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Diez falsos mitos sobre los seguros de moto

Los seguros de moto 'low cost' pueden encerrar sorpresas desagradables.

Eric Santaona

Muchas personas creen que un seguro de moto funciona igual que un seguro de automóvil cuando en realidad no es así: hay más de una variable que difiere y que hace que las pautas para elegir el seguro de moto adecuado tengan bastantes particularidades. Por otro lado, circulan por la red numerosos mitos que conviene desmentir o relativizar, ya que los seguros para moto no son tal como los solemos imaginar y desgraciadamente nos damos cuenta de ello solo al final del proceso de selección.

Para evitar llevarnos disgustos cuando sea demasiado tarde, es decir a la hora de pagar las cuotas de la póliza o tras tener un siniestro, lo mejor es tener claro qué es mito y qué realidad. Para ello, siempre podemos acudir a algún comparador de seguros de referencia, que nos facilitarán mucho la tarea de selección del seguro adecuado. A continuación te revelamos los diez grandes mitos y malentendidos respecto a los seguros de motoseguros de moto.

1. Cuanto mayores nos hacemos, más cara es la póliza

Hay quien cree que la edad es un factor que va en su contra a la hora de contratar un seguro de moto cuando no es así. La edad en sí no es el factor determinante, sino los años de experiencia en la conducción. Una persona mayor que tenga una prolongada veteranía a los mandos de una motocicleta pagará menos por un seguro que otra persona de la misma edad que se encuentre ante su primer vehículo de dos ruedas y haga poco que tenga el carné.

2. Los jóvenes lo tienen más barato

Por la misma regla de tres, un adolescente que se acabe de sacar el carné y tenga nula experiencia, será objeto de una póliza más elevada que otra persona de mayor edad y grado de veteranía, pues las estadísticas demuestran que son más propensos a los siniestros. Por otro lado, a medida que aumentamos la edad y los años de conducción, podemos conseguir mejores ofertas en la póliza o aspirar a seguros más completos, que rocen la cobertura total de riesgos.

3. El uso que le daremos a la moto define el precio del seguro

Aunque puede estar entre las preguntas que nos haga la aseguradora a la hora de hacernos una oferta, es raro que se nos ponga como condicionante si vamos a usar la moto solo de recreo o bien para ir a trabajar cada día.

4. La cilindrada no sube el seguro

En cambio, la cilindrada sí se cuenta entre los factores que gravan el seguro, sobre todo entre los jóvenes, dado que las estadísticas revelan que cuanta más potencia tenga una motocicleta mayor es el riesgo de accidentes serios. El motivo es que se necesita experiencia para manejar motos de gran cilindrada y las compañías solo conceden seguros en estos casos a pilotos con años de experiencia. De tal suerte, si somos jóvenes y queremos una moto potente, lo tendremos muy difícil para que nos concedan un seguro en condiciones económicas aceptables.

5. Se paga igual por una motocicleta que por un ciclomotor

Legalmente una motocicleta y un ciclomotor son dos cosas distintas y ello se refleja en los seguros. Un ciclomotor no está considerado un vehículo a motor, tiene una cilindrada menor a 50cc y puede ser conducido sin necesidad de carné por cualquier joven mayor de 15 años. Por contra, una motocicleta cubica más de 50cc y puede ser conducido solo por mayores de dieciséis años con el carné A1, y con otro distinto si cubica más de 125cc. Por lo tanto, un carné para ciclomotor siempre tendrá unas cuotas más asequibles.

6. El todo riesgo es la opción mayoritaria

En moto apenas existen las ofertas de seguros a todo riesgo puro y en cambio se promocionan mucho los seguros en tres grados progresivos: Terceros, Terceros Ampliado y Todo Riesgo con franquicia. En estos tres escalafones se van aumentando las coberturas y también el precio de las cuotas. Si somos jóvenes, por ejemplo, es más sencillo conseguir un terceros que las otras dos variantes, sobre todo si la moto es potente.

7. Un mismo seguro vale para varias personas

El seguro de moto, a diferencia del de coche, es nominal, lo cual quiere decir que para que tenga validez el tomador, el conductor y el propietario del vehículo han de ser la misma persona. Es decir, que quien conduzca la moto debe ser propietario de ella y solo el podrá conducirla, al menos de cara a las coberturas del seguro. Obviamente, otras personas o miembros de la familia -pareja, hijos, amistades, etc.- podrán conducirla, pero si hay un siniestro será como si la moto no tuviera seguro.

8. El seguro cubre al acompañante

Otro de los mitos que recorre las redes sociales es que el seguro de la moto cubre a la persona que va de paquete o acompañante en el sillín trasero. No siempre es así y cuando sucede es porque está especificado en el contrato de manera expresa. Ojo a este dato de nuestro seguro antes de comenzar un viaje acompañados.

9. No importa si la moto no duerme en parking

Suele importar o, al menos, lo suelen preguntar a la hora de elaborar una oferta de seguro, ya que el riesgo de robo, siniestro o deterioro es mayor si la motocicleta pasa la noche al raso. Incluso hay compañías que exigen una factura de alquiler de la plaza o de los gastos de contribución a la comunidad, etc.

10. Los hombres pagan más que las mujeres

Fue así hasta 2012 debido a que estadísticamente los hombres tienen más accidentes, pero una sentencia del tribunal de Estrasburgo consideró esta medida discriminatoria y a partir de entonces este factor no se tiene en cuenta a la hora de calcular la póliza.

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