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Salvar el corazón de la ciudad: el caso de València

18 de diciembre de 2025 23:01 h

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Déficit de alquileres asequibles, pisos turísticos sin licencia y gentrificación

Tres mapas sobre el problema de la vivienda que atañen de lleno a la capital valenciana

La nueva empresa estatal de vivienda se llama Casa 47. Así lo anunció hace unos días la socialista Isabel Rodríguez, ministra de un departamento del Gobierno cuya parsimonia se acompasa mal con la urgencia que plantea el problema habitacional en las grandes ciudades. A esta nueva empresa está transfiriendo la Sareb, el conocido como “banco malo”, hasta 45.000 viviendas en 1.098 municipios de toda España que se destinarán a facilitar alquileres asequibles (aquellos que no deben superar el 30% de los ingresos familiares). Pero esa inyección de inmuebles al parque público de vivienda apenas se notará en Valencia. Si consultamos el mapa interactivo publicado por este diario, son solo 70 viviendas en esta ciudad. En Barcelona, por usar una comparación, son 783. Bien es verdad que hay otros pisos de la Sareb repartidos por los municipios de las respectivas áreas metropolitanas. 

Otro ministerio, el de Consumo, que dirige Pablo Bustinduy, con bastante más nervio, ha decidido imponer 64 millones de euros de multa a Airbnb por anunciar pisos turísticos sin licencia. Se trata de 65.000 viviendas ofertadas por la plataforma para alquiler vacacional sin disponer de licencia que, ¡oh casualidad!, se encuentran en algunas de las comunidades con zonas más tensionadas por la presión turística. Según el mapa publicado también por este diario, la palma se la lleva la Comunitat Valenciana, donde se ubica uno de cada tres anuncios de pisos turísticos sin licencia detectados, cerca de 22.000. No es la única plataforma de este tipo, pero Airbnb, que empezó en San Francisco en 2007 cuando unos amigos ofrecieron en su apartamento “airbed and breakfast”, colchones inflables y desayuno, a algunos asistentes a una conferencia, es la principal responsable de esa epidemia de apartamentos turísticos que colonizan los barrios de València y presionan los precios del alquiler hasta extremos de escándalo.

Un informe del Centro de Estudios Demográficos (CED) de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) ha analizado cómo afecta la gentrificación a las diez ciudades más pobladas de España y concluye que el futuro avanza hacia “ciudades cada vez más excluyentes que expulsan a las poblaciones más vulnerables de sus barrios”. Barcelona lidera el ránking, con los dos barrios más afectados por este fenómeno: la Barceloneta y el Born; seguida de Madrid, con el distrito de Universidad en el máximo nivel. En el mapa de la gentrificación en las 10 ciudades más pobladas, València presenta el corazón en un color de creciente alarma, con un alto índice en los barrios de El Carme, La Seu y El Pilar, en el distrito de Ciutat Vella, y en Extramurs. La gentrificación también es notable, aunque en menor medida, en L'Eixample (donde se incluye el barrio de Russafa) y Campanar. 

Por otra parte, la Comisión Europea ha presentado un Plan Asequible de Vivienda para cubrir la brecha de inversión de 150.000 millones y reducir el impacto del alquiler de temporada. La iniciativa, que propone agilizar la inversión para construir 650.000 viviendas por año y facilitar a los gobiernos y ayuntamientos que tomen medidas para limitar los alquileres de temporada en zonas con gran presión habitacional, ha recibido el aplauso del Ministerio de Vivienda español porque “se alinea” con su política debido a que “apuesta por construir más vivienda, incrementar la regulación y dar mayores ayudas”. Sin embargo, el PP considera que se trata de una “reprobación” de la Ley por el Derecho a la Vivienda aprobada en España en 2023, ya que opta por no intervenir en el mercado y no limitar los precios del alquiler.

A su vez, el exconseller del Gobierno del Pacte del Botànic Vicent Marzà, de Compromís, que se ha revelado en Bruselas como un activo parlamentario, ha criticado el plan europeo porque reconoce la especulación, pero evita obligaciones vinculantes. Dice Marzà que el hecho de que Bruselas admita que la especulación forma parte del problema es un paso importante, aunque insuficiente si no se traduce en medidas directas y eficaces para frenarla. Precisamente, la portavoz de Compromís en el Ayuntamiento de València, Papi Robles, alertaba en una entrevista realizada por Laura Martínez, de que “hay un recambio poblacional que va muy vinculado a la capacidad económica que tienen las personas que vienen aquí y estamos teniendo una pérdida de población histórica que es la que ha configurado esta ciudad”. Según Robles, “tenemos una ciudad en la que cada vez se vive peor y la alcaldesa solo se pasea”.

Rechazada la posibilidad que permite la ley, por ejemplo, de declarar zonas tensionadas y de limitar, como se ha hecho en Catalunya, el precio del alquiler, confiando únicamente en la construcción de vivienda nueva según funcione el mercado, es crucial preguntarse si está a la altura del desafío que supone la especulación que asola el corazón urbano y pone en jaque el alma de la ciudad la política que puede esperarse de un gobierno municipal de la derecha y la extrema derecha, del PP y Vox, presidido por una alcaldesa, María José Catalá, que se hace agasajar con el estreno de un pasodoble que lleva su nombre en un concierto en el Palau de la Música. “Lo más notable es que no haya tenido empacho en aceptar la pelotilla de sus correligionarios y elevarla a obra de programa del concierto de Navidad”, escribía Manuel Muñoz en 'El tilo', su blog de temática musical, para calificar el episodio como “un grosero caso de patrimonialización de lo público”. Pues eso.

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