La Colección Lladró abre al público en el Palau de les Comunicacions: “Lo nuevo es todo y que ya es de todos”

La exposición 'De la Foscor a la Llum: Cinc Segles d'Art', que exhibe las 73 piezas de la Colección Lladró adquiridas por la Generalitat -y que incluye piezas de creadores como Joaquín Sorolla, Joan de Joanes o Zurbarán- se abre al público este sábado en el Palau de Comunicacions de València con el propósito de “impresionar” al público con obras que han estado “más de cinco años encerradas en un almacén y sin ser tocadas por un haz de luz”.

“Lo nuevo es todo, pero sobre todo que es de todos ya”, ha destacado este viernes el director del Museo de Bellas Artes de València, Pablo González Tornel, tras participar en el acto de constitución de la Comisión Conmemorativa del Año Joaquín Sorolla, que ha estado presidido por el 'president' de la Generalitat, Ximo Puig.

Este órgano coordinará el programa conmemorativo del Año Sorolla. Seguidamente, Puig ha asistido a la inauguración institucional de la exposición 'De la Foscor a la Llum: Cinc Segles d'Art', que se abre al público este sábado, 25 de febrero, en el Palau de les Comunicacions, y podrá visitarse de forma gratuita hasta el próximo 11 de junio.

El director del Bellas Artes, que también es el Comisionado del Año Sorolla, ha puesto en valor que la exposición es “enormemente rica”, además de tener una amplitud cronológica “muy grande”, desde el año 1390 con la primera pieza medieval, hasta pasados los años 50 del pasado siglo con Juan Bautista Porcar.

“Son cinco siglos de arte y el planteamiento de un contenido tan amplio solo podía ser cronológico”, ha explicado, al tiempo que ha indicado que la muestra está organizada en cuatro secciones: del Gótico al Renacimiento, el esplendor del Barroco, la pintura de los siglos XIX y XX y la figura de Sorolla. “Hemos querido, ya que la exposición se integra dentro del Año Sorolla, que empiece y acabe con él”, ha subrayado.

Las primeras obras que encontrará el visitante serán los dos lienzos de mayores dimensiones que posee la colección, 'Labradora valenciana', una obra maestra de Sorolla, y 'Yo soy el pan de la vida'. Sobre la primera de ellas, ha resaltado: “Es un icono que cualquier museo del mundo querría tener, es la característica pieza que el visitante recuerda para siempre. Hay imágenes que son historias, pero hay otras que son iconos y para que nos lleguen al corazón, para que se marquen en nuestra memoria, hace falta un icono, y este lo es, así que vamos a sacarle todo el partido”.

González Tornel ha invitado al público a visitar la muestra tanto en solitario, gracias a paneles de mediación y códigos QR, como con las diferentes visitas guiadas programadas, de una forma o de otra, para disfrutar de una exposición “muy intuitiva” que permite que un visitante “casual” pueda “recorrerla, entenderla y poder detenerse delante de cada una de las obras”.

La novedad es “todo”

El director del Museo de Bellas Artes ha remarcado que la novedad de la muestra “es todo, pero, sobre todo, que es de todos ya, teniendo en cuenta que la colección viene de estar más de cinco años encerrada en un almacén en Alcalá de Henares dentro de una caja y que hay cuadros que llevaban años sin ser tocados por un haz de luz”. Así, ha destacado que “por primera vez” los valencianos pueden disfrutar de la colección “con el conocimiento de que no se va a perder y que no se va a disgregar”, ahora que han sido adquiridas por la Generalitat.

“Muchas colecciones, cuando la dinastía que las poseía dejaba de estar interesada o abandonaba su actividad, se vendían y disgregaban, y acababan en manos de una persona distinta, y esto es perder parte de la historia de la tierra”, ha advertido. Y ha añadido: “Haber permitido que esto se disgregara hubiera sido como permitir que el edificio del Palau de les Comunicacions cayera en manos privadas, una pérdida de patrimonio público para los valencianos”.

