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“Nos parecía poco predecible que un gobierno progresista como este asumiera el urbanismo del PP y continúe sin hacer cambios”

Maria Oliver, en la sede de eldiario.es en la Comunitat Valenciana.

Sergi Pitarch

Valencia —

València en Comú ha sido, sobre todo en la segunda parte de la la legislatura, la voz discordante en el Govern de la Nau en los grandes proyectos urbanísticos que afronta la ciudad. Dejando de lado las fricciones entre Compromís y PSPV en materia de movilidad, ha sido el desarrollo de València el que más ha dividido a los tres socios y ahí es la plataforma ciudadana liderada por Podemos la que más ha tensado la cuerda. 

-¿Qué perpectiva existe de que la ZAL del puerto en la Punta se acabe poniendo en marcha? 

-Creemos que aún estamos a tiempo de que el proyecto no se acabe desarrollando. No hemos estado en el diálogo con el puerto y cuando se presentó la alternativa de la vía verde por parte del ayuntamiento no nos gustó. Aún así, por lealtat lo estudiamos y no nos opusimos. Para decidir nuestra postura nos reunimos con el puerto y sacamos la conclusión que la prioridad de Aurelio Martínez -presidente de la Autoridad Portuaria- va más dirigida al acceso norte que a la ZAL. Nos dijeron que la ZAL no era vital y vimos que la ZAL se ha quedado pequeña, por lo que vimos que hay una posibilidad de revertirla. Todavía estamos a tiempo. Martínez nos dijo que tres cuartas partes del suelo se fueron a expropiaciones, por lo que el problema solo lo tendríamos en la parte de la construcción. Por eso nos incomoda mucho que no se luche por revertirlo.

-¿Les incomoda por el cambio de criterio de algunos partidos como Compromís?

-Revertirlo a los propietarios es una visión romántica y poco posible, pero entendemos que como zona verde de servicio público se podría recuperar. Tenemos que presentar un proyecto que ilusione a la ciudad y a nosotros la línea que plantea Salvem l'Horta de convertir la ZAL en un corredor verde de unión con el Saler nos gusta. 

-Pero ese cambio de prioridades en el puerto que liberaría la ZAL abre otro melón: el acceso norte al recinto portuario, que también ha suscitano mucha polémica sobre su coste e impacto ambiental. ¿Cuál es su posición?

-La misma. Queremos mantener la línea verde que conecte el Saler y l'Horta. Y la ciudad debe apostar por esos ecosistemas. Plantear el acceso norte es totalmente contrario a nuestro modelo de ciudad. Supondría desde la salida del by-pass en Puçol a Port Saplaya una grandísima entrada de camiones que no es el modelo hacia donde debería caminar un tráfico sostenible. Se ha planteado un túnel que no sabemos si tendría un retorno acorde a la inversión.

-Otra patata caliente con sus socios es la ampliación de la V-21 a su paso por Alboraia. El PSPV está a favor porque está licitada, Compromís ha planteado una alternativa y València en Comú se opone.

-Es lo mismo que antes. Hemos pecado de ingenuos al pensar que por ser un gobierno progresista y de izquierdas teníamos el mismo nivel de concreción en el modelo de ciudad que queríamos. Y la realidad nos ha hecho ver que no. De todas las entradas a València, la de la V-21 es la menos problemática puesto que los embotellamientos son muy puntuales y esa ampliación podría provocar nuevos colapsos. La postura de Compromís nos deja un poco preocupados porque defiende una postura en una carretera y la contraria en otra por una cuestión de pragmatismo porque las obras ya están licitadas. Pero claro, si cuando llegamos al poder no hacemos lo que la ciudadanía nos ha votado para hacer puede ser una decepción.

-Otro punto de fricción ha sido la concesión a Juan Roig del suelo para construir el pabellón Arena. València en Comú ha conseguido que dentro de 50 años la infraestructura revierta a la ciudad. ¿Ha sido difícil?

-Es otra vez lo mismo. Venimos de unas dinámicas entre empresarios y administraciones y ha llegado el momento de que pongamos a cada uno en su sitio. No se debe confundir que los gobiernos progresistas no debemos tratar con entes privados, porque es absolutamente irreal, pero nosotros estamos aquí para defender lo que es público. ¿Y si hay una alternativa y después de 50 años tenemos un edificio, aunque esté obsoleto, que vuelva a ser de la ciudad por qué vamos a beneficiar al sector privado? 

-¿Ha costado?

