La 24ª edición del FIB frena la avalancha británica

A los 24 se termina ahora la adolescencia, dicen los expertos. El FIB empieza su edición 24 y ya ha apartado la crisis que sufrió al inicio de década, cuando perdía espectadores año tras año y su productora enfrentaba una concurso de acreedores.

Inaugura el festival este jueves el popular rapero Travis Scott, como cara visible de una edición que se abre a nuevos estilos como el hip hop o el trap.  Sin abandonar el indie pop que le ha forjado el carácter, la programación combina en primer plano el trap de Carlos Tangana, que triunfa entre los millenials españoles, con la maquinaria aceitada de unos puretas como The Petshop Boys con 30 años generando conciertos espectaculares.

The Killers y el ex cantante de Oasis, Liam Gallagher, acaban de encabezar un cartel de 150 nombres que tocarán entre el jueves 19 y el domingo 22, con la voluntad de llegar a un público intergeneracional que rompa el cliché del fiber británico y post-adolescente.

A falta de contabilizar la asistencia definitiva, desde la organización aseguran que este año la participación está equilibrada entre público nacional y extranjero casi al 50%, aunque entre los foráneos el 80% son irlandeses o británicos. 

Desde el archipiélago anglosajón vienen una gran cantidad de bandas que, si bien no son tan conocidos aquí, han puesto patas arriba la música underground, como Sleafor Mods, un dúo de hip hop punk que despotrica poéticamente sobre ritmos minimalistas y tensas líneas de bajo (viernes 20), o The Horrors, una voz propia en el post punk británico que combina elementos bailables de los 90 y tocará el sábado 21.

Para movilizar al público nacional habrá artistas tan diversos como Izal, Dorian o Carlos Tangana, Tulsa, Los Punsetes o Carolina Durante. Estos últimos gracias al acuerdo con grandes clubes como Razzmatazz (Barcelona) y Ochoymedio (Madrid).

Este FIB tiene también una apuesta clara por los grupos valencianos, apostando por la pluralidad de estilos y lenguas. Desde el delicado dream pop en valenciano de Júlia, al indie rock en inglés de Nadia Sheik, Junior Mackenzie o Polock, o el post punk en castellano de La Plata.

El año pasado el FIB congregó a 177.000 personas e inició “una nueva era dorada” en palabras de su director Melvin Benn. La concejala de Turismo de Benicàssim, Elena Llobell, asegura que en estos días la ciudad aumenta exponencialmente su población y tiene una ocupación del 120%, ya que el mismo FIB habilita una zona de acampada para 20.000 personas y se disparan los alquileres de viviendas. Dos días antes del primer concierto ya había 4.800 asistentes acampados en el recinto de cámping.

El jueves es la jornada con menos asistencia pero los organizadores esperan abrir con un público que se acerque a las 40.000 personas. En 2017 alcanzaron los 50.000 asistentes la noche del sábado con el concierto de Red Hot Chili Pepers.

Para el Ayuntamiento es una alegría que el FIB vuelva a congregar a tanta gente. “El FIB repercute muchísimo económicamente y sobre todo a nivel de proyección de la ciudad, nos da una cobertura mediática que no conseguiríamos de otra manera siendo un municipio de 19.000 habitantes”, señala Llobell.

En estos días el municipio se reinventa. Se habilitan accesos específicos, se refuerza la limpieza,  la recogida de basura, la vigilancia policial y la cobertura en las playas para reducir el impacto de los fibers en el turismo residencial. “Lo ideal seria desestacionalizar los festivales para asegurar la continuidad del turismo, lo intentamos hacer con los festivales municipales pero la fórmula del FIB pasa por hacerse en época de vacaciones”, apunta Llobell. Los empresarios también se adaptan a los horarios y gustos de los fibers. El año pasado la alcaldesa de Benicàssim, Susana Marqués, cifró en 30 millones de euros la derrama económica del festival.

Una de las novedades de este año es que la policía municipal ha puesto  en marcha un equipo especializado en atención a la violencia sexual. El consistorio y la Cruz Roja han formado un grupo de voluntarios que trabajaran dentro del festival concienciando a los más jóvenes sobre los efectos del abuso de drogas y alcohol.