De recao o del conde: el postre murciano perfecto para endulzar las navidades

Tortas de recao o del conde

Beth Hernández

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Los dulces se han convertido en un elemento imprescindible en las mesas durante la época navideña. Entre los más populares destacan los mazapanes, los bombones, el turrón, los polvorones y los mantecados, que no solo aportan sabor, sino también un toque de tradición. Sin embargo, en la cocina murciana, existe un dulce que adquiere un protagonismo especial durante las fiestas: las tortas de recao o tortas del conde.

Cada año, su presencia se vuelve inevitable, llenando los escaparates de panaderías y puestos de mercados, y atrayendo por su aroma y sabor único. Lo interesante de esta receta es que resulta sencilla de preparar, utilizando ingredientes que normalmente tenemos en la despensa y el frigorífico. De hecho, incluye dos productos muy característicos de Murcia, el limón y la naranja. Debido a estos cítricos, el dulce desprende un aroma envolvente que convierte cualquier cocina en un lugar acogedor.

Otro aspecto notable es su durabilidad, si se conserva correctamente, las tortas mantienen su sabor y textura durante varias semanas, permitiendo disfrutarlas más allá del día de su elaboración.

En cuanto a su origen, se cree que la receta tiene raíces moriscas, lo que explica el uso de ingredientes tan característicos como la harina y las almendras, que aportan un agradable toque crujiente, el aceite de oliva, y la aromatización con zumo de naranja, piel de limón y anís.

Esta combinación de sabores hace que las tortas de recao sean únicas dentro de la repostería murciana y que, año tras año, sean una de las opciones más demandadas durante las celebraciones navideñas.

Tradicionalmente, cuando las tortas salen del horno, se cubren con miel y almendra molida, lo que les aporta un sabor aún más irresistible.

Su nombre tiene un origen curioso, 'tortas de recao' porque se elaboraban por encargo, mientras que 'tortas del conde' hace referencia al siglo XVII, cuando este exquisito postre se preparaba especialmente para los Condes de Heredia Spínola, que residían en Molina de Segura.

Receta de tortas de recao

Las almendras son clave en esta receta

Las tortas de recao, también conocidas como tortas del conde, son un dulce tradicional de la repostería murciana que, además de su sabor característico, destacan por su sencillez. Son fáciles de preparar utilizando ingredientes que solemos tener en casa, como harina, almendras, azúcar, aceite de oliva, limón, naranja y un toque de anís

Si se conservan correctamente, se mantiene deliciosas durante varias semanas, lo que las convierte en un dulce perfecto tanto para compartir como para regalar. Debido a esta facilidad de elaboración, la receta resulta accesible para quienes se inician en la repostería, ya que no requiere utensilios complicados ni ingredientes difíciles de conseguir. Las tortas de recao no solo son un postre delicioso, sino también una receta que ha pasado de generación en generación.

En total se necesita una hora aproximadamente entre preparación y cocción. Estos son los ingredientes para obtener 30 unidades:

  • Un vaso de aceite de oliva, alrededor de 100 mililitros
  • Almendra laminada al gusto
  • Medio vaso de miel
  • 110 mililitros de zumo de naranja
  • Un vaso de anís dulce
  • Piel de limón
  • Medio kilo de harina de repostería
  • Una taza de almendra molida
  • Siete cucharadas soperas colmadas de azúcar
  • Una cucharadita de bicarbonato sódico

Una vez que tengamos todos los ingredientes listos, podemos comenzar con la preparación de las tortas. Para empezar, ponemos a calentar una sartén amplia con un chorrito de aceite de oliva. A continuación, incorporamos la piel de limón previamente lavada, cuidado de no añadir demasiada parte blanca, ya que podría aportar un ligero amargor. Removemos suavemente para que el aceite se impregne del aroma cítrico y libere todo su perfume en la cocina.

Mientras tanto, en un bol grande mezclamos la harina, previamente tamizada varias veces junto con la almendra molida. Es importante hacerlo con cuidado para que los ingredientes secos queden bien integrados y aireados. Mientras realizamos esta mezcla, podemos aprovechar para precalentar el horno a 180 grados, de manera que esté listo para hornear las tortas.

Cuando el aceite esté caliente y comience a burbujear, retiramos la piel de limón con unas pinzas y vertemos el aceite aromatizado sobre la harina y la almendra, mezclando rápidamente para que se distribuya de manera uniforme.

A continuación, agregamos el azúcar, el zumo de naranja, el anís y el bicarbonato, y amasamos hasta obtener una masa suave, homogénea y manejable. Seguidamente, preparamos un par de bandejas cubiertas con papel vegetal. Tomamos pequeñas porciones de masa, de aproximadamente 40 gramos cada una, y las boleamos.

Luego, con la palma de la mano o sobre una superficie plana, las aplastamos formando disco de tamaño uniforme y los colocamos sobre las bandejas, dejando suficiente espacio entre ellos.

Cubrimos las bandejas con un paño limpio mientras trabajamos para evitar que la masa se reseque. Después, marcamos los bordes de cada torta o hacemos un pequeño repulgue, presionando ligeramente el centro para que el perímetro quede un poco más elevado, como si fuera una tartaleta.

Colocamos unas almendras en el centro de cada torta, presionándolas suavemente para que queden fijas. Introducimos las bandejas en el horno y horneamos durante unos veinte minutos, hasta que estén doradas y los bordes comience a tostarse ligeramente. Mientras tanto, calentamos un poco de miel en un cazo con unas gotas de agua, para que adquiera una textura más líquida y fácil de manejar.

Una vez fuera del horno, vertemos la miel sobre interior de cada torta al gusto, aprovechando que aún están calientes para que absorban mejor el dulce. Finalmente, dejamos enfriar sobre una rejilla y, cuando estén a temperatura ambiente, las guardamos en un recipiente hermético, listas para disfrutarlas durante varias semanas.

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