-Ha costado porque hay cierta confusión. No estamos aquí para decir que no, estamos para decir que sí pero trabajando para el bien de todos. En una cidad que ha decidido no crecer ese suelo vale mucho y dentro de 50 años puede ser fundamental. Y si en estos años no lo vamos a usar y dotamos a la ciudad de una instalación como el Arena pues mejor. Y si es pagando un canon, pues también. Ahora se deberá sacar a concurso porque estéticamente se debe tratar a Juan Roig como a cualquier aspirante a disfrutar de esos terrenos.

-Uno de los principales problemas de esta ciudad es ahora la subida de precios del alquiler y la expulsión de las clases populares y los jóvenes de los barrios del centro e históricos como Ciutat Vella, Russafa y más recientemente El Cabanyal. ¿Cuál puede ser la solución?

-Tenemos siempre el problema con las autoridades de la competencia, que defienden los derechos de los turistas. Nosotros debemos defender el derecho a la vivienda de manera prioritaria. La gente que habita las ciudades. 

-¿Cómo se puede cuidar a esos habitantes de la ciudad que han visto como se dispara el precio del alquiler?

-Hemos planteado una moratoria de apartamentos turísticos en los barrios problemáticos hasta que se ponga en marcha la ley. Ciutat Vella, Russafa y El Cabanyal han sufrido una subida fuera de lo habitual, por lo que habría que aplicar una moratoria y podemos esperar a hacer que se cumpla la ley y ha montar un cuerpo de inspectores. El PSPV estaría por esa moratoria, pero también hay que ganar el relato y no podemos perder en los tribunales. 

-El Cabanyal fue un símbolo del cambio. De un modelo urbanístico que no redundaba en la ciudadanía. Todo el mundo esperaba una transformación del barrio que no ha llegado. ¿Están ustedes satisfechos con lo que ha hecho el Govern de la Nau en El Cabanyal?

-Satisfechos no se puede estar. 

-Una asociación tan emblemática como Salvem El Cabanyal ha criticado al ayuntamiento por la falta de medidas y proyectos.

-Se tomó una decisión incial de todo el equipo de gobierno de pedir ayudas europeas que hicieran llegar al barrio el mayor número de euros posible. Estas ayudas tienen unos ritmos y unas complejidades administrativas que no se calcuraron bien. Y no se calcuraron bien por la necesidad del barrio, que cinco años de espera le parecen demasiado. La otra alternativa hubiera sido que el ayuntamiento fuera quien impulsara ese proyecto. Se decidió cofinanciar, pero es más lento. Pero el impacto será mucho más grande.

-¿València en comú reeditaría un Govern de la Nau?

-Sí. Pero se plantearían las negociaciones de otra manera. Deneríamos haber exigido eliminar el Plan Especial de la Marina, revertir la ZAL... Si hubiéramos sabido que íbamos a tener divergencias en puntos tan vitales lo hubiéramos puesto como condición para entrar en el equipo de gobierno. Máxime cuando PSPV y Compromís llevaban en sus programas derogar, por ejemplo, el Plan Especial de la Marina. Nos parecía poco predecible que un Gobierno progresista como este cogiera el urbanismo del PP y continúe sin hacer cambios. A mi me sorprende mucho. 

-¿Además del urbanismo o del Plan Especial de la Marina hay algún otro punto que PSPV y Compromís hayan incumplido según València en comú?

-El tratamiento del turismo nos ha costado que algunos compañeros de gobierno entiendan que el turismo está muy bien, València no puede tener turismofobia, pero hay que evitar que los barrios afectados se vacíen de vecinos. Hay otros temas de los que no se habla. El PAI del Grau está ahí y habrá que ver qué se pretende hacer. Hay que dar alternativas a los proyectos especulativos del PP.

-¿Se reeditará València en comú?

-València en comú suma más que resta, pero tendrá que ser València en Comú quien lo diga. Aunque Podemos ha dicho que quiere ir con su marca, un Podemos-Valencia en comú siempre sumará más, sobre todo en una ciudad como València.

-¿Habría que sumar también a Esquerra Unida?

-Entiendo que sí. Pueden ser proyectos políticos que se pueden encontrar y a nivel municipal somo muy compatibles y puede ayudar a conseguir dos o tres concejales más nos hacen falta.

-Con Compromís ni se habla de un acuerdo.

-Compromís no ha contestado y entiendo que no.

-¿Qué expectativas electorales tienen?

-Cinco concejales serían necesarios para lo que queremos ser y lo que queremos hacer. Hemos tenido buenos resultados en los temas que hemos peleado,pero para la diferencia política que tenemos, creo que somos pocos. Como proyecto político deberíamos ser más.

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