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'Nada será igual', la película que busca acabar con el acoso escolar

Nada será igual

Borja Ramírez

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Esta pasada semana era detenido en Madrid un joven de 16 años por acosar a un compañero de clase que se quitó la vida esa misma semana. Las causas del suicidio todavía no están claras y la víctima ya se había intentado quitar la vida en 2016. El centro escolar al que acudían no tenía abierto ningún protocolo sobre un posible caso de acoso.

Según los últimos datos oficiales, millones de estudiantes de primaria y secundaria sufren este problema en España, con un 90% de las víctimas sufriendo trastorno psicológico. Durante el pasado año se atendieron más de 25.000 llamadas de ayuda en nuestro país. Eso explica quizá el lleno absoluto del pre-estreno el pasado martes del final de la película Nada será igual, del actor Víctor Antolí, el cual congregó a más de 900 jóvenes.

La película pone el punto de mira en combatir el acoso escolar en todas sus formas, y más especialmente el ciberacoso, el cual toma como hilo conductor de toda la trama. Nada será igual trata una gran variedad de temas que afectan a los jóvenes como la violencia de género, el consumo de drogas, los trastornos alimenticios, las relaciones tóxicas y el abuso fuera y dentro del instituto. Realidades que muchos jóvenes viven en su día a día.

Charlamos con el director de Nada será igual, para que nos cuente cuales son las claves de la lucha contra el acoso escolar.

Los temas que se tratan en la película son de gran actualidad pero muchos padres lo ignoran y a menudo no tienen tiempo para dedicar a prevenir este tipo de cosas. Las redes sociales tienden a ampliar la problemática del acoso escolar, ya que la exposición es continua y los riesgos se magnifican. ¿Es bueno que los padres expongan a sus hijos a internet desde tan temprano?

Lo que nos dicen los psicólogos respecto a las redes con los padres es que deben de tener cuidado, pero sin prohibírselo taxativamente para no generar el efecto contrario. Hay que tener en cuenta que la adolescencia es un periodo de cambio en el que están construyendo su personalidad y buscando referentes, hay que advertirles del tipo de cosas que pueden pasar. En la película nosotros reflejamos situaciones reales para que se den cuenta de la realidad y de que, si pasa, sepan cómo reaccionar.

En ocasiones los padres, bienintencionadamente, queriendo tener más controlados a los hijos, les dan un móvil. ¿Pueden estar exponiéndolos a más peligros?

Las redes sociales suponen muchos peligros y tienen muy mala prensa, pero también pueden usarse para ayudar. Nosotros lanzamos una campaña para que, cuando alguien detecte cualquier tipo de acoso y no sepa o no pueda intervenir de forma directa, envíe un punto ortográfico a través de cualquier red social a la persona que está siendo víctima de dicho acoso. Cuando la víctima recibe este punto, se da cuenta de que no está solo o sola, que la gente es consciente de que lo está pasando mal y tiene el apoyo de la persona que lo envía. En algunas ocasiones, la persona que ejerce el acoso tiene también autoridad sobre el grupo, de forma que el resto, aunque no quiera participar, no quiere llevar la contraria al líder. Esto es lo que la campaña evita, da la capacidad de contar lo que pasa. Es muy importante que sepan que no están solos, según algunos estudios hay en la actualidad más suicidios entre niños que entre adolescentes. Es muy heavy. Para mí esta película es una oportunidad para visibilizar muchos de los temas –como el abuso de poder, la baja autoestima, la bulimia…- que ellos viven a diario y mostrarles que hay otro camino.

Son temas muy complejos que se maximizan con internet.

Exacto. A la protagonista de la película le mandan por Whatsapp un video ridiculizándola que acaba virilizándose. Eso es lo que, en la primera parte de la película, lleva a la protagonista a intentar suicidarse. En esta segunda parte la trama se amplía y muestra otras causas del acoso escolar. Ahora con las redes sociales todo se enfatiza. Hablamos también sobre sexualidad y transmitimos muchos valores para que los jóvenes empaticen y dejen de pensar que están solos. Hay que hacerles llegar que hay mucha gente dispuesta a ayudarles.

¿Qué tipo de efectos psicológicos puede tener a largo plazo en las víctimas el acoso?

A través del trabajo del Colegio de Psicólogos sabemos que las víctimas desarrollan todo tipo de problemas psicológicos a largo plazo, desde ansiedad, depresiones, intentos de suicidio… El acoso va destruyendo a la persona por dentro poco a poco. La autoestima se destruye, tu autoconcepto como persona se destruye, tu mente te hace creer cosas que no son reales… En la película también animamos a la gente a ir al psicólogo. Hay que desmitificar ese tópico de que la gente que busca ayuda psicológica está loca.

Algunos de los casos más graves de acoso que conocemos llegan a ser sexual incluso. De nuevo las redes sociales facilitan que eso pase. ¿Cómo se evita que esto pase?

Tiene que haber mucho seguimiento en los colegios, en cuanto a darle la importancia que merece. Hablar es muy importante. Hay que educar a los jóvenes desde los padres y las AMPAS mucho apoyo, más que control. Deben saber que tienen que tener cuidado con enviar fotos y las consecuencias que puede tener. La Policía Nacional, que colabora con nosotros en las charlas, muchas veces les informa de que reenviar fotos de otras personas es ilegal, de las penas legales que estos comportamientos acarrean, etc. En general hay mucho desconocimiento.

¿Qué consecuencias generacionales puede tener para los jóvenes haberse desarrollado con esta exposición?

Esa exposición continua de los jóvenes, muchas veces sin ser conscientes de ellos, está muy generalizada. A todos, en mayor o menor medida, les ha pasado algo así. Por eso creo que es muy importante combatirlo con la educación. Desde los centros escolares hay que apoyarles y, sobre todo, escucharles. Muchas veces es lo primero que manifiestan, que no les escuchan, que se sienten solos… Hay que educar en valores o buscar culpables, al final la culpa no existe. Si educamos a los chavales desde pequeño para que tengan autoestima y respeto, la cosa cambiaría muchísimo. Tenemos que aprender a forjar la personalidad desde pequeños y conseguir que esto cada vez vaya a menos.

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