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Redotar de agua al Tajo y al Segura desde el Duero o el Ebro es un “brindis al sol”

Julia Martínez

Carmen Bachiller

Julia Martínez es la directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA). En el año 2005 fue socia fundadora del grupo de 100 expertos que firmaron la llamada “Declaración Europea por una Nueva Cultura del Agua”. Esta bióloga murciana tiene una amplia trayectoria en gestión integrada de recursos hídricos y sostenibilidad. Es profesora asociada en la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante) y activista del ecologismo.

Este miércoles ofrecía una conferencia en la Real Fundación de Toledo acerca de “la problemática del trasvase Tajo-Segura desde una perspectiva ambiental, social y agraria en la región de Murcia”. Una charla organizada por el Grupo de investigación “El río Tajo: hacia un enfoque holístico de sus problemas y soluciones ” de la Universidad de Castilla-La Mancha dentro del ciclo “Investigando el Tajo”.

Julia Martínez habla del “permanente debate” en torno al trasvase desde hace décadas aunque ahora la diferencia con lo que ocurría en los años 80 y 90 es que “han aflorado” distintos puntos de vista ampliando un debate que, en su opinión, será aún “de muy amplio recorrido”.

Su conferencia sobre el trasvase Tajo-Segura se ofrece desde la perspectiva de la Región de Murcia… ¿cuáles son las claves que quiere aportar?

Pasan por la sostenibilidad en la gestión del agua. Tenemos que darnos cuenta que necesitamos hacerlo de manera diferente para adaptarnos al cambio climático tanto en la cuenca del Tajo como en la del Segura. También necesitamos una nueva cultura basada en el consenso y en una amplia participación ciudadana, así como cumplir con las obligaciones europeas como la Directiva Marco del Agua. No es una imposición de burócratas de Bruselas sino que corresponde a un objetivo ampliamente apoyado por la sociedad: proteger nuestros acuíferos, humedales y ríos y toda su biodiversidad.

Para conseguirlo necesitamos cambiar la gestión del Tajo y la del Segura así como la de las demandas económicas de agua.

Desde Castilla-La Mancha se habla de trasvases ilegales. De hecho, el acueducto Tajo-Segura está cada vez más judicializado pero…parece que Europa mira para otro lado, a pesar de las denuncias sobre el incumplimiento de la Directiva Marco del Agua

El informe elaborado por la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo incluyó importantes conclusiones a raíz de una visita de eurodiputados el año pasado. Después hay varios procedimientos abiertos en el ámbito jurídico europeo debido a las quejas relativas al Tajo que están siendo analizadas. Además, existe otro procedimiento más relacionado con el conjunto de planes hidrológicos. Ahí el Tajo aparece junto a la enorme proliferación de los regadíos en el Ebro y otros problemas. Confiamos en que la Comisión Europea preste atención e inste al Gobierno español y a las confederaciones hidrográficas a cambiar los planes de cuenca.

Mientras Europa resuelve, en España se habla de otras opciones como solución al déficit hídrico. El PP de Murcia apuesta por redotar de agua a la cabecera del Tajo a través del Duero o el Ebro o de habilitar conexiones hacia el Segura desde el Tajo Medio en Extremadura…Eso suena a abrir el melón de otros trasvases siguiendo el modelo del Tajo-Segura

Eso son ideas que no están sustentadas en viabilidad ambiental, técnica, económica o social de ningún tipo. Tenemos que tener en cuenta que la obligación de cumplir con la Directiva Marco del Agua no se aplica solo al Segura o al Tajo. Cualquier tipo de trasvase nuevo supondría un deterioro de esos ríos.

Además, hay que tener en cuenta el cambio climático en marcha. En los últimos años ha habido una reducción muy significativa de las aportaciones al conjunto de las cuencas. La media se sitúa en un 17% menos. Cada vez vamos a tener menos agua en todos los territorios y lo que está previsto es que en determinadas cuencas los recursos disponibles estén por debajo de la demanda. No es realista pensar en nuevos trasvases.

En tercer lugar, las nuevas percepciones ciudadanas, con más sensibilidad ambiental, no permiten pensar que pueda ser viable a nivel social. Ni los territorios ni las poblaciones lo iban a aceptar. Es un brindis al sol sin ningún recorrido.

¿Por qué plantear estas opciones y descartar las desaladoras u otra tecnología?

