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La Fiscalía de València lleva al juzgado los presuntos maltratos en la residencia de Domus Vi en Llíria al detectar indicios de delito

Varios trabajadores conversan con un interno de la residencia Domus VI de Lliria (Valencia). EFE/ Biel Aliño

Miguel Giménez

València —

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La Fiscalía Provincial de Valencia ha remitido al juzgado denuncia por los supuestos maltratos a mayores en la residencia de Domus Vi en Llíria hechos públicos a través de unos vídeos en los que se puede ver a residentes de avanzada edad “en situaciones de abandono y desprotección”.

Después de las actuaciones llevadas a cabo por el Ministerio Público, “se infiere que existen indicios de que el trato dispensado a los residentes por la directora de la residencia, en su posición de garante y por los encargados del cuidado, vigilancia y atención de los mismos, socavó gravemente su dignidad e integridad moral, hecho que todavía se hizo más patente y lacerante en el caso de los residentes que eran más vulnerables por su avanzada edad, por sus graves enfermedades psíquicas y físicas y, en suma, por su alto grado de dependencia al ser quienes requerían de la máxima protección”.

Por ello, acuerda remitir a los juzgados de Llíria que los hechos investigados pueden ser “constitutivos de varios delitos contra la integridad moral del artículo 173.1 del Código Penal”.

En las imágenes grabadas por una extrabajadora del centro se podía observar “a tres residentes de avanzada edad comiendo solas en sus sillas de ruedas, haciéndolo con muchísima dificultad al no contar con ayuda de terceras personas, no obstante su reducida movilidad y autonomía personal; a una residente que está sentada, inmovilizada en un sillón con cinturón de sujeción y semidesnuda, llevando sólo el pañal; a un residente, quien, al intentar levantarse del sillón, se cae, se golpea la cabeza contra el suelo; quedando boca abajo, sin moverse y, sin recibir ayuda; a un varón que está tumbado en una cama sin sábanas y con lesiones en las piernas; a un residente que tiene lesiones en un brazo y que está sentado en un sillón con cinturón de sujeción; a varios residentes con heridas en la cara y en los brazos, así como a otras personas que están inmovilizadas en sus sillas mediante cinturones de sujeción”, tal y como relata el escrito de la Fiscalía.

La exempleada declaró posteriormente ante la Guardia Civil que a diario “veía como muchos residentes se quedaban dormidos y se derramaban la comida encima; que a los residentes que no comían rápido les quitaban el plato y los dejaban sin comer y que se olvidaban de dar de comer a algunos de ellos; que había residentes que permanecían durante horas sujetos a sus sillas y en la misma postura; que los auxiliares de enfermería repartían la medicación a cada residente y no se esperaban a que se la tomasen de modo que luego ella se encontraba muchas pastillas en el suelo; que era habitual que los residentes llevaran ropa de otras personas, de otras tallas y con manchas de lejía; que había muy poco personal; que las puertas de los armarios estaban dañadas; que los inodoros estaban en mal estado, sucios y no desaguaban correctamente y que las duchas no funcionaban adecuadamente”.

La Conselleria de Igualdad ya había detectado diversas regularidades en el centro gestionado por Domus Vi en Llíria después de una serie de denuncias de los familiares de los residentes y, tras realizar de oficio diferentes inspecciones a la residencia, incoó un expediente sancionador e impuso una sanción de 174.000 euros.

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