Carbonell se estrena en Mérida con un espejo para reírnos de nuestro ego

Mario Ramos

Mérida, 13 jul (EFE).- Pablo Carbonell, que debuta en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida interpretando al “patán” de Pánfilo en “Mercado de Amores”, defiende en una entrevista con Efe la comedia como una herramienta que purifica a las personas y las permite reírse de su ego y de esa importancia que los humanos se otorgan a sí mismos.

Es por ello que el encargado de interpretar a un Pánfilo “lujurioso, mentiroso y corrupto” quiere poner un espejo donde el espectador logre identificarse con los defectos inmorales de su personaje y, al instante, “hacerles mejores personas”, al reírse de ellos mismos.

“Mercado de Amores” es una obra que engloba tres comedias de Plauto (“El mercader”, “Cásina” y “La comedia de los asnos”), que han sido adaptadas por Eduardo Galán y que cuenta con Marta Torres en la dirección.

El personaje de Carbonell encarna en esta ocasión todos los defectos “típicos” de una persona que no sabe el significado de lo que es moral y de lo que no.

Carbonell lo define como un autentico “putero”, que en la actualidad sería “adicto al porno” y se hubiese pasado el confinamiento haciendo realidad su fantasías sexuales más perversas, aunque es “un personaje capaz de amar sobre todas las cosas”.

A Pánfilo el placer carnal es lo que más le importa, pero gracias al amor se convertirá en una mejor persona. “Deberá entender que el sexo se podrá comprar, pero el amor no se comercializa”, dice a Efe el actor, cantante y humorista gaditano.

En este contexto, Carbonell reconoce haber tenido “un pasado lujurioso”, lo que le lleva en cierta forma a identificarse con Pánfilo, que, pese al significado que se le da actualmente a ese nombre, él asegura que “de tonto no tiene ni un pelo”.

Pánfilo le recuerda a ese tipo de político que a pesar de su ignorancia siempre sorprende con el “panfilismo más auténtico”.

Frente a este personaje hedonista y de dudosa reputación, la obra hace una apuesta decidida por resaltar el papel de la mujer y su empoderamiento, según el humorista

En este sentido, Carbonell asegura que la comedia teatral debe ser cuidadosa con los clásicos y adaptarlos a la actualidad, porque en muchos de ellos el papel de la mujer esta supeditado al del hombre, “algo que no tiene cabida en la sociedad actual”.

“Es necesario revisar y adaptar los clásicos a las circunstancias para que la intención de hacer reír, que sus autores tenían cuando los elaboraron, siga manteniéndose pese al tiempo”, explica.

La risa tiene además el poder de mantenerse en el tiempo, al igual que siguen los problemas y las inquietudes de la humanidad, dice. Por ello, considera fundamental que a la sociedad del siglo XXI no se le olvide reírse.

La paz, la armonía, la amistad, el silencio y sobre todo la risa son para Carbonell las cosas más importantes.

En definitiva, “todas aquellas que no pueden pagarse con dinero”, y eso es algo que asegura haberle enseñado la pandemia.

“Irónicamente, ella (la pandemia) me ha salvado porque gracias a la covid-19 he dejado atrás mi anterior vida en la ciudad”, apunta.

Finalmente, asegura que ir a Mérida en calidad de actor “es la promesa de un sueño hecho realidad”, lo que supone para él “un peso y un disfrute a partes iguales”. EFE

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