Tenemos que darnos cuenta de que la mejor manera de afrontar el cambio climático y conservar nuestros ecosistemas es hacer una revolución en la manera de usar el agua. Apostar por una gestión de la demanda que reduzca el consumo actual tanto a nivel agrario, como humano e industrial.

En España un 70% del consumo del agua se destina al regadío y a medio plazo tendrá problemas. Tenemos que replantear la sostenibilidad de nuestros sistemas productivos y apostar por otros con menos consumo de agua que generen más valor añadido. Por ejemplo, apostando por productos de calidad. Eso es aplicable a la agricultura: productos con más calidad y precio. Hay que ser más creativos e innovadores y pasar de un modelo de cantidad a calidad.

No es solo cuestión ambiental o de agua, es que no podemos seguir compitiendo con otros países bajando precios. Siempre habrá otros lugares donde se produzca más barato.

Y sin embargo el consejero de Agricultura vincula el desarrollo de Castilla-La Mancha a tener más agua. Asegura que en Albacete se puede hacer lo mismo que en Murcia: más cultivos de regadío. ASAJA además pide poder duplicar la superficie de regadíos en 20 años

Eso es un enorme error. Es no darse cuenta de la situación que estamos viviendo. Son declaraciones que apuestan por la demagogia y por no explicar los verdaderos problemas que tenemos para lograr un futuro sostenible. Se busca el aplauso fácil y es una enorme irresponsabilidad.

¿Hay realmente negocio con el agua en España?

Sí, hay mercados claramente ilegales del agua y en la cuenca del río Segura los hay. Probablemente también en otros lugares. En lo que tenemos que avanzar es en una clara gestión del agua. Que los usos sociales y de interés general, de conservación de los ecosistemas y de garantía del derecho humano al agua estén por encima de esos negocios o de esos usos económicos del agua aunque puedan ser legítimos.

¿La presión social puede solucionar la ‘guerra del agua’ tanto en lo político como en lo económico?

Sí, estoy convencida. Al final si nos tenemos que plantear el camino de las soluciones somos los ciudadanos quienes desde abajo podemos construir los acuerdos que desde arriba no saben o no quieren conseguir.

¿Qué le parece la propuesta del PP murciano para que el Gobierno central cree un Banco Público de agua?

De entrada, dudo que el objetivo sea el de mejorar la gestión del agua en casos de sequía, por ejemplo. No sabemos si está vinculado a un Pacto Nacional del Agua que lo que quiere es fomentar trasvases o crear un sistema de intercambio de agua privatizado. A la espera de tener más información no disponemos de elementos que nos permitan mirar con buenos ojos esa propuesta.

El Gobierno socialista de Castilla-La Mancha pide una lámina estable de agua en la cabecera de 900 hm3 ¿eso solucionaría el problema?

Son los estudios hidroecológicos independientes los que determinan qué cantidad de agua se necesita y de qué forma para mantener los regímenes de caudales ecológicos en el Tajo. No me atrevo a decir si es más o menos, si tiene que estar en el embalse o si tiene que estar circulando por el río. En todo caso, ningún valor es una solución si no hay un cambio en la manera de usar el agua. Si mantenemos la ambición de un crecimiento continuado de nuevos regadíos, da igual que pongamos 900 o 9.000, necesitamos darnos cuenta de que tenemos que crear otras formas de proporcionar un futuro al territorio que no pasan por nuevos regadíos.

Castilla-La Mancha se queja de su falta de representación en los órganos de dirección de las confederaciones hidrográficas ¿Tienen motivos para quejarse? ¿Deberían incorporarse otros agentes a los órganos que toman las decisiones?

Sí, hay que reformar los consejos del agua y otros órganos de las confederaciones hidrográficas para que se abran no solo a los gobiernos de las comunidades autónomas sino a todas las partes interesadas que no son solo quienes consumen el agua. Colectivos ciudadanos u organizaciones vecinales, entidades que usan el agua de forma recreativa pero no la consumen…Todos están excluidos y deben formar parte de estos órganos.

¿Es usted optimista con el hecho de que se pueda reconducir el problema que subyace y que no es otro que la escasez de agua?

Junto a la escasez está la necesidad de cambiar el modelo. Es la clave. Mientras no lo repensemos, nunca tendremos agua suficiente. Soy optimista en la medida en que creo que somos los ciudadanos los que tenemos que impulsar ese cambio. Y que los gobernantes cumplan con las demandas de los ciudadanos.

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