“Para nosotros, ha sido un regalo, nos permite convertirnos en una de las colecciones más importantes de Sorolla en el mundo”, ha reivindicado González Tornel, al tiempo que ha destacado el legado que supone este “gran formato” que hace del de Bellas Artes un “referente en la figura y los estudios” sobre el pintor valenciano.

En este punto, y tras ser preguntado por dónde se integrarán las piezas en el Museo de Bellas Artes al finalizar la exposición, ha subrayado que la muestra “también ha supuesto un acicate para pensar en nueva sala para Sorolla” en el Bellas Artes. “Obviamente, porque este pequeño lienzo de 25 metros cuadrados de pintura te hace repensarlo todo”, ha expuesto.

Así, ha indicado que desde el centro pensarán un espacio “adecuado” para la ubicación de todas estas piezas, aunque ha admitido que “nunca va a ser como el Palau de les Comunicacions”. “Pero hemos buscado un lugar con espacio en vertical que permita disfrutar de obra, y luego se llenarán otros algunos vacíos y se rellenarán otros elementos”.

Además, ha puesto en valor que la incorporación de estas obras al Bellas Artes ayudará a generar “un discurso más completo en cronología e impacto visual”, puesto que el centro “no tenía nada de este tipo”. “Y no nos engañemos: contar con el 'Yo soy el pan de la vida' en la sala de un museo es un espectáculo asegurado, y ese es parte de nuestro cometido, el llamar a visitantes para que crucen el río y que vengan a ver algo insólito e inaudito”, ha agregado.

“Acercar la luz más universal”

Por su parte, el president de la Generalitat, Ximo Puig, ha afirmado que el Año Sorolla permitirá “acercar la luz del pintor valenciano más universal a toda la sociedad” y ha subrayado que la muestra, que exhibe la colección Lladró adquirida por la Generalitat, constituye un “gran hito cultural”, ya que sus 73 obras conforman “un fresco excepcional del arte clásico español”, con lienzos de Joaquín Sorolla, Juan de Juanes, José de Ribera, Zurbarán o Benlliure, entre otros.

“Desde hoy, aquí contemplaremos siete obras de nuestro pintor más universal, un privilegio para los sentidos, cultura en estado puro”, ha destacado. “En 1922 abría este Palacio de las Comunicaciones, al año siguiente, en 1923, se apagaba el maestro de la luz, Joaquín Sorolla, y, con él, se iba apagando la València que consagró a Benlliure, la València literaria de Blasco Ibáñez y la València de Penella y Concha Piquer, ya camino de Nueva York” para dar paso a la “València racionalista de Göerlich, la que cambiaba 'barcas' por 'bancos', la que entraba en la modernidad”, ha enumerado.

“De ese instante de unión entre dos Valencias, una que acababa y otra que nacía, se cumple ahora un siglo, y no había mejor lugar, mejor momento ni mejor manera de recordarlo”, ha indicado Puig, para añadir que esta exposición “singular, en este espacio emblemático, condensa ese tiempo”.

El 'president' ha aprovechado la conmemoración del centenario de la muerte de Sorolla para poner en valor el “gran ejercicio de colaboración que une a todas las administraciones valencianas, las universidades y el Ministerio de Cultura”, al que se han sumado entidades privadas como la colección Masaveu.

Más allá de la ciudad de València

Al respecto, ha avanzado tres próximas citas culturales relacionadas con la programación: desde el 30 de marzo, el Museo de Bellas Artes de València acogerá la exposición 'Sorolla Orígenes'; desde el 29 de junio, exhibirá la Colección Masaveu, y, desde el 26 de octubre, en el mismo espacio expondrá 'La Huella de Roma'. Y ha avanzado que el Año Sorolla, “como su pintura, llegará más allá de la ciudad”, puesto que la programación “viajará a Alicante, Xàbia, Castelló, y otras autonomías”.

Por su lado, el alcalde de València, Joan Ribó, quien junto con la vicealcaldesa, Sandra Gómez, y las concejalas de Patrimonio y Recursos Culturales, Glòria Tello, y Acción Cultural, Maite Ibáñez, ha asistido a la inauguración, ha valorado la muestra y la obra del gran pintor de la ciudad de València que “refleja muy bien la luz de Sorolla”.