de la voz en off antes de la intervención del actual presidente Rafael Arenas.
En la platea, parejas mayores con abrigos largos y jóvenes repeinados como manda el manual junto a representantes políticos y dirigentes de SCC. Xavier García Albiol y Alberto Fernández Díaz del PP, Matias Alonso, Carlos Carrizosa y Susana Beltran -entre otros- de Ciudadanos y el diputado David Pérez en representación del PSC. Este último, dijo no estar al caso de la imputación de Bosch, cuando un periodista le preguntaba por su presencia en el acto de la organización que este presidía.
Arriba del escenario, el lema “La España que nos une” y una pantalla donde iban apareciendo diferentes personalidades apoyando el acto. Intercalados, se han ido sucediendo los diferentes parlamentos, más de carácter conmemorativo que no ligados a la actualidad, a pesar de no perder la oportunidad de reconocer sentirse ganadores del “plebiscito del 27 de septiembre”.
La imputación de Bosch ha caído sobre una entidad que durante los últimos meses se ha visto rodeada de noticias sobre su relación con grupos de extrema derecha. El último, el cara a cara en Catalunya Radio entre el vicepresidente de la organización Somatemps y el fotoperiodista Jordi Borràs. La voluntad de la organización es pasar por encima de todo esto, y lo han querido hacer con un discurso más moderado de lo habitual.
Sin embargo, han abundado las referencias al problema de convivencia, que según ellos, hay en Catalunya. “La ausencia de violencia no quiere decir que el proceso sea pacífico como dicen, hay violencia simbólica y coacción”, abría los parlamentos Joaquim Coll. El vicepresidente de SCC ha advertido que Mas tenía la opción de abandonar el proceso o pactar con la CUP que “gastan una retórica revolucionaria que parece salida de un jardín de infancia” y añadió que el patriotismo de los independentistas no es “ cívico, sino que tiene mucho de identitario y supremacista”.
Le ha seguido la escritora Nuria Amat, que se ha referido a Artur Mas como “el travesti” en referencia a su acercamiento al independentismo, ha hecho un discurso, como los que le seguirían, basado en poner de relieve elementos y personalidades compartidas de la cultura catalana y española. Unos referentes poco reivindicados en Catalunya según Amat que ha dicho que “a imitación de otros regímenes autoritarios, los extremistas de aquí han creado un enemigo llamado España”. En la misma línea de recordar referentes comunes, el relevo lo ha tomado el escritor y diplomático Juan Claudio de Ramón que consideró “ingenuo” pensar que estos serían preservados en una Catalunya independiente.
El acto lo ha cerrado Rafael Arenas. En el que era su primer gran acto oficial tras la dimisión de Bosch, el nuevo presidente de SCC ha acusado a los independentistas de manipular la historia a su favor: “allí está este macabro mausoleo en que se ha convertido el Born” y añadió que la independencia no era “un proyecto ilusionante, sino ilusorio”. Todo ello no ha distado de los discursos del Sant Jordi de 2014 cuando el mismo teatro Victoria acogía la presentación de Sociedad Civil Catalana.