Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
Israel se prepara para una ofensiva en Rafah mientras el mundo mira a Irán
EH Bildu, una coalición que crece más allá de Sortu y del pasado de ETA
Opinión - Pedir perdón y que resulte sincero. Por Esther Palomera
Sobre este blog

Secció de cultura de l'edició valenciana d'elDiario.es.

Carles X. Senso, autor de ‘Fascismo mainstream’: “La historia debe servir como advertencia”

El historiador y periodista acaba de publicar 'Fascismo mainstream. Periodismo, conspiraciones, algoritmos y bots al servicio de la extrema derecha'.

Laura Julián

València —

0

Santiago Abascal, Donald Trump o Matteo Salvini son mainstream. Sus redes sociales así lo confirman. Juntos acumulan miles y miles de followers. Sus opiniones (y delirios) se comparten al instante por seguidores desde la otra punta del globo. Son populares. Son tendencia mundial. Son peligrosos. “La historia debe servir como advertencia”, señala el investigador valenciano Carles X. Senso Vila. Acaba de publicar el libro Fascismo mainstream. Periodismo, conspiraciones, algoritmos y bots al servicio de la extrema derecha, un viaje entre el pasado y el presente que principalmente quiere decirnos “esto ya ha pasado”.

Doctor en Historia y licenciado en Periodismo en la Universidad de València, Senso Vila plantea un escenario en el que una “tormenta perfecta” se está conjugando para polarizar y radicalizar las opiniones de la sociedad actual. El mismo algoritmo que Youtube utiliza para recomendarte una canción desconocida para ti (y que resulta que se convierte en tu favorita), es también el culpable de que en tu móvil aparezca una publicidad de Vox después de ‘darle un like’ o ver un vídeo de Pablo Casado. “Cuanto más polarizada está una sociedad, más interacción y debate se crea en redes sociales y, por tanto, más beneficios económicos generan”, apunta en esta entrevista.

¿Qué es el fascismo mainstream?

Siempre hay debate en el mundo científico sobre si se puede o no hablar de fascismo en la actualidad. Es decir, si la extrema derecha actual es o no comparable con el fascismo primigenio. En el libro he querido marcar una proximidad, una similitud, porque considero que la historia debe servirnos como advertencia. Tenemos que estudiar la historia pensando que siempre se pueden repetir los totalitarismos del pasado. El fascismo mainstream es una tendencia mundial mediante la que la extrema derecha se ha apropiado o ha hecho uso de nuevas tecnologías digitales para normalizar su mensaje y expandirse como nunca lo había hecho desde los años 30. Los representantes de la extrema derecha actual son Trump, Bolsonaro, Salvini o Abascal, y tienen millones de seguidores. Son tendencia, son mainstream.

Periodismo, conspiraciones, algoritmos y bots, son las palabras del subtítulo de tu reciente investigación. ¿Qué relación tienen estos términos con la extrema derecha y los radicalismos?

Hay una tormenta perfecta que se ha unido para que la extrema derecha pueda dominar el debate político introduciendo temas que realmente no son preocupantes como las migraciones o los derechos de las personas homosexuales. Han conseguido polarizar a la sociedad gracias a estos cuatro conceptos que el libro desarrolla. Por ejemplo, la crisis del periodismo ha hecho que las redacciones se vacíen, que las condiciones sean deficitarias, que el periodismo se realice muchas veces a través de Twitter y ya no sirve para confrontar ideas, sino para ser un altavoz de la extrema derecha. Las plataformas tecnológicas, por su parte, están totalmente obsesionadas con el engagement, con la interacción. Lo que más interacción crea en las redes sociales es la polarización, y cuanta más polarización social, más debate se crea y, por tanto, más beneficio genera. O también está más que demostrado en estudios de investigación que cuando ves un vídeo rápidamente el algoritmo te ofrece y te lleva a otro más extremista. Es lo que se conoce como cámaras de eco.

¿Qué significa realmente darle a “me gusta” en Facebook?

Vender tus datos a cambio de nada. Las plataformas tienen un auténtico privilegio de contar con información de todo el mundo. Lo han conseguido gracias a nuestra vanidad y a nuestro intento de ser alguien (o pensarnos que somos alguien) cuando tenemos más y más me gustas. Las plataformas tienen el poder, porque el poder es información y nosotros regalamos esa información.

Parece que esa deriva o esa manipulación únicamente afecte a las personas de extrema derecha, pero realmente ninguna ideología se libra de esta polarización.

Los grandes creadores de las tecnologías como Mark Zuckerberg (Facebook) tienen su ideología. Pero, como digo en el libro, les importa un pimiento. Ellos quieren beneficios. Da igual que extremen hacia la derecha o la izquierda. Evidentemente esa polarización se produce en toda la sociedad. Pero la extrema derecha también necesita las fake news, se alimenta de esta crisis de la verdad y de la complicidad del periodismo, o de programas como los de Susanna Griso o Ana Rosa, que cuando Vox no era nada ya les ofrecían minutos de televisión para opinar. No se ha evaluado la peligrosidad que tiene que la extrema derecha forme parte de nuestra sociedad.

Parece que siempre estamos hablando de ellos, analizándolos y teniendo claras sus estrategias, pero seguimos cometiendo errores. ¿Hay en el libro alguna herramienta o guía para combatir todo ese discurso del odio?

Hay una total analfabetización de la sociedad y tenemos que caminar hacia la alfabetización, sobre todo en las nuevas generaciones. Formación se está haciendo, pero no la suficiente. La gente debe saber qué supone darle a me gusta en las redes, pero también qué puede significar votar a Vox. Por tanto, formación, y repensar el periodismo, situarlo de nuevo como un contrapoder. También es clave impartir una nueva forma de estudiar la estudiar la historia, no como un pasado estático, sino en movimiento. Solo así entenderemos que aquello que hizo posible el nazismo y los campos de extermino es también parte del poso que tenemos en la actualidad cuando, por ejemplo, deshumanizamos las cifras de los ahogados en el Mediterráneo. Ese poso, esas características, están vivas y es necesaria la coordinación de todas las formas democráticas, de los movimientos sociales y de la justicia.

¿Dirías que los ataques de los últimos años en el 9 d’Octubre en València o actos como poner banderas españolas en la playa de la Patacona son también parte de ese poso que mencionas?

Sí, pero ¿qué diferencia hubo hace tres años cuando los yomus pegaron a chavales? La única diferencia fue que había cámaras de La Sexta porque la gente que hemos ido a manifestaciones progresistas e identitarias sabemos que han estado siempre. El poso de la extrema derecha está presente desde el franquismo en nuestra sociedad. Ahora está más envalentonada porque su discurso político está legitimado. No tienen miedo de salir a la calle y contar con milicias violentas que hace que sea más difícil confrontarlos. Es lo que dijo Donald Trump en el debate con Joe Biden: “¿Estáis preparados?”. Pues sí, están preparados.

Sobre este blog

Secció de cultura de l'edició valenciana d'elDiario.es.

Etiquetas
stats