¿Cuál es el sitio correcto para tomar la temperatura corporal?

Jordi Sabaté

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Jaume, lector y socio de eldiario.es, nos escribe la siguiente petición en un correo electrónico: “acabo de pasar la gripe de este año y ahora tengo a mi mujer encamada con la misma enfermedad. Tenemos un debate sobre cuál es la zona donde se capta la temperatura corporal de un modo más exacto, para saber realmente la fiebre que uno tiene. Yo digo que lo más exacto es por el recto y en mujeres la vagina, y ella opina que con tomarla en la axila ya hay suficiente. ¿Quién tiene razón?”.

La temperatura corporal se puede medir en distintas partes del cuerpo, como las que cita Jaume, y además también añadiríamos la boca. No obstante, no es exactamente la misma en cada zona, y además respecto a la normotemperatura, es decir la temperatura normal en una persona sana, cada persona tiende a mostrar distintos valores según la actividad, el día, su propio metabolismo, etc.

Es por ello que se establece una temperatura media estadística, basada en décadas con miles de mediciones, tal como te contamos en Cuál es la temperatura normal del cuerpo. En este sentido, si hasta hace unos años estaba establecida la normotemperatura media estándar en 37ºC, el patrón ha variado a la baja merced a diversos estudios. Uno de ellos es el que se publicó el Journal of American Medical Association, que determinó que el promedio normal para los adultos es de 36,7ºC y no de 37ºC.

Posteriormente la revisión Normal Body Temperature: A Systematic Review, que estudia los resultados de sucesivos trabajos sobre la temperatura corporal entre 1935 y 2017, concluyó que la temperatura corporal media general es de 36,5ºC y puede variar un grado abajo y un grado arriba. Por lo tanto, tomando como patrón esta temperatura, los expertos establecen un rango aproximado de un grado más para determinar cuándo tenemos fiebre y cuándo no. Es decir, que 37,6ºC ya sería tener una décima de fiebre.

El sitio adecuado para colocar el termómetro

Esto viene a cuento porque precisamente se estima que la temperatura puede variar hasta un grado dependiendo del punto donde coloquemos el termómetro, de modo que creamos que no tenemos fiebre cuando en realidad hemos cruzado el umbral. De todos modos la medición no es el único patrón, ya que debemos tener también en cuenta la sintomatología. Además la variación media no suele superar el medio grado.

  • Recto: es la zona donde tenemos una medición más exacta de la temperatura corporal, de modo que en uno o dos minutos podemos tener las medida exacta. Se utiliza sobre todo en bebés y niños pequeños. En adultos tiene el inconveniente de la comodidad y la higiene.
  • Vagina: da buenas medidas pero tiene el inconveniente de que puede presentar alteraciones por la ovulación, además de ser una zona muy incómoda. De todos modos se utiliza para medir la temperatura basal y calcular el periodo de fertilidad de cara a aumentar las probabilidades de fecundar el óvulo.
  • Ingles: En un caso similar se encuentra la ingle en el caso de los hombres, aunque los testículos también pueden alterar la medición, dado que suelen tener una temperatura menor a la corporal. Por ello hay que procurar que no entren en contacto con el termómetro.
  • Boca: es otra zona donde se obtienen medidas bastante precisas en corto espacio de tiempo, aunque de nuevo es incómodo y la saliva nos puede alterar un tanto la medición al no ser un buen transmisor del calor.
  • Axila: es la medición más cómoda y por tanto la más utilizada, a la par que la más inexacta; requiere un mayor tiempo para determinar la temperatura y puede ser entre medio y un grado más baja que en el recto.

Termómetros de infrarrojos

Una alternativa que elimina el debate sobre el punto idóneo de sondeo es el termómetro de infrarrojos, una aplicación para la salud de los termómetros industriales que se utilizan para medir temperaturas del interior de las máquinas o de materiales a altísimas temperaturas. Se basan en una sonda que capta la emisión de energía en forma de rayos infrarrojos de la materia, y la interpreta en forma de grados de temperatura.

Se utilizan mucho en bebés porque permite hace mediciones sin despertar al recién nacido, simplemente acercando el dispositivo a la frente o a la oreja, pero puede utilizarse en cualquier persona. Muchas veces se les llama erróneamente “termómetros láser” porque disparan un puntero láser de baja intensidad con el fin de que podamos apuntar mejor a la zona que queramos medir, tal como se hace con las miras telescópicas de los rifles de precisión.

Otros tipos de termómetros

Además de los termómetros de infrarrojos existen otros cuatro tipos de termómetros:

  1. Termómetros digitales: hacen una medición con una sonda de temperatura y muestran el resultado en una ventana LCD. Cuando la temperatura se vuelve estable emiten un pitido. Tienen la ventaja de que se pueden utilizar en niños sin riesgo a que se rompan. Tienen el inconveniente de que van a pilas y por tanto generan residuo electrónico.
  2. Termómetros de alcohol: son de vidrio y en su interior contienen alcohol de color azul o rojo. Hay que tener cuidado al usarlos con niños porque pueden romperse.
  3. Termómetros de galistan: también son de vidrio y utilizan una aleación de galio e indio -de ahí su nombre- para medir la temperatura. También hay que ir con cuidado con el vidrio.
  4. Termómetros de mercurio: están fuera del mercado por la alta toxicidad del mercurio, pero es probable que en algunos hogares sigan usándose. Si sospechamos que tenemos un termómetro de mercurio en casa, deberemos llevarlo a la farmacia más próxima para que lo recicle. El mercurio es tóxico incluso en contacto con la piel y es uno de los peores contaminantes para el medio ambiente.

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