Roncar: ¿peligroso para la salud?

Foto: Eric Skiff

Jordi Sabaté

Cristina, lectora y socia de eldiario.es, nos plantea la siguiente pregunta en un correo electrónico: “Estimados señores: he oído en alguna ocasión que roncar mientras dormimos se debe a una mala respiración, no sé si a nivel general o de forma parcial durante el sueño. Quisiera saber qué hay de cierto en ello, y si tiene solución, ya que es algo que nos afecta a todos en algún momento, sea bien porque lo realizamos directamente o bien porque somos receptores de la realización de dicho acto en personas cercanas a nosotros”.

Más que una patología en sí misma, el ronquido es un síntoma o una señal de que algo no va bien en nuestro organismo o en nuestro estilo de vida. Se calcula que el 40% de los hombres adultos roncan, un porcentaje que baja al 20% en las mujeres. Sin embargo, su prevalencia no lo hace más preocupante y se recomienda acudir a un médico cuando los ronquidos pasan de ocasionales, por ejemplo tras el consumo de alcohol, a permanentes, es decir todas las noches, pues se considera que es un problema evolutivo.

Causas de los ronquidos

No es del todo preciso, como dice Cristina, que el ronquido se deba a una mala respiración, aunque sí tiene que ver con una mala posición de las vías respiratorias o bien una obstrucción de las mismas por los tejidos blandos o por la propia morfología de la persona. El ronquido se produce cuando algo impide que el aire fluya libremente entre la boca y la nariz. El resultado siempre es el mismo: una vibración de los tejidos del paladar que afecta también a la cavidad nasal y que acústicamente produce el característico sonido.

Pero las causas, sin embargo, son muy amplias, yendo desde las simples y ocasionales, que tienen solución, a las más complejas que puedan requerir una eventual cirugía o intervención ortopédica, y finalmente las graves, que precisarán de aparatos concretos para corregir el fenómeno. En general, las causas más frecuentes son:

  • Una mala morfología de las vías respiratorias: puede deberse a que con la edad los órganos de la cavidad bucal crecen de forma no proporcionada. Por ejemplo, un estrechamiento de los cornetes nasales puede provocar una obstrucción nocturna que provoque el ronquido, pero también una lengua excesivamente grande o bien muy ancha, etc.
  • Una sinusitis crónica: algunas personas no son conscientes de que sus sinos nasales están parcialmente obstruidos, por sequedad, procesos inflamatorios, alergias, etc. El ronquido puede ser una señal reveladora, ya que el problema tiene solución.
  • Tabaquismo: el tabaquismo puede provocar inflamaciones a nivel de la zona traqueal y nasal por inflamación, que creen una resistencia precursora de la vibración del ronquido. Una importante proporción de los fumadores asiduos roncan y podrían dejar de hacerlo si abandoran el hábito.
  • Alcoholismo: el alcohol es un potente depresor que provoca una relajación de los músculos del cuello, provocando la obliteración parcial de la faringe, así como de la cavidad nasal. Es normal que tras una borrachera una persona ronque, así como en el caso de personas que beben licores fuertes antes de irse a dormir.
  • Pastillas para dormir: es posible que si tomamos dosis potentes de pastillas para dormir, suframos los mismos efectos que nos provocaría el alcohol. En el caso de combinar ambas sustancias, la probabilidad de roncar es mucho más alta.
  • Obesidad: la grasa abdominal en la posición del sueño, normalmente fetal, presiona hacia arriba llegando a obstruir parcialmente la tanto la faringe como la laringe y provocando el ronquido.
  • La costumbre de dormir boca arriba: efecto similar produce el dormir boca arriba, pues tendemos a mover la cabeza hacia el pecho, obstruyendo la faringe y la cavidad nasal. Algunos médicos recomiendan a los pacientes que roncan que se cosan una pelota de golf en la parte trasera del pijama para impedir que al voltearse queden boca arriba. La posición natural de dormir es la fetal.
  • La costumbre de respirar por la boca: algunas personas apenas respiran por la nariz, ya sea por ansiedad, sinusitis, alergias, etc. Este hábito se traspasa al sueño y produce ronquidos.
  • El estrés: es estrés se transmite al sueño, con frecuente agitación, movimientos que pueden resultar obstructivos y sobre todo hiperventilación por respiración bucal, como cuando estamos muy ansiosos, provocando los ronquidos.
  • La apnea del sueño: en las personas que sufren esta obstrucción momentánea de las vías respiratorias, se producen con frecuencia ronquidos como predecesores de la interrupción de la respiración. 

¿Qué consecuencias pueden tener?

Entre las consecuencias de los ronquidos habituales podría estar el mal de Alzheimer, pues se cree que existe una relación entre ambos problemas pero se desconoce de momento si los primeros son causa o síntoma del citado mal. Pero las causas más frecuentes se derivan del mal descanso y la mala ventilación relacionada con los ronquidos. Por ejemplo puede darse cansancio diurno, somnolencia y falta de atención, que puede ser peligrosa cuando se trabaja al volante, nerviosismo y ansiedad, dolor de cabeza, dificultad para hacer razonamientos lógicos o pérdida de memoria.

Por otro lado, los ronquidos también pueden afectar a la salud cardiovascular por falta de descanso, provocando hipertensión o alteraciones cardíacas. Y finalmente, para la pareja puede este problema puede ser una fuente de inestabilidad que termine con la relación si no se le pone remedio o como mínimo no se busca asesoramiento médico. 

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