El plato típico extremeño perfecto para combatir el calor con un nombre muy curioso

Algunos de los ingredientes para hacer el cojondongo

Aurora López

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En los meses más abrasadores del verano, cuando las temperaturas se disparan y el asfalto parece derretirse bajo los pies, la cocina española busca refugio en platos frescos, ligeros y de preparación sencilla. En Extremadura, la gastronomía ha dado lugar a una receta que, aunque poco conocida fuera de la región, se revela como una joya gastronómica estival llamada el cojondongo de gañán.

Esta ensalada rústica a base de pan, ajo, aceite, tomate y pimiento ha sido durante años el almuerzo refrescante de jornaleros y trabajadores del campo. Un plato humilde, sin artificios, pero repleto de sabor, historia y sentido práctico. Hoy, con la revalorización de la cocina tradicional y los productos de cercanía, el cojondongo se presenta como una opción saludable y sostenible para combatir el calor desde la mesa.

Esta ensalada del suroeste peninsular es, sin duda, uno de esos platos que merece ser conocido y valorado más allá de sus fronteras. No tiene la fama del gazpacho ni la sofisticación de otras recetas de verano, en cambio, le sobra autenticidad, historia y sabor.

Un nombre que despierta sonrisas

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El nombre puede provocar una sonrisa o una mueca de extrañeza a quien lo escucha por primera vez fuera de las fronteras extremeñas. 'Cojondongo' no es una palabra de uso común en el castellano estándar, pero su sonoridad rústica y expresiva ya anticipa su origen campesino.

La coletilla 'de gañán' es aún más elocuente. Los gañanes eran los jornaleros que trabajaban en el campo, pasaban largas jornadas bajo el sol, y necesitaban platos contundentes y sencillos para recuperar fuerzas sin llenarse demasiado.

El cojondongo de gañán es, en esencia, una ensalada de pan, ajo, pimiento, tomate, aceite de oliva, vinagre y agua fría. No hay más misterio y, sin embargo, esa aparente sencillez esconde una fórmula perfecta para refrescar el cuerpo y saciar el hambre.

Un plato que nace del campo

Hablar del cojondongo es hablar de la vida rural y de los trabajos agrícolas bajo el sol del verano. Su origen se pierde en la memoria de los pueblos de la Extremadura más profunda. Probablemente derivado de antiguas sopas frías como el ajo blanco andaluz o el salmorejo, el cojondongo se adapta a lo que hay en la despensa de la mayoría de los hogares como el pan duro, ajo, aceite, vinagre y hortalizas.

En las almazaras y cortijos, cuando el trabajo no permitía regresar a casa a la hora del almuerzo, los gañanes preparaban este plato in situ, para lo que llevaban en una alforja. Bastaba con remojar el pan en agua fría y machacar el ajo con sal y un poco de aceite en un mortero, al que se añadían trozos de tomate, pimiento verde y, si había suerte, algo de cebolla. El resultado era una mezcla potente, crujiente y fría, capaz de devolver la energía y calmar la temperatura.

Una receta que vuelve con fuerza

Durante algún tiempo, el cojondongo fue un plato casi olvidado, que pasó a formar parte de la memoria de los mayores del pueblo. Sin embargo, ha vivido un renacimiento gracias al interés creciente por la cocina tradicional y el producto local.

Algunos chefs han recuperado y reinterpretado este plato en clave contemporánea. El cojondongo aparece ahora en cartas de verano como entrante gourmet. Pero más allá de las versiones de autor, lo cierto es que muchas casas rurales, bares y restaurantes de cocina casera en las provincias de Cáceres y Badajoz lo ofrecen en verano como lo hacían los mayores.

Receta del cojondongo de gañán

Para la receta se necesita tanto pimiento verde como pimiento rojo

El cojondongo no es solo un plato de temporada, sino que habla del aprovechamiento de los recursos y de la dieta mediterránea en su forma más bruta. Extremadura encuentra en esta receta una expresión sincera de su cocina de subsistencia, transformada en una delicia veraniega.

Además, responde a los valores gastronómicos más actuales al ser una receta basada en productos de temporada, sin necesidad de cocción, totalmente vegetariana e incluso vegana si se prescinde del huevo en algunas variantes. Es decir, es un plato con pasado, pero también con mucho futuro. Aunque hay variantes regionales, los ingredientes de esta receta del cojondongo son los siguientes:

  • 200 gramos de miga de pan del día anterior de miga prieta
  • Tres huevos
  • Cuatro tomates maduros
  • Un pimiento verde italiano o morrón mediano
  • Un pimiento rojo italiano o morrón mediano
  • Media cebolleta (opcional)
  • Dos dientes de ajo
  • Sal al gusto
  • 80 mililitros aproximadamente de aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre de Jerez al gusto

Para quien quiera reproducirlo en casa, aquí va el paso a paso de la receta:

  • Comienza desmigando el pan para obtener unos 60 gramos de miga. Trocéalo y ponlo en un cuenco, añadiendo el agua fría justa para remojar la miga, pero sin empaparla del todo.
  • Mientras se hidrata, cuece los huevos durante 10 minutos.
  • Al mismo tiempo, ve pelando los ajos para luego ponerlos en un mortero con un buen pellizco de sal y majarlos hasta hacer una pasta. Añade un chorrito de aceite y sigue majando, agregando más aceite poco a poco hasta lograr una especie de alioli espeso. Entonces, incorpora la miga remojada y continúa majando.
  • A continuación, añade un chorrito de vinagre y agua fría, poco a poco, mientras sigues majando, hasta lograr una especie de salsa ligada que será el aliño de la ensalada. Déjala reservada en la nevera.
  • Ahora lava las verduras y córtalas en cubos o trozos del mismo tamaño, pero no muy grandes. Si usas cebolleta, córtala en juliana.
  • Mezcla todos estos ingredientes en una fuente de barro o ensaladera. Corta el resto del pan con su corteza en cubos pequeños y añádelos. Mezcla bien y agrega el aliño del cojondongo, echando más o menos cantidad al gusto. Remueve bien para que todos los sabores se integren.
  • Pela los huevos, corta en cuartos y reparte por encima. Echa un poco más de aliño por encima, riega con un hilo de aceite de oliva virgen extra si lo deseas, y deja enfriar en la nevera antes de servir